Cómo ser un buen cristiano

En el libro de San Juan encontramos un diálogo entre Jesús y la mujer samaritana, por eso, hablaremos de «Cómo ser un buen cristiano».

En el relato de la historia, nos damos cuenta de que el Señor iba con sus discípulos caminando a medio día, hacía una temperatura alta porque a los apóstoles y a Jesús les dio sed.

Entonces se acercaron a un estanque, cisterna, hoyo, pozo, para beber agua fresca, y Jesús mandó a sus discípulos a que comprasen la merienda o el almuerzo.

Cuando en ese trance, llega una mujer samaritana a sacar agua del pozo.

Jesús al ver a esta mujer rompe el silencio y le dijo: «mujer yo tengo sed, hágame el favor y me regala agua’’.

Y lo primero que hace ella es sorprenderse del diálogo que él le plantea, porque el Señor era judío y ella origen samaritano.

Esta mujer se sorprende porque entre estas culturas no se podían hablar, existía cierta rivalidad que venía desde hace mucho tiempo.

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Entonces ella le responde: «cómo tú siendo judío vas a pedirme que te dé de beber, si nuestras culturas no se hablan’’.

Realmente me llama la atención cuando Jesús le dice: «Si conocieres el don de Dios, y quién es el que te dice dame de beber, tú le pedirías y él te daría agua viva’’.

Y comienza la mujer a decir, que él no podía sacarla porque el pozo es hondo, usted no tiene cómo sacarla, y si tiene, entonces para qué me pide.

Entonces pensando en ese diálogo que Jesús tuvo con esta mujer, pensé en los jóvenes, damas, caballeros, niños, de nuestra iglesia.

Porque a pesar de ser hermosa la amada del Señor, hay algunos que no sienten carga por la misión y reino de los cielos.

Esto causa tristeza porque hay algunos hermanos de la iglesia que se hacen pasar por prudentes con la gente que no conoce a Jesús.

Pero dentro de la iglesia son muy entusiastas y les gusta el saltar, cantar, los aplausos para el Señor y eso está bien.

Pero el problema es que, cuando esos hermanos salen y les corresponde a hablar del Señor.

Pareciera que eso que sienten en la iglesia, se queda allá en la iglesia, el Dios del templo lo encasillan y en la calle no quieren hablar de él.

En la iglesia zapatean al diablo y el fin de semana se dejan llevar por una tentación del diablo.

Nos preguntamos entonces ¿Dónde está el fuego, unción y cercanía de esa persona que demostraba en el templo?

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Yo no entiendo cómo una chica que se forma en la iglesia desde niña, y que cumple trece, catorce o quince años y de la noche a la mañana se fue con un impío.

Entonces nos preguntamos ¿Qué pasó en la formación de esa mujer?

Me llama la atención cuando Jesús le dice a la mujer: «si conocieras el don de Dios’’.

El Señor le dijo eso, queriendo hacerle ver que a quien tenía al frente era el creador de todas las cosas y que, aunque veía era a un hombre con sed, si de verdad hubiese sabido quien era, ella le pediría a él.

También Jesús con eso le quiso decir, que no se dejara llevar por las apariencias y que mirara con los ojos espirituales.

La que se beneficiaría era ella y las cosas serían diferentes, porque él sí tenía para darle agua viva.

Pero aquí hay algo interesante porque para ella poder beber agua, necesitaba conocer el don de Dios.

Por eso, si usted no conoce el don de de Dios, no podrás beber del agua viva, y el Señor quiere que haya una generación que conozca el regalo del Señor.

Y yo quiero preguntarte, mi querido lector, usted conoce ¿Cuál es el don de Dios? Aquí le dejo la respuesta.

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Cómo ser un buen cristiano.

«E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu’’.

«Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria’’ 1 Timoteo 3:16.

Dice la palabra del Señor: «Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre’’ 1 Juan 2:13.

Y es interesante que un joven o alguien de la iglesia conozca quién es o cuál es el don de Dios.

El proceso de la redención, «Dios se manifestó en carne’’, vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

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Entonces me llama la atención que la mujer, solamente veía a un hombre de carne y hueso sediento.

Y eso es lo que mucha gente ve en Jesús, una religión, hay otros que lo miran como un estilo de vida, hace obras buenas, pero la vida no agrada al Señor como debería.

Y hay otros, que miran a Jesús como un motivo de vergüenza, burla, por eso, hay gente que le da pena, hablar de él.

En la iglesia encontramos cristianos solamente de altar, pero afuera les da pena hablar de Jesús, le hago una pregunta ¿Qué clase de cristiano es ese?

¿Sabe usted por qué pasa esto en la iglesia? Porque hay gente que no ha conocido el don de Dios.

Pero aquellos que sí han logrado conocerlo, no nos avergonzamos de nada, al contrario, nos sentimos honrados con un privilegio muy grande, que él nos haya llamado iglesia.

Ahora, cuando tú conoces el don de Dios, entonces se cambian los papeles, porque aquí está la mujer con su cántaro lleno de agua.

Eso representa lo natural de la persona, lo que el hombre puede abrazar y poseer.

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El hombre es dado a creer en lo que ve y toca, y entonces esta mujer se jactaba del agua que llevaba en el cántaro.

Pensaba que esos litros representaban mucho, y por eso, se aferraba a ello, como para ponerle una barrera a Jesús.

Despójate de lo que te aleja de Jesús, aprende cómo ser un buen cristiano, yo te aseguro que con él tenemos todo, la salvación, la vida eterna y una vida llena de bendiciones al lado de Jesús.

Por: Reinel Lasso