La sexualidad de la mujer en la iglesia
Hay que tener en cuenta que en la Biblia hay unas culturas que tienen costumbres diferentes a las nuestras. Hablaremos sobre: «La sexualidad de la mujer en la iglesia».
Si vamos a estudiar un tema, lo primero que tenemos que saber es el entorno en que se desarrolla ese tema.
Así que si vamos a hablar de la sexualidad femenina primero debemos hablar de la mujer, porque si no, esto no tiene sentido.
Hay que partir desde lo que la mujer es, no de lo que el hombre quiere que sea, si las mujeres fueran como nosotros queremos, entonces serían otro hombre porque lo que le molesta a uno es lo que es diferente.
Si Dios nos hubiese querido hacer de otra manera, entonces nos hubiera hecho igualitos pero no nos hizo iguales.
Muchas de las peleas que hay entre los esposos en la vida sexual son porque no entienden que el otro es diferente.
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Nosotros no podemos modificar lo que Dios hizo de una manera y no somos quien para corregirle a Dios su obra.
Aceptamos la vida o mejor vámonos de aquí porque a ¿Dónde nos vamos a ir?
Una mujer es una mujer, no va a ser un hombre, no inventemos. Hay muchas cosas que no funcionan porque queremos partir de premisas equivocadas.
El problema es que las mismas mujeres no se aceptan con esa idea moralista que han desarrollado.
La mujer empieza a pensar que ella no es normal, que tiene morbosidad, que tiene una malas tendencias que no puede dominar.
Tenemos que ubicar a la mujer en su naturaleza y la del hombre y son contrarias.
Hay algunas costumbres que han traspasado los linderos de Dios, nosotros a veces queremos interpretar la vida ajena con la nuestra.
Algunos no se dan cuenta y debemos partir de la realidad femenina porque algunos como no leen, no investigan, no se dan cuenta que a veces su posición no es cristiana y aunque creen que es muy santa es una posición pagana.
No podemos confundir la naturaleza adámica con la naturaleza humana, son dos cosas distintas.
El ser humano no le hace a usted pecador, llamamos naturaleza adámica a lo que heredamos después de que Adán pecó.
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Pero llamamos naturaleza humana a la que hizo Dios que es santa, es buena, perfecta.
La desnudez no era pecado, cuando Adán dijo que estaba escondido porque estaba desnudo ¿Qué le dijo el Señor?
Hay hermanos que tienen vergüenza de bañarse desnudos y que porque es vergonzoso, que es pecado, eso es una morbosidad de su mente.
Pero en el caso de Adán, él si andaba desnudo pero él no tenía vergüenza, entonces la desnudez no es mala porque es mala en sí, sino mala por el pecado.
¿Por qué es mala la desnudez entre nosotros? Hay muchas ideas pero nosotros nos vestimos es por reverencia a Dios.
No se trata de que me de vergüenza o que a otro le atraiga o no, se trata de que Dios dice, ¡No lo hagas!
Nosotros vivimos santamente es por Dios. La desnudez quien decide si es buena o mala es Dios, atraiga a nosotros o no.
Estamos desarrollando el tema: «La sexualidad de la mujer en la iglesia»
La actividad sexual
Las mujeres tienen un cerebro distinto al de los hombres, no es igual. El área del cerebro de la mujer que maneja la vida sexual es la mitad de grande que el área que maneja la vida sexual del varón.
Eso marca una diferencia biológica entre los dos, por eso, algunas mujeres dicen que los hombres solo piensan en eso, es que hay más conciencia sexual en el hombre que en la mujer.
El problema es que la mujer vive un ciclo, cuando la mujer está ovulando, el óvulo se madura para ser fertilizado.
La producción hormonal lo que procura es que ese óvulo sea fertilizado y para que eso pueda pasar, tiene que haber una relación sexual.
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Entonces cuando eso sucede, la mujer empieza a lanzar señales. Eso no es maldad de las mujeres, no es que le guste menos o más, es una situación biológica.
El varón no es así, él está activo siempre, eso es una cosa biológica, no es diabólica, ni carnal, ni espiritual.
Entonces la gran diferencia entre el hombre y la mujer es esa, pero eso se refleja en otras cosas, lo que al hombre lo puede excitar, no es lo mismo que puede excitar a una mujer.
Los hombres a veces no entienden eso, el sexo no está en los genitales, el sexo está en la cabeza.
Cualquier parte del cuerpo puede ser erógena, por eso es que las reglas no funcionan, la vida está hecha de cosas que son generales y otras que son particulares.
Las generales son las que Dios enseña, no le imponga a otro sus normas éticas o morales porque usted no tiene ningún derecho.
Sobre la vida sexual en la Biblia hay muy poquito dicho, la Biblia habla del homosexualismo, del lesbianismo, de la fornicación básicamente para referirse a la prostitución.
Estas diferencias entre nosotros debemos de tener cuidado porque nos lleva a un área de la vida donde tenemos que tener cuidado porque queremos meterlas en el saco del pecado y Dios nunca las puso.
Una cosa es lo natural y otra cosa es el uso que yo hago de lo natural, el sexo tiene su utilidad dada por Dios.
La inclinación sexual no se aprende, usted no puede criar a sus niño o niña para que no tenga urgencia sexual porque eso no se aprende, las personas nacen con el apetito sexual.
