Dios quiere bendecir tu vida
Si Dios quiere bendecir tu vida, entonces la pregunta es ¿Por qué te vas a ir como viniste? No hay razón.
Pero Dios dice, “Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor” Romanos 10:21.
Lo que quiere decir, es que Israel era un pueblo que se le oponía a Dios.
Hay cosas grandes que Dios quiere hacer en la vida de muchos hombres y a veces es la misma persona que no deja que Dios lo lleve a donde él quiere realmente llevarlo.
Uno en la vida tiene que conocer ¿Qué quiere hacer Dios conmigo? Si usted en algún momento se pusiera a pensar, qué es lo que Dios quiere hacer con usted.
Dios te habla en esta hora para bendecirte, quizás sí quieres que Dios te bendiga, pero no alcanzas a imaginar la magnitud de la bendición de Dios.
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Por eso, lo invito a que le entregue su alma, su cuerpo, lo invito a que reflexione y se deje llevar a lo que Dios quiere hacer.
Hay momentos en la iglesia que comienza a surgir un ambiente espiritual, comienzan a salir los aplausos y la adoración.
Uno detecta y dice, ¡Dios quiere hacer algo grande! Pero al mismo tiempo parece ser que el pueblo no entiende qué quiere hacer Dios.
Pero qué bueno, que los que hemos comenzado tengamos la oportunidad de decirle a Dios.
¡Yo estoy aquí, pero no para detener lo que tú quieres hacer, sino para ser una canal de lo que tú vas a hacer en mi vida!
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Cuando Dios quiere hacer algo él es soberano, pero somos una iglesia que sabe adorar al Dios de la gloria.
Dios quería hacer muchas cosas con el pueblo de Israel, pero ellos no dejaron que Dios hiciera con ellos lo que él quería.
Había pasado muchos años y el Dios que había estado con Israel en el desierto, en el camino con deseos de bendecirlo.
Luego ese mismo Dios, se hace hombre y diferente a como se manifestó en el desierto, ahora está Dios manifestado en carne y todavía sigue hallando en Israel una oposición.
Encuentra no el pueblo que Dios quiere bendecirlo, sino al pueblo que no entiende lo que Dios quiere.
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Dios usa muchas formas para bendecir a su pueblo y va a escuchar mensajes diferentes y quizás algunos parecidos pero con un toque diferente.
El problema no son los mensajes, no es si Dios está aquí, el cuento es si usted trae un corazón abierto a que Dios lo bendiga.
Había pasado muchos años y Dios le habló al pueblo por medio de Moisés, pero años después Jesús comienza a hablar.
El mismo que habló en el desierto, ahora está hecho hombre y pensaría que encontraría el corazón del pueblo diferente, pero encontró también un pueblo indiferente.
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“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!
He aquí vuestra casa os es dejada desierta. Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor” Mateo 23:37-39.
Hace rato Dios trae un propósito grande con usted y quizás no lo ha entendido, pero bendito sea el nombre de Jesucristo que te abre los ojos hoy.
Y le digas a Dios, ¡Aquí estoy para que hagas conmigo lo que quieras!
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A veces nos cuesta hasta postrarnos, levantar las manos, soltar la boca y adorar a Dios, disponernos a que Dios nos bendiga.
Cuántas veces has venido impidiendo lo que Dios quiere hacer contigo.
Muchos ni siquiera saben que Dios los tiene para cosas grandes, pero hoy Dios solo te dice, ¡Déjame que yo te bendiga, déjame darte lo que tú necesitas!
Deja que Dios te bendiga y te acaricie.
Por: Rudecindo Garcés