Por qué no es bueno que el hombre esté solo

Iniciemos este sermón analizando el siguiente versículo que encontramos en la palabra de Dios. Hablaremos sobre el tema: «Por qué no es bueno que el hombre esté solo».

“Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él” Génesis 2:18.

Este corto verso de la Biblia recoge el momento histórico en que la vida como pareja tuvo su origen.

Expresa también el propósito que Dios dictaminó en una relación de hogar y en pocas palabras resume la manera en que se debe vivir el matrimonio.

Estudiemos el propósito de Dios; lo primero que él quiere es que seamos monógamos, ni en el acto de la creación que se nos muestra en la Biblia.

Ni en las palabras que él le dijo al hombre, nosotros podemos detectar que tuviera en mente la poligamia.

Dios nunca manifestó que el hombre tendría que habitar en comunión de hogar con más de dos mujeres.

Porque él dijo “le haré ayuda idónea” hablando de manera singular, y si él hubiese querido lo contrario hubiera creado dos o más mujeres como ayuda para el hombre.

A pesar de eso, el hombre en el Antiguo Testamento fue polígamo, en ese tiempo fue una normalidad que los barones tuvieran más de una compañera.

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Aun Abraham considerado un hombre estable en su matrimonio, cuando su esposa murió se unió maritalmente con otras.

Realmente en la ley no se tenía muy claro que debía ser una sola esposa, ni en los diez mandamientos, ni en las costumbres, ni en las leyes, pero en el origen que fue antes de la ley Dios creó una sola mujer.

La palabra que se traduce a ayuda idónea es contraparte, es decir, una mujer que sea un complemento para el hombre en todos los aspectos de su vida.

Al igual que hombre para la mujer, que trabajen en vínculo para conllevar todas las etapas de buena manera.

En el Nuevo Testamento, surgió el cristianismo y es necesario hacer la aclaración porque el cristianismo no existe en el Antiguo Testamento.

Lo que existió fue el judaísmo, que tiene las raíces de la doctrina cristiana pero no es nuestra religión.

El cristianismo fue lo que fundó Cristo, y recordemos que él corrigió muchas leyes del Antiguo Testamento cuando dijo: “que cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido”.

Por eso, nuestra religión cristiana es la superación religiosa, morar y espiritual del judaísmo.

En el Nuevo Testamento se retoma lo primero que dijo Dios sobre la monogamia y se convierte en una obligación.

^“Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar” 1 Timoteo 3-2.

La monogamia se convierte otra vez es la forma ideal del matrimonio, además todo lo que tiene que ver con la naturaleza del matrimonio indica.

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Que mejor tienes una sola pareja porque se necesita estabilidad financiera para formar y mantener una familia.

No es bueno que el hombre esté solo, la soledad nos hace vulnerables, la soledad entristece, y también quiere Dios que compartamos todo.

Vivir en pareja no significa estar en la misma casa, no es solo compartir un cuerpo, es compartir cada faceta que implica el matrimonio.

La Biblia dice: “Vosotros, maridos, igualmente, habitad con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo” 1 Pedro 3:7.

Pero hay gente que sea ha inventado una infinidad de razones espirituales para estar casados y andar solos.

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Y sucede que la hermana está casada pero pasa la vida sola, porque el esposo fue a un congreso, a un culto, una campaña fuera y mientras tanto el esposo sola, y la mujer sola.

En estos tiempos estamos cometiendo algunos errores, podría decirse que organizacionales.

Con respecto a los pastores, músicos, evangelistas, diáconos de la iglesia, ellos deben salir y viajar a otras partes abandonando en cierto modo a su esposa y familia.

No es bueno que el hombre ande solo, sencillamente porque Dios no lo hizo así, pero el mismo ser humano se ha ideado formas para estarlo.

La Biblia dice, que el soltero debe tener cuidado de servirle al Señor, pero el casado debe tener cuidado también de su hogar.

Aprendamos a vivir con proceder adecuado, podemos servir, pero debemos tener en cuenta a nuestra familia, sus necesidades y carencias.

Siempre ponemos en riesgo nuestra relación con ellos si estamos demasiado tiempo separados, debemos respetar lo que Dios hizo.

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Y dentro de esa comprensión, organicemos nuestros tiempos al servicio a Dios y trabajos, para beneficiar ambas partes teniendo en cuanta la vida como familia.

Del mismo modo la vida espiritual, se trata de balancear y no irnos a los extremos que siempre traen disgustos.

Entonces cuando Dios introduce la pareja inicial en el momento en que crea a Adán y Eva, los comisiona como un conjunto, como equipo.

Y dijo creced, multiplicaos, administrad y llenad la tierra, es importante que nosotros aprendamos a compartir y vivir una vida de dos.

La persona que se siente desatendida, ignorada o rechazada, al final termina desanimada.

Entendamos hermanos que es la voluntad de Dios que compartamos no solo el cuerpo, hay que compartir los sentimientos, metas, ilusiones y sobre todo momentos de calidad.

De tal modo, hermano que está casado o casada, es recomendable que siempre mantenga una buena comunicación y comunión con su pareja.

Reconózcalo como su compañero de vida, como el acompañante que Dios le designó para ayudarle y ser su complemento ideal.

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El propósito de Dios desde el principio es que el ser humano esté unido a su mujer permanentemente.

“Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” Génesis 2:24.

Y entender finalmente que la vida matrimonial es un pacto de correspondencia y de integridad entre las dos partes.

La esposa siempre será ese ser apropiado, útil e idóneo para el hombre, al igual que el hombre para la mujer por esa razón no es bueno que estén solos.

Pastor: Álvaro Torres