Amar a Dios es más que palabras

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Amar a Dios es más que palabras

La Biblia dice claramente que Dios es amor, pero hoy hay una pregunta muy personal y dirigida a cada lector. Hablaremos sobre el tema: «Amar a Dios es más que palabras».

Pregúntate ¿Amas a Dios de verdad? Esta pregunta no es para contestar a la ligera, sino para analizarnos bien.

El eje central de la vida cristiana es el amor, todo gira alrededor del amor.

“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor” 1 Corintios 13:13.

Si amamos a Dios seremos buenos cristianos, podremos ser hombres y mujeres consagrados de todo corazón a Dios. “…El que me ama, mi palabra guardará…” Juan 14:23.

En el mundo se habla de muchos amores, pero hoy hablaremos del verdadero amor.

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Comprendamos que el amor del que Pablo habla en el capítulo 13 de 1 de Corintios, no es el amor humano, sino el amor divino, el amor de Dios, ese amor que nunca falla.

Con el amor humano nadie logra hacer todo lo que Pablo menciona y enseña en ese capítulo.

Todo eso se logra cuando opera el amor divino en nosotros humanamente, y materialmente no se logra.

Queda claro, que el eje central de la vida cristiana no está en nosotros los seres humanos sino en el amor de Dios, ese amor que él ha depositado en nosotros.

Al entregarnos a Jesús, recibimos ese amor de él, no es un amor de invento, si no tenemos el amor de Dios nos podemos cumplir todo lo que menciona la Biblia.

Hay una gran necesidad de enseñar sobre el amor de Dios, y cómo los cristianos debemos amar.

Se debe amar con amor puro, amor con conocimiento, no como nosotros suponemos o nos inventamos.

«Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas» Deuteronomio 6:5.

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No es nuestro amor, es el amor de él en nosotros, es necesario que amemos a Dios con conocimiento.

Hay muchos que dicen amar a Dios, aparentan ser amorosos, pero no conocen el amor de Cristo, que es lo único que hay que proclamar.

La principal causa por la cual debemos orar ante él con amor, es porque él es Dios y es el único que lo merece.

Podemos preguntarnos, cuál es la verdadera razón por la cual oramos, ofrendando, cantamos y alabamos.

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Y la respuesta debe ser, por un profundo amor, por un amor que sentimos por nuestro Dios.

Oramos y llegamos a su presencia no porque tenemos solo necesidad o costumbre, sino porque le amamos.

Aunque oramos cuando tenemos necesidad, por encima de todo esto, está el amor que sentimos por nuestro Dios.

Sentimos un amor profundo que sale de nuestra alma y por eso, hacemos todo lo que hacemos, aunque muchos no puedan entenderlo.

Hay quienes van perdiendo esa búsqueda continua y esa adoración, porque van perdiendo el amor al Señor ¡cuidémonos de esto!

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Dios quiere que oremos en el espíritu, no en la carne, no sea que nos abrumemos ante las necesidades y lleguemos a los pies del al Señor sólo con peticiones e interés, sin demostrarle el amor que sentimos por él.

El verdadero motivo de seguir al Señor es porque le amamos, porque estamos agradecidos y no tenemos como pagar su gracia y amor.

Miremos esto que menciona la Biblia, “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.”

Al iniciar nuestra vida cristina actuamos de cierta forma, porque estamos aprendiendo en este camino.

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Pero cuando ya tenemos madurez en el Señor, debemos estar seguros de que es él y solo él.

Que nada ni nadie puede robar su puesto, que nada puede separarnos de su amor, ese amor que él nos da y ese amor que sentimos por él.

Ni las luchas, ni las pruebas, nada puede hacernos caer, porque su amor es más grande que todo.

Amar verdaderamente a Dios es más que palabras, es vivir como él quiere que vivamos, en santidad.

Pregúntate, ¿Amas a Dios de verdad?

Pastor: Clodomiro Lobo

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