Estamos en deuda con Dios

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Estamos en deuda con Dios

El sentir de Cristo debe ser el sentir de la iglesia, no mirando cada uno con los suyo propio, sino cada cual por lo de los otros. Hablaremos sobre el tema: «Estamos en deuda con Dios».

Es verdad que ya el Señor nos salvó y de esto debemos tener seguridad, no debemos tener duda.

Cuando nos habla del sentir de Cristo, tenemos que mirarlo como es él.

De quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén” Romanos 9:5.

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La Biblia también nos dice, que es el mismo hoy y ayer, que vino a buscar y salvar lo que se había perdido.

Por eso, la iglesia debe tener el mismo sentir de ayudar a salvar a los perdidos, identificarnos con el dueño de esta obra.

El Señor nos salvó porque nos amó, Dios no es que tenga amor, sino que Dios es amor y en ese gran amor nos salvó.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” Juan 3:16.

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No hay ningún ser el mundo que diga ¡No necesito la obra del calvario! Porque por cuanto todos pecaron, todos estaban destituidos de la gloria de Dios.

Dios no mandó a ninguno para hacer la obra, él mismo vino a salvarnos y rescatarnos.

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” Isaías 9:6.

Eso es para que entendamos que el que vino a buscarnos no fue cualquiera, fue el jefe, fue el Señor el que vino a buscar y salvar tu alma.

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Nosotros somos de Cristo, nos compró y ¿sabes cuánto le costamos? Dice que fuimos comprados a precio de sangre y no cualquier sangre, sino sangre preciosa, limpia, santa.

Que haya ese mismo sentir que hubo en Cristo Jesús.

El tiempo es poco para llamar a su iglesia y llevarla a la morada eterna.

Hay gente que no ha entendido el evangelio, gente que lee la Biblia y no la entiende.

Dios necesita hombres y mujeres dispuestos, hombres de valor con amor abnegado, con amor pronto para servir a Dios en esta obra.

El Señor se despojó de todo, nadie tiene mayor amor que este, él lo hizo y con mucha satisfacción lo hizo, y está viendo el fruto de la aflicción de su alma en la cruz del calvario.

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Estamos en deuda con Dios.

Evangelizar y hablarle a la gente de Cristo no es opcional, es obligatorio, el dueño de esta salvación dice: “Id”.

El que sabe hacer lo bueno y no lo hace le es contado por pecado, el dejar de hacer lo bueno se toma como pecado.

El dejar de evangelizar y ganar almas sabiendo que debe hacer lo bueno, le es contado como pecado.

El mismo sentir que hubo en Cristo Jesús. “El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres” Filipenses 2:6-7.

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No sientas miedo de despojarte de 2 horas de la noche para orar por los perdidos.

Haga una mirada retrospectiva, analícese y se dará cuenta que estamos en deuda con nuestro Dios.

Pero nos vamos a poner al día porque “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” Filipenses 4:13.

Y lo que para el hombre es imposible para Dios es posible, tenemos una alta responsabilidad con Dios.

Por: Carlos Quintero

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