El luto de un pueblo

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El luto de un pueblo

Jehová dijo a Moisés: “Anda, sube de aquí, tú y el pueblo que sacaste de la tierra de Egipto, a la tierra de la cual juré a Abraham, Isaac y Jacob, diciendo”. Hablaremos sobre, «El luto de un pueblo».

“A tu descendencia la daré; y yo enviaré delante de ti el ángel, y echaré fuera al cananeo y al amorreo, al heteo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo; pero yo no subiré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz”.

“No sea que te consuma en el camino; y oyendo el pueblo esta mala noticia, vistieron luto, y ninguno se puso sus atavíos”.

“Porque Jehová había dicho a Moisés, di a los hijos de Israel: vosotros sois pueblo de dura cerviz; en un momento subiré en medio de ti, y te consumiré. Quítate, pues, ahora tus atavíos, para que yo sepa lo que te he de hacer”.

Entonces los hijos de Israel se despojaron de sus atavíos desde el monte Horeb y Moisés tomó el tabernáculo, y lo levantó lejos, fuera del campamento, y lo llamó el «Tabernáculo de reunión».

Y cualquiera que buscaba a Jehová, salía al tabernáculo de reunión que estaba fuera del campamento.

El panorama que se presenta aquí, obedece al gran pecado que cometió Israel, cometió un pecado bastante grande delante de Dios, como fue a adorar a un buey que come hierba.

Porque lastimosamente los seres humanos cuando no vemos algo, como que nos regimos por lo que vemos, no por la fe.

No obstante, Israel había oído la voz de Dios y Dios le dijo a Israel:

“Cuando yo les hablé a ustedes ninguna figura visteis, así que a pesar de haber vivenciado y oído la voz de Dios en esa manifestación en el Sinaí…”

“Con relámpagos y truenos, sin embargo, la nación de Israel cometió un pecado, cambiaron la gloria de Dios incorruptible y ellos adoraron al buey y dijeron a Israel, estos son tus dioses que te sacaron de la tierra de Egipto”.

Así que eso llevó a que Dios tomara una resolución contra el pueblo, si bien habían oído la voz de Dios no obedecieron y adoraron al becerro.

Dios determinó que no iba a ir con ellos, porque era un pueblo obstinado y rebelde, duro de cerviz.

Cuando la Biblia habla de cerviz, tiene que hablar con el orgullo y la altivez, porque difícilmente iban a doblegarse y aceptar el error, por eso Dios le dice, que era pueblo de dura cerviz.

Y Dios le dice a Moisés, que le lleve una razón al pueblo que él no va a ir con ellos, que más bien va a enviar el ángel.

Y dice la Biblia, que cuando el pueblo oyó esa mala noticia, porque una cosa es que fuera el ángel a que fuera el mismo Dios de Israel con ellos.

Cuando oyeron la mala noticia, dice la Biblia, que vistieron luto porque habían oído la determinación de Dios:

  • Era un pueblo de dura cerviz.
  • Que él no iba a ir en medio de ellos.

El luto se da cuando viene la muerte y cuando hay un enlutado, hay tristeza profunda porque se le ha muerto alguien.

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La tristeza lo invade cuando la muerte llega a la vida de alguien, en los hogares hay tristeza, hay pesadumbres.

Hay como un ambiente tétrico, no hay alegría, solo hay lamento porque visten luto.

Y precisamente el pueblo se enlutó porque de no ir con ellos era como si la misma muerte los hubiera visitado, la noticia era desagradable.

Dios estaba enojado con el pueblo porque no habían obedecido a Dios, la presencia de Dios no iría con ellos.

Es más la cosa se agrava porque dice la Biblia, que Moisés tomó el tabernáculo y lo levantó fuera del campamento.

El tabernáculo que se muestra aquí no es el mismo tabernáculo que Dios le mostró a Moisés en el monte.

Vea también: La ética bíblica y sus características

Porque ese se construye después, pero era el lugar donde ese tabernáculo estaba.

Era en medio del pueblo y Dios se manifestaba allí, significaba que Dios era la vida de Israel.

