La salvación depende de Dios o del hombre

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La salvación depende de Dios o del hombre

Algunos piensan que la vida cristiana empieza el día que la persona habla en lenguas, pero no es así, hay una obra anterior al bautismo. Hablaremos del tema: «La salvación depende de Dios o del hombre».

No podemos desconocer esa obra, entonces, para que el creyente sea bautizado en el Espíritu, tiene que haber creído y entendido el evangelio de verdad.

Quitar todo vestigio de justicia propia, legalismo o de obras, hay algunos que no tienen la culpa, sino que no se les ha enseñado bien y creen que su salvación depende de obras.

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La salvación depende de una sola cosa de haber creído en Jesucristo como salvador y redentor del mundo.

Mientras usted mire a Jesucristo como su salvador no importa sus debilidades y faltas, esté firme en la fe en Jesucristo, su salvación depende de la obra de él en la cruz.

Para recibir el Espíritu Santo, lo invito a que se regrese al calvario, piense en ese que murió entregando su vida.

No tome en cuenta nada de lo que usted haya hecho bueno, de él depende todo nuestro perdón.

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Preséntese delante del Señor con toda confianza, dígale todo lo que usted siente, su condición porque él lo conoce bien.

Nadie podrá seguir el cristianismo si no nace de nuevo, porque bajo esa naturaleza es imposible que pueda llegar al nivel que Dios quiere que llegue.

Muchas iglesias de otras denominaciones han querido imitar a este pueblo, pero lo principal es el nuevo nacimiento.

Para poder conocer y entrar al reino, tenemos que nacer de nuevo, nacer por la palabra y por el Espíritu.

El Señor derrama su Espíritu Santo sobre aquellos que son sus hijos.

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Ser justificado es ser declarado inocente frente a un juicio, cuando los abogados pueden comprobar que esa persona es inocente de lo que se le acusa, los jueces lo declaran inocente.

Diríamos que esa persona sale justificada ante la ley terrenal, pero por su propia justicia.

La diferencia con nosotros, es que no es porque no hayamos hecho pecado, sino por creer en la obra de la cruz, allí es donde se nos atribuye su justicia.

Fuimos acogidos por la justicia divina de Dios, no porque lo merecíamos, fue gratuitamente concedida por la fe.

Eso hay que entenderlo porque si no tendrá muchas lagunas en su vida cristiana.

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El que cree que se salva porque es bueno, porque es justo, es porque está pesando que Dios le está pagando la justicia de él.

Pero la justicia del hombre ante Dios es trapo de inmundicia, el único remedio que hay para que el hombre sea salvo es acogerse al único sacrifico.

De ahí depende tu vida cristiana y lo que haces en la iglesia es por gratitud para aquel que te salvó.

El bautismo en el nombre es para el perdón de pecados, entonces está listo para que se cumpla la otra parte, y recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo.

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La obra está hecha, él derrama de su espíritu a aquellos que están renovados, perdonados, no hay nadie que esté exento de ser lleno del Espíritu Santo.

Esta vida cristiana es maravillosa y linda, llena del Espíritu Santo, tu salvación depende de haber creído en el sacrificio de Jesús en la cruz.

No importa tu imperfección, ese viejo hombre, no tengas miedo, hay victoria y nueva vida en Jesucristo.

Pastor: Plutarco Torres

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