No temas porque yo estoy contigo

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No temas porque yo estoy contigo

El mensaje que Dios quiere darnos hoy es: No temas yo estoy contigo.

“Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo” 1 Samuel 11.

Nos correspondió vivir en una sociedad atemorizada, una sociedad afligida, una sociedad confundida por los temores; hay miedo a las guerras.

La gente en este país siempre ha vivido con miedo, porque sienten que a cualquier amenaza de guerra, en Colombia no tenemos cómo responder.

Hay miedo por toda parte, hay miedos en los barrios, en los cajeros electrónicos, en los bancos, pero hoy Dios nos dice, que no sé turbe nuestro corazón ni tenga miedo.

La Biblia registra que en una montaña había 850 sacerdotes, 400 de Baal y 450 de Asera y había un solo representante de la deidad, un solo representante de Dios y en contra 850 sacerdotes falsos.

Pero ¿Quién puede más? 850 que confían en un Dios que no ve y que no siente o uno solo que tiene al Dios todopoderoso.

A Elías le habían mandado a decir, que estaría muerto y él se llenó de miedo; veamos que, aunque Elías era un hombre de poder, también sintió miedo; él se fue y se escondió en una cueva, pero Dios lo fue a buscar.

Angustiado le contó al Señor que lo buscaban para matarle; por eso, constantemente debemos renovarnos en el Espíritu para que no nos atemoricemos, para que no nos dejemos llevar de pensamientos humanos.

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El Señor le recordó a Elías que él no estaba solo y que no había sido él, sino que todos los milagros y el fuego que había caído, había sido obra de Dios; el Señor le dijo a Elías: no temas, yo estoy contigo.

Aquí hay una iglesia que posiblemente es pequeña ante los ojos de los demás, pero que tiene mucho poder y autoridad dada por el Espíritu Santo, a esta iglesia Dios le ha dicho: no temas, yo estoy contigo.

La Biblia también menciona dos ejércitos, uno era el ejército de Saúl, y el otro el ejército de los filisteos.

El ejército filisteo tenía un hombre que media más de 2 metros de estatura y este hombre cuando se levantaba se veía enorme.

Y aunque el ejército de Saúl se veía entrenado para muchas batallas, cuando veían al gigante, dice la Biblia, que sentían pavor y miedo.

A veces nos dejamos impresionar por la estatura de alguien, se nos olvida que con nosotros está el más grande.

Pero había uno que no tenía miedo, no era especialista en espada, no sabía mucho de la guerra, no había entrenado tanto como muchos, pero tenía el poder de Dios y no tenía miedo.

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Cuando confiamos y creemos en lo que Dios puede hacer con nosotros, no nos dejamos atemorizar de nada ni nadie.

Este joven era inexperto en la guerra, pero un experto en la intimidad con Dios; salió al campo de batalla.

Él no iba a pelear, iba a llevar unos quesos y cuando llegó al lugar de la batalla, miró el gigante y preguntó quién era el.

David lo vio sin temor y entendió el desafío que le hacía al ejército de Dios, David vio pequeño al gigante.

Si alguien se esconde en el poder de Dios, no hay gigantes, las enfermedades se reducen, los enemigos se agachan y el poder de Dios hace maravillas.

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Saúl le dijo, que él no era un hombre de guerra, pero David le respondió que con él iba a Dios y que vencería a ese gigante.

No fue lo que hizo David con su onda, ni con esa piedra que le pegó el gigante, fue el refugio que David puso en Dios y el reconocimiento que le dio.

David sabía que sus fuerzas no le servían, que no serían suficiente, pero echó mano de la fuerza de Dios, porque sabía que era la única fuerza que necesitaba para vencer al gigante.

Cuando nos refugiamos en Dios y dejamos que todo lo haga él, cuando nuestro temor y nuestro miedo lo dejamos confiando en él, las cosas cambian para bien.

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Iglesia, nunca hemos estado solos hay uno que siempre ha ido a nuestro lado, hoy nos dice, no temas, yo estoy contigo.

Donde Dios está, suceden cosas extraordinarias ¿Por qué tener miedo?

Dios es el escondedero contra el turbión, el refugio a los que en el esperan, es torre fuerte y no nos desampara, él es como sombra de gran peñasco en tierra calurosa y es nuestro amparo y nuestra fortaleza.

Él que está con nosotros, no nos deja.

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¡Yo estoy contigo! eso hoy nos dice Dios en medio de estas líneas, que no importa tu problema y tú dificultad.

Que no importa la situación tan adversa que estés pasando el día de hoy, él estará contigo.

Es humano sentir temor, pero los que somos de Dios sabemos que su amor echa fuera todo temor, en el confiamos y en él estamos seguros.

Recuerda, quien va con nosotros ya ha ganado todas las batallas, él te dice: No temas yo estoy contigo.

Por: Jorge López

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