Manifestaciones de la tentación

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Manifestaciones de la tentación

“Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra” 2 Timoteo 2:21. El tema del cual hablaremos en esta ocasión es: «Manifestaciones de la tentación».

Podemos ver en el verso anterior que dice si alguno se limpia, es decir, es claro que la acción debe ser realizada por nosotros.

Hay ciertas cosas de las cueles Dios nos puede limpiar, pero hay otras de las cuales nosotros mismos debemos limpiarnos.

Para que Dios pueda usarnos, debemos estar limpios, santificados, preparados para toda buena obra.

Es bueno mencionar algo que es muy común; en nuestros hogares usualmente esos utensilios como copas, platos y vajilla más elegantes.

Permanecen guardados en un lugar diferente a los utensilios que usamos diariamente, ya que son usados en ocasiones especiales.

Los vasos especiales están en un lugar distinto y nosotros queremos ser vasos espaciales en las manos de Dios, no queremos ser un utensilio común.

Ninguno de nosotros seguramente quiere ser usado para cosas banales, por el contrario, queremos ser usados para cosas especiales, así que debemos ponernos en un lugar especial.

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Dios tiene planes, él siempre tiene grandes planes que quiere realizar y para esos busca vasos especiales.

Si nosotros permanecemos en el lugar de vasos especiales, seguramente el día que Dios necesite uno, buscará y nos encontrará listos para su plan.

A veces creemos que no somos especiales, incluso pensamos que las personas que están a nuestro alrededor tienen más talentos.

Pero debemos entender que a Dios no le impresionan los talentos, porque le es quien capacita.

A Dios lo impresionamos cuando estamos limpios, él dará lo demás.

El Señor es puro y él deposita en nosotros cosas especiales; al estar sucios él no regalará de su pureza en un lugar donde no servirá o en un lugar donde se desperdiciaría.

El usa y deposita su pureza en vasos completamente limpios, por eso, la importancia de mantenernos limpiando nuestra bandeja.

No importa tus años en le evangelio, tus cargos o talentos, todos tenemos la necesidad de limpiarnos diariamente.

Así como todos los días nuestro físico es limpiado, nuestro interior también lo necesita.

La mayoría del pueblo de Israel mientras estaba en el desierto, no agradaron a Dios y no le agradaron a Dios porque no se limpiaron.

Ser salvos no es suficiente para agradar a Dios porque la salvación la hizo él.

Muchos se enorgullecen de su fe, pero esa fe fue regalada por el Señor mismo, debemos mantener limpiando nuestra bandeja para agradar a Dios.

Toda la obra de la cruz es un regalo de Dios, la fe que tenemos ha venido por la palabra que él nos ha dado, notemos como todo es dado por él.

Tu oración, tu ofrenda, tus diezmos, tu ayuno, eso lo decides tú, ese es tu servicio.

Nosotros tenemos que esforzarnos en agradar a Dios, “Esfuérzate para poder presentarte delante de Dios y recibir su aprobación…” 2 Timoteo 2:15. Ese es nuestro servicio al Señor.

Hablemos de 4 tipos de pecados que cometió el pueblo de Israel en medio del desierto, que nos sirven como ejemplo para no repetirlos y limpiarnos diariamente de todo eso.

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“Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.”

  • Idolatría: “Por tanto, amados míos, huid de la idolatría” 1 Corintios 10:14.
  • Inmoralidades sexuales: “Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil” 1 Corintios 10:8.
  • Poner a prueba al Señor: “Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes” 1 Corintios 10:9.
  • Murmuración contra Dios: “Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor” 1 Corintios 10:9.

Si queremos limpiarnos, agradar al Señor y o ser como ese pueblo que no agradó al Señor, debemos examinar como esta nuestra vida en estos aspectos.

Cuando nos confrontémonos a nosotros mismos. Cuente lo que cueste hoy provoquemos a Dios para que nos mire como vasos especiales.

El pecado de la idolatría

Es la rebeldía a la soberanía de Dios.

Una de las cosas que Dios exige, que no es opcional, sino una obligación es la adoración absoluta de su pueblo, de los llamados sus hijos.

El no comparte el primer lugar con nadie, él es el único que merece ser puesto de primero en todo.

“No tendrás dioses ajenos delante de mí” Esta es la base de este punto, el mandamiento de Dios sobre la idolatría, que lo encontramos en Éxodo 20:3.

Sigue hablando el Señor sobre esto y dice: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso…”

Si queremos servir al Señor, a él solo serviremos, él no comparte su esposa con nadie.

