Soluciones extremas para situaciones extremas

743

Soluciones extremas para situaciones extremas

Samaria que era el pueblo de Dios había sido sitiado por sus enemigos sirios, los enemigos decidieron rodear la ciudad. Hablaremos sobre el tema: «Soluciones extremas para situaciones extremas».

Ya que atacarlos significaba la muerte para los sirios porque cada vez que un enemigo se enfrentaba al pueblo de Dios, le tocaba salir huyendo.

Porque Dios se manifestaba en la presencia, en medio del desierto.

Parece que la situación comenzó a empeorar cuando los días iban pasando.

Cuando no hay opción de meter bendición, la poca bendición que hay comienza agotarse, la vida es así, las cosas comienzan a escasear.

Dice la palabra del Señor, que los valores se elevaron, algunas cosas que eran regaladas en aquel tiempo, comenzaron a tener valor.

La cabeza de un burro y el estiércol de una paloma.

Vea también: Cómo vivir un cristianismo verdadero

Cuando se viven situaciones extremas, se necesitan soluciones extremas.

La condición y situación del pueblo los llevó e inclusive al canibalismo y una mujer le dice a su vecina: ¿En tu casa no hay nada? ¿Qué le darás de comer a tus hijos? No hay nada.

Nos va a tocar comernos un muchacho tuyo y mañana uno mío, dice la palabra de Dios, que ese día aquella mujer tomó a su hijo y se lo comieron.

Al otro día le tocaba a la otra vecina, entonces le tocó la puerta, y la vecina dice, que su hijo se perdió y no lo encuentra por ninguna parte.

Esta mujer sale corriendo en medio de la hambruna gritando, dando voces, y en medio de la hambruna y de la peste, hay algunos que todavía tienen bendición.

Dice la palabra, que el rey salió limpio y la mujer apenas ve al rey dice, ¡Esta es mi posibilidad! ¡Salve rey, señor mío!

Porque algunos piensan que el político, que alguna entidad les puede solucionar el problema.

Dios nunca se queda quieto, los que nos quedamos quietos somos nosotros. Él le dice al pueblo, “Estad quietos porque yo estoy trabajando”.

En el pueblo no había oportunidad, había hambre, miseria, muerte dolor, pero afuera del pueblo dice la palabra del Señor, que habían cuatro hombres leprosos.

Entre ellos se preguntan ¿Qué vamos a hacer? Y a uno se le prendió la chispa y dice, pues miremos las posibilidades que tenemos.

Si nos quedamos aquí nos morimos de hambre, entonces si entramos, allá se están comiendo hasta los niños, no les importa si la carne está dañada, ellos se comen cualquier cosa, tienen hambre.

Entonces dijeron, por qué no vamos a pueblo enemigo y todos temblando, temerosos; uno de ellos dice, pero si vamos allá y nos matan, otro dice, pues de alguna manera nos iban a matar.

También puedes leer: No eres prisionero del enemigo

Pero hay una tercera posibilidad, si tienen misericordia de nosotros, y de pronto, ¡pobres leprosos, ellos no tienen nada que ver en esta pelea, regálenle un pedazo de pan!

Así que decidieron salir al pueblo enemigo, se necesita una acción, alguien que se levante a actuar.

Si mi familia se está perdiendo es hora de actuar, si tu hogar no tiene solución es hora de actuar. Se necesita que alguien tome la batuta y se decida a actuar.

Cuando los leprosos van rumbo al pueblo enemigo, el miedo comienza a inundarlos, entonces deciden acercarse de manera paulatina de modo que no los vieran.

Pero cuando están muy cerca del pueblo enemigo, el uno le dice al otro, ¿Por qué no entramos a esa tienda?

Y cuando entraron, dice la palabra de Dios, que comenzaron a encontrar comida.

Nosotros estábamos perdidos, sin una opción, hay dos opciones o caes sobre la peña o la peña cae sobre ti y algunos decidieron quebrantarse en los brazos del Señor Jesús.

Y cuando nos encontramos con su misericordia, encontramos alimento en abundancia a los pies del maestro.

Síguenos en Facebook Generación Pentecostal

Los leprosos deciden seguir su camino y cuando se acercan a la siguiente tienda comienzan a encontrar vestidos.

La palabra del Señor nos dice, que nosotros llegamos desnudos a su presencia, no teníamos vestiduras reales, había una vestidura de menosprecio.

Pero como él nos limpió con la palabra, ahora nos ha vestido como reyes y sacerdotes.

Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” 1 Pedro 2:9.

Tuvimos un cambio de posición, él nos sacó porque él toma a lo vil y a lo menospreciado del mundo, porque levanta del polvo al pobre y lo alza.

También te puede interesar: La lepra que acaba con tu vida

A veces uno le pregunta a los cristianos, hermano, ¿Cómo estás? Y dice, mal, eso no debe estar en el léxico de un cristiano.

Los leprosos siguieron, algunas personas son conformes, cualquier cosa les sirve, pero algunos otros somos diferentes, siempre estamos buscando y queremos más.

Cuando entran a la siguiente tienda, dice la palabra del Señor, que encontraron oro y piedras preciosas.

La única forma de abrir las ventanas de los cielos es actuando, hoy necesitamos actuar, y tomar una actitud correcta.

SUSCRÍBETE

Únete a más de 5.000 personas que ya reciben contenidos exclusivos.
Sólo ingresa tu correo electrónico en el campo de abajo y espera el correo de confirmación.

[wysija_form id=»1″]

El hijo pródigo perdió todo, algunos han cambiado las bendiciones de Dios por cualquier bagatela del mundo.

Pero hay algunos que no están dispuestos a cambiar lo que Dios les ha dado.

Entonces los leprosos le dijeron al pueblo que allá había abundancia, le dijeron al rey, ¡Oh rey, allá hay comida, vestidos, todo lo que aquí necesitamos!

El rey dijo, no señor, vaya usted y traiga.

También puedes leer: Cómo ser transformados por Dios

Hablar solo con la lengua es fácil, pero Dios nos invita hablar con nuestro testimonio, que nuestra vida sea lo que dijo el apóstol Pablo, “cartas leídas”.

Quizás estás desnudo, hambriento, pobre, pero también hay uno que dijo, si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

La lepra es tipo de pecado, cuando tú abres la ventana de los cielos, él reprende por ti al devorador.

Tal vez, tienes problemas y no sabes a quién acudir, pero hoy hay bendición de parte de Dios.

Por: Alexis Cuadros

Artículo anteriorEl Espíritu Santo no es del pasado
Artículo siguienteDios quiere bendecir tu vida