Recibiréis poder del Espíritu Santo

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Recibiréis poder

Una persona con una tentación de la carne, no tiene fuerzas para salirse, es allí donde se necesita una fuerza mayor y esa fuerza es el poder del Espíritu Santo; por eso es necesario que seamos llenos de poder. Hablaremos sobre el tema: «Recibiréis poder».

Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Hechos 1:7-8.

El tema del Espíritu Santo debe ser un tema muy sensible y de trascendencia entre nosotros los hijos de Dios, anteriormente lo primero que le preguntaban a uno era que, si ya había recibido el Espíritu Santo, si había recibido poder.

El Espíritu Santo no es el producto de una emoción pasajera como la bulla de los tambores, el Espíritu Santo es una promesa hecha por medio del evangelio para los creyentes.

Ese cuento de que desde creíste recibiste no es así como lo interpretan, eso cuando Pablo lo dijo no fue una imaginación, fue una experiencia verídica que le ocurrió a los hermanos en Éfeso con la evidencia de hablar en otras lenguas.

Todo como el Espíritu les daba que hablasen y cuando Pablo escribió eso en la epístola de los Efesios, les estaba recordando un hecho.

Esto tiene que estar claro para que ninguno dude sobre la necesidad de recibir el Espíritu Santo en realidad, es necesario recalcarlo cada día más y más.

El hombre y la mujer llena del Espíritu Santo tiene garantías, los protege, es poder para vencer lo venga.

La persona que tiene el Espíritu Santo recibe poder: “Recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo”.

El poder se necesita es cuando hay necesidad, cuando hay que enfrentar algo, poder quiere decir fuerza para vencer el pecado, para combatir los apetitos de la carne porque el ser humano no es capaz por sí solo.

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El pecado lo lleva cautivo, lo arrastra por eso se necesita poder para vencer al mundo.

El Espíritu Santo eleva la vida del cristiano, lo saca del medio material, lo santifica porque nos libra de la ley del pecado y de la muerte, si quieres triunfar en la vida, deja que el Espíritu Santo llene tu vida, déjate llevar por la ley del Espíritu.

El Señor dijo: “No os dejaré solos, vendré a vosotros”, hablando de la promesa.

Como él sabía que al dejarnos solos el mundo nos derrotaría, entonces nos dio una dotación poderosa con que podían vencer al mundo y las concupiscencias de la carne.

El Señor no nos dejó solos porque él sabía que teníamos que enfrentarnos a las huestes espirituales de maldad, los demonios de este siglo y esto no es fácil humanamente.

El Espíritu Santo es la armadura con que podemos vencer al demonio y usted si no lo vence, él si lo vence a usted.

El diablo asusta a los tontos, pero a los que tenemos el Espíritu Santo el diablo no nos toca.

El Señor nos dio autoridad sobre toda fuerza del enemigo para pisotear, ahoyar serpientes y escorpiones, son metáforas porque no son serpientes ni escorpiones físicos, son demonios fuertes.

Este mundo está lleno de tinieblas, de oscuridad, pero donde está el pueblo de Dios hay una luz que alumbra el entendimiento.

Cada creyente es una persona iluminada por Dios, este es el verdadero Dios y la vida eterna.

Cuando dice que el hijo del hombre ha venido y nos ha dado entendimiento, ese entendimiento es la luz.

Que cuando usted lee la Biblia el Espíritu le muestra, le enseña y usted lo entiende.

Eso es luz, revelación, el fuerte de satanás es la ignorancia de nosotros, pero y en nosotros hay luz y el diablo pierde porque el Espíritu Santo es poder, recibiréis poder.

Hay que predicar contra el pecado, porque hay hermanitos nuestros que se los está tragando el pecado.

Están enredados en las redes y el que se enreda si no se arrepiente se lo traga el diablo.

Otro tema que un pastor responsable debe predicar es la santidad, porque sin santidad nadie verá al Señor.

Así sea evangélico de muchos años y cante como un canario, se queda así predique.

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El Espíritu Santo es una unción poderosa que nos blinda contra el mal y no hay que andar detrás del creyente para que no peque, porque el que le teme al Señor no peca, aunque le den ganas.

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“Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna. Os he escrito esto sobre los que os engañan”.

“Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe”.

“Así como la unción misma os enseña todas las cosas y es verdadera y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él”.

Esto es una realidad, son promesas de Dios.

Al creyente hay que instruirlo y formarlo en la doctrina apostólica para que se edifique en la verdad.

No son los libros ni las predicaciones fantásticas, sino como nos enseñan las santas escrituras.

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“Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”

Ahora hay muchos oradores sagaces que su meta es manipular las emociones de las masas, pero tales maniobras no tienen poder contra los apetitos de la carne.

Son esclavos de las pasiones carnales del mundo, pero a la gente lo que le importa es la bulla, la algarabía esa sed que hay de religión.

Pero esas cosas no tienen poder, ni autoridad, el Espíritu Santo es el que nos da poder.

Por eso un joven si puede estar solo sin fornicar, porque se le teme al Señor, porque tiene la simiente de Dios.

Aunque vengan los asaltos del diablo y las tentaciones de la carne, el Espíritu Santo es como una campana de bronce que lo protege.

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El creyente desorientado y vacío no se le da nada irse con la novia para lugares indebidos y hacerle propuestas indecentes.

El creyente lleno del Espíritu Santo le huye a las tentaciones de la carne, no se va solo a darle chance al diablo.

Un hermano desubicado no se le da nada echar mentiras y que piadosas y después las justifica, el creyente lleno del Espíritu Santo es celoso, es santo donde quiera que esté.

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Recibiréis poder.

En el Señor estamos completos, cuando hay decadencia del Espíritu Santo en una persona, vive insegura y empieza a mirar para otro lado.

Pero el que está seguro reposa confiado porque que el Señor nos guía a toda verdad.

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere y os hará saber las cosas que habrán de venir”.

Recibir el Espíritu Santo no es una utopía que nos lleva hablar en lenguas, no es una emoción producida por los tambores y la bulla.

El día de pentecostés no había batería, ni organeta porque estaban era unánimes juntos.

Y de repente el Espíritu Santo vino y rompió el silencio, fueron todos llenos del Espíritu Santo y comenzaron hablar en otras lenguas según el Espíritu les daba que hablasen.

Recibiréis poder, ese poder lo necesita una persona si quiere ser salvo y no hay nada que lo venza.

Por: Clodomiro Lobo

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