La idolatría es compartir el primer lugar que solo le pertenece a Dios, con otras cosas o dioses.

Las imágenes y pensamientos filosóficos, son ídolos delante de Dios.

Estamos desarrollando el tema: «Manifestaciones de la tentación»

No podemos leer la Biblia y al mismo tiempo leer libros que vayan contra lo que está enseñando.

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Si estas compartiendo tu tiempo de aprendizaje de la Biblia con otras filosofías, estas cometiendo el pecado de la idolatría.

Si las decisiones en tu vida no estas siendo tomadas poniendo a Dios como tu principal guía, estas en idolatría.

“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”.

Hay quienes hacen del dinero su principal Dios, solo lo buscan y lo hacen lo más importante, es idolatría.

Limpiémonos de esto, de hacer ídolos en nuestras vidas, porque le único que merece la honra la gloria y todo de nosotros es Jesús.

El pecado de la inmoralidad sexual  

“¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, quien vive en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se pertenecen a sí mismos” 1 Corintios 6:19.

Como no somos dueños de nuestro propio cuerpo, debemos honrar a Dios con él; desde lo interno hasta lo externo, nuestros aparatos reproductores y todo le pertenecen a Dios.

No podemos usar cada parte de nuestro cuerpo como queremos, obedeciendo a placeres carnales fuera de los mandatos de Dios.

Cada vez que participamos en inmoralidades sexuales, nos destruimos, porque el sexo fuera del matrimonio destruye, pero dentro del matrimonio construyen.

“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia” Gálatas 5:19.

Desde juegos fuera del matrimonio, caricias y demás que involucren nuestros aparatos reproductores y que creen sensaciones sexuales, es inmoralidad sexual.

Desde tus cabellos hasta la punta de tus pies debe ser para honrar a Dios, no brindes tu cuerpo al mundo y sus deseos.

Ver novelas, películas, series y demás, donde existan inmoralidades y libertinaje contamina nuestro ser.

Si queremos que Dios nos llene con su espíritu, que nos renueve, que nos de capacidades, dones y muchos regalos más.

Debemos estar completamente limpios, por eso, la invitación hoy es a mantener limpiando nuestra bandeja.

Y recordemos que no solo cometemos inmoralidad sexual en actos, sino también en pensamientos, apartémonos de todo deseo que nos hace daño y nos puede llevar a caer.

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El pecado de tentar a Dios

Tentar a Dios es vivir tan cerca del pecado como sea posible sin que “perder su salvación”,

Esas personas que preguntan que es pecado y que no, están en esa posición, están viviendo tan cerca del pecado como les sea posible.

Cuando estas en el nivel que debes estar delante de Dios, no se pregunta qué es pecado y que no, sino qué es lo mejor que le puedo dar a Dios.

Qué es lo mas especial, como puedo dar todo lo que soy a Dios, se vive en agradecimiento porque él ha dado mucho.

Querer reconocer más y más a Dios y darle lo mejor es lo que debemos hacer como sus hijos.

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Manifestaciones de la tentación.

Cuando se quiere negociar con Dios de lo que le queremos dar, eso es tentarlo.

Hay tres manifestaciones de la tentación:

  1. Desconfianza
  2. Incredulidad
  3. Desobediencia

El pecado de la murmuración contra Dios

Es hablar mal de Dios y de los demás, “Y hablaron contra Dios, diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto?” Salmos 78:19.

En ocasiones hablamos mal de Dios y no nos damos cuenta, creemos y confesamos que Dios nos ha mandado pruebas cuando no ha sido así.

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Murmuramos en ocasiones contra mensajeros que llevan la palabra de Dios, el rechazar un mensaje de Dios, es rechazarlo a él.

No debemos murmurar tampoco de nuestros hermanos en la fe, ni del prójimo.

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Manifestaciones de la tentación.

”Que haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, divisiones, maledicencias, murmuraciones, soberbias, desórdenes” 2 Corintios 12.

En este verso encontramos todas las formas de murmuración que hay. Mantengamos limpiando nuestra bandeja, nuestro interior de estas cosas.

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Cuando Pablo habla de la circuncisión de nuestro corazón, lo hizo porque el corazón es carne, la desobediencia, la ira, rebeldía, el enojo, los celos.

Todo eso son acciones de la carne y de cada una de esas cosas debemos limpiarnos.

Debemos tomar nosotros mismos la decisión de limpiarnos, de querer ser vasos útiles y especiales en las manos de Dios, para que él deposite de su pureza en nosotros.

Decide limpiarte de las manifestaciones de la tentación y Dios hará el resto.

Por: Yvette Torres

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