Que Dios estaba en el centro del pueblo y que gobernada sus acciones, que Dios era la fuente de la vida, la razón de la existencia.

Ahora sacan el tabernáculo y lo llevan fuera del campamento para peor desgracia y dice que todo aquel que iba a buscar a Jehová, tenía que salir fuera del campamento y se llamó el tabernáculo de reunión.

El pueblo siente que algo se les desgarra de la vida de ellos, ya Dios no iba a estar con ellos por su pecado.

El luto significaba tristeza y desolación, ellos se dieron cuenta que habían hecho algo terrible delante de Dios.

Ellos se dieron cuenta que sin la presencia de Dios todo es diferente, con la presencia de Dios la vida se hace diferente, cambia.

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El luto de un pueblo.

Cuando hay presencia de Dios hay victoria, hay triunfo, hay alegría en la vida, hay libertad, el alma se alegra, hay gozo en la vida.

Qué bueno que nosotros sintamos dolor cuando no veamos a Dios manifestarse, porque cuando él no está, no hay razón, no tiene sentido, no hay alegría, cuando él se manifiesta todo es diferente.

Hoy estamos metidos en tantas cosas que ya cuando algunos predicadores ven a los hermanos hablando en lengua en el culto.

Los mandan a callar porque es desorden y ya la gente se ha acomodado.

Esto no es un club social, el pueblo vistió luto y si no siento a Dios vestiré luto y tu ¿Cómo vas a vestir? O vas a decir como Moisés Si tu presencia no va conmigo, no me saques de aquí”.

Qué bueno que nos reveláramos contra el conformismo ¡ya basta!

La presencia de Dios la necesitamos, nuestras iglesias tienen que seguir ardiendo, nuestros predicadores tienen que seguir ardiendo, los cantantes tienen que seguir fluyendo aceite.

Ya basta de tener el culto como un club social, sin él no podemos vivir, cuántos hermanos no han recibido el Espíritu Santo porque los hermanos que van entrando a la iglesia tienen la mirada puesta en nosotros.

Y si tú te mantienes en pie ellos también van a mantenerse en pie para que vean que todavía nosotros seguimos creyendo y guardando unos principios que nos han caracterizado.

Es tiempo de soltar las manos y de abrir los labios y decirle a él que es bueno, la presencia de Dios da libertad, aleja al mundo de la vida del cristiano, te hace más hijo de Dios, te da alegría.

Cuánta gente se da cuenta que está viviendo una resequedad espiritual, pero a ellos les da lo mismo.

Pero gracias a Dios por aquellos hombres y mujeres que quieren que su altar siga encendido.

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El luto de un pueblo.

De qué sirve tener un novio o novia si no vas a tener la presencia de Dios, de qué sirve tener un hombre inconverso si Dios se va alejar de tu vida.

Hay gente que cree que Dios va alcahuetearle eso, pero Dios es serio, Dios es Santo.

No importa que te derrames en la presencia de Dios, no importa que se te corra el maquillaje.

No importa, pero que la gloria de Dios vuelva a ti, ya basta de miedos y temores y si te crees muy importante, Dios tiene uno mejor que tú y que yo.

Por eso ojalá todos nos postráramos y adoráramos al que vive por los siglos de los siglos.

Cuando hay unción en la vida del cristiano el infierno tiembla, pero cuando no hay unción, el que tiembla es el cristiano.

Vea también: El poder de Dios cambia vidas

Hay gente que cuando oye por ahí que hay un endemoniado se esconde, pero no se han dado cuenta lo que dijo el Señor.

“Las puertas del infierno no prevalecerán contra la iglesia”.

Que lástima que aun nosotros no estamos creyendo ni en lo sobrenatural, a nosotros se nos dice que Cristo sana y nos quedamos relajos, si oímos que alguien tiene un don ¡Amén!

Antes los cristianos nos moríamos por arreglar las bancas por asear el templo, ahora hasta nos demandan y creen que Dios está reído.

Y miran la iglesia como una empresa, esto no es una empresa esto es el reino de Dios.

Por: David Alomia

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