Mujeres que ignoran cómo Dios las ve

Muchos hombres ven a la mujer como lo ve esta sociedad o como le ha enseñado su familia, lo que ha aprendido a través de las generaciones. «Mujeres que ignoran cómo Dios las ve».

Hay muchas mujeres que ignoran cómo Dios las ve.

Si le preguntáramos a una mujer casada ¿Cómo te ve tu esposo? ¿Cómo te ven tus hijos? Tal vez, tenga que confesar que tiene muchos vacíos en su vida, que quisiera que la valoraran más.

Que quisiera que reconocieran la labor, el puesto que ocupa en su hogar.

Si le preguntáramos a una mujer cabeza de hogar ¿Cómo te ve tu familia? ¿Cómo te ve la sociedad?

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Tal vez, tuviera que contar muchas cosas que le duelen a ella.

El Señor puso a la mujer en un lugar de privilegio y tenemos que ir al Edén cuando el Señor formó a la primera pareja.

Dice la palabra que, “Varón y hembra los creó y los bendijo Dios”.

Los puso en un lugar donde había sufrimiento, no había quebranto, peligro, muerte, enfermedad, soledad, donde todo era un paraíso para ellos, donde había felicidad, gozo, paz.

Pero el Señor desde el comienzo se ha reservado una parte para él y esa parte se llama “obediencia y fidelidad”.

Sabemos la historia, que Eva fue seducida, tuvo una charla que cambió su manera de pensar y la llevó a actuar en contra de la voluntad de Dios.

Y a raíz de ellos vino el castigo, fueron echados a un lugar que no estaba preparado para ellos donde había dolor, abandono, muerte por causa del pecado.

Empieza allí a sufrir la primera mujer donde tiene que ver a su hijo muerto pero también  a otro huyendo del pecado.

Y la sentencia del Señor fue que con dolores daría a luz sus hijos pero también que el deseo de su marido sería sobre ella.

Muchos hombres empezaron a enseñorearse de la mujer tal vez de una manera equivocada, los judíos tenían una visión difusa a cerca de la mujer.

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Dice que no les permitía a la mujer recibir educación y por esta razón eran incultos, lo único que se les permitía a ellas era criar a sus hijos.

También eran excluidas de la adoración a Dios, no tenía poder de decisión en el matrimonio, no podía divorciarse.

La mujer no heredaba propiedades pero algo muy grande sucedió, el Señor Jesucristo vino a demostrar su visión sobre la mujer.

Lo primero que hizo fue entrar al vientre de una mujer y nacer a través de ella. Lo que muchas consideran una carga, fue un privilegio tan grande.

Al mirar la historia vemos como una mujer fue sorprendida en el acto mismo del adulterio y la ley decía que si esto pasaba deberían de morir apedreados.

Llegan unos hombres a decirle al Señor, y él dijo, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”, pero ninguno la pudo lanzar porque él sí conoce nuestros pensamientos.

El Señor le dice, ni yo te condeno, él le sirvió de abogado “vete, y no peques más” es posible que alguien necesite a ese abogado.

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Tal vez, hay una mujer que esté sufriendo y tu miras a un lado y te condenan y al otro también pero si mirar arriba hay un abogado que está dispuesto a perdonarte, a extender su mano y levantarte.

Un día iba el Señor a Samaria y llegó al pozo de Jacob, había una mujer y con las mujeres no se habla en público.

Pero el Señor se acercó a esta mujer y empezó a hablar con ella y no era la mejor mujer, no era la conducta más intachable, era una mujer pecadora.

El Señor le pregunta por su marido, hay quienes no se acercan a Dios porque dicen que son muy pecadoras pero hay uno que no le da pena, no se avergüenza de oírte, de acercarse a ti, así mira el Señor a la mujer.

Tal vez, alguien se siente menos, con autoestima muy baja, atrévete a tocarlo a él a acercarte a él y verás cómo te podrá en alto.

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Hemos sido testigos del poder de Dios. Cuando el Señor Jesucristo resucitó a la primera persona que se le apareció fue una mujer y no fue la mejor mujer sino a una a la que se le había echado fuera 7 demonios.

Ese es nuestro Dios, a él no le interesa tu pasado, ni tu condición, él no está buscando lo mejor, él va allá donde hay la necesidad.

Esta sociedad mira a la mujer como un símbolo sexual pero el Señor es tan grande, que le está diciendo a los hombres.

“Cualquiera que codicie a la mujer en su corazón ya adultero con ella”.

Como quien dice, no la mires así, mírala con respeto.

Los hombres de Dios han aprendido a ver la mujer como Dios manda. Dios les dice a los hombres que vivan con las mujeres sabiamente.

Hombre, aprende a mirar a las mujeres como Dios nos ve, para Dios no es problema las lágrimas de la mujer.

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Dios nos hizo así, eso no es una desventaja.

Usted le puede entregar su corazón a un  hombre pero ese hombre te puede fallar, este Dios nunca falla, nunca causa desengaños, tristeza, ni dolor.

Tus secretos cuéntaselos a Dios, te guarda el secreto y te ayuda.

Asegura tu futuro, hay muchos peligros para ti y hay uno que puede guardarte y nunca te vas a arrepentir.

Por: Maritza Arias