Usted no puede cometer el atrevimiento de querer corregir lo que Dios hizo, “que es malo, que es pecado, que a Dios cómo se le ocurrió eso”, no, si Dios lo hubiese querido de otra manera así hubiese sido, si no hubiese querido que no hubiese placer, así hubiese sido.
La actividad sexual no es aprendida, es innata, todos los seres humanos tienen apetito sexual.
Es que a veces uno quiere mandar un mensaje con la apariencia “es que yo soy diferente, yo sí soy santa”.
Es necesario que quitemos eso porque eso nos está dañando, la persona tiene que aprender a vivir en la libertad.
Al ser humano tenemos que enseñarle a manejar lo que Dios le dio y manejarlo bien.
El sexo en la juventud y la adolescencia
Tenemos un problema porque una chica de 12 años siente igual que una de 35, se apasiona igual, se emociona igual, pero no tiene la madurez igual.
Es que nosotros los mayores nos hemos inventado unas teorías para nosotros salir bien y que los niños queden culpables.
Si la pasión se pudiera evitar solo porque es pecado, nadie caería en pecado y nosotros hemos caído en ese error, pensar que decirles, “cuidado, cuidado me traiga niños porque la boto”.
Si ella pudiera pensar en el momento de la pasión que la van a botar, nadie haría eso, pero al momento de la pasión nadie piensa porque la pasión no es razonable, no tiene cerebro, solo se siente.
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Hay muchas niñas perdidas porque solo le hemos prohibido pecar pero no le hemos enseñado a vivir.
Nosotros hemos creído mucho en la prohibición y en el castigo y la Biblia revalúa eso.
Cuando un hombre fuma marihuana y nadie lo sabe, él se esconde para que nadie la vea pero el día que lo descubren perdió la vergüenza.
Podemos castigar todo lo que queramos pero el hombre no funciona así, la corrección es una cosa y el paso físico es otra.
Enseñemos a nuestros hijos a respetarse. El problema es que las mamás solo lo que hacen es prohibir y no le enseñan y cuando la niña cae en pecado le dan su paliza y el pecado oculto lleva a otro pecado y a otro.
La mentira es tan grande como el pecado que tratas de tapar.
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El sexo en la mujer adulta
El sexo en la mujer adulta no debe producir problemas de ninguna clase porque biológicamente está bien, su madurez está bien, su deseo está bien.
Pero como el sexo no se tiene solo generalmente, sino con una pareja ahí le nacen los problemas.
¿Cuántas veces a la semana? ¿Otra vez? Ese hombre solo piensa en eso, justo porque la mujer tiene un ciclo y el hombre no.
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La sexualidad de la mujer en la iglesia.
Ahí es donde se necesita la negociación sincera.
El matrimonio no es para niñas es para mujeres adultas.
El problema que se le presenta a la mujer adulta es manejable pero como adultos, hay que negociar, hay que hablar.
Hay que entender que el sexo no se tiene si hay tiempo, el sexo no es un placer es un deber.
El sexo en el adulto mayor
No salga con el cuento de que “ya yo estoy muy vieja para eso”.
Es posible que usted ya no tenga la misma actividad sexual de joven pero no quiere decir que porque usted tenga 60 o 70 años ya no puede tener relaciones sexuales.
Esto ha traído muchos problemas, es que uno se casa para cumplir el deber conyugal con el otro porque así es la vida.
A veces la persona no es que no tenga el deseo, sino que se le ha metido que por la edad se retira, no Señor, hasta que él no se retire, usted no se retira.
Aquí se produce un problema porque nosotros tenemos un montón de prejuicios y entonces decimos que es pecado y un montón de cosas.
¿Cómo hace usted para tener sexo cuando está embarazada? O ¿apenas que sale embarazada ya no tiene más sexo hasta que sale del embarazo?
¿Cómo hace para tener sexo con un abdomen de siete meses? Tiene que buscar algún acomodo.
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El problema es que nosotros le hemos puesto a esto tantas cosas, que entonces condenamos a todo el mundo pero todo el mundo lo hace.
Según muchos sexólogos, muchas mujeres tienen más placer sexual cuando están embarazadas que cuando no lo están.
Entonces ¿Por qué va a dejar de tener la relación sexual?
La Biblia no dice en ninguna parte en qué posición la gente debe tener el sexo, pero si ya usted metió todas las posiciones que no son “normales” en el saco del pecado, usted se cortó la cabeza solito.
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No debemos ser hipócritas, debemos ser santos porque muchos dicen una cosa de la boca para fuera pero la puerta del cuarto para dentro es otra cosa.
Lo que sea demasiado para nosotros, está bien que no lo hagamos.
Pero una vida que procure el desarrollo de los dos, la compresión y el mantenimiento del matrimonio hay que procurarlo porque si no estamos desbaratando lo que Dios mismo unió.
El varón es más inseguro que la mujer porque quien cría el varón es una mujer y el varón depende casi que emocionalmente de una mujer.
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Pero el hombre piensa que él posee a la mujer en la medida que ella se le entrega, cuando ella lo rechaza, no está rabioso porque no puede tener sexo, está inseguro porque no sabe si es que no lo quiere.
Los varones tienen que descargar su fuerza seminal como cada 48 horas, es normal que el hombre quiera, es una cosa biológica.
Conozcámonos, conozcamos al otro y seamos felices dentro de nuestra vida cristiana y una reverencia al Señor.
Pastor: Álvaro Torres