¿Padre, Hijo y Espíritu Santo son el mismo?

A través de los años hemos visto y demostrado por la Biblia que Dios es único y no hay trinidad, y que el bautismo para el perdón de los pecados es en el nombre de Jesús. Hablaremos sobre: «¿Padre, Hijo y Espíritu Santo son el mismo?»

Esta es la única forma de que los pecados del hombre sean perdonados porque el cheque con el que pagaron su deuda de pecado, tiene el nombre de Jesús.

La gran mayoría de nosotros nos bautizaron cuando niños, algunos cuando grandes, pero a un gran grupo a la hora del bautizo, le invocaron los títulos.

Los cuales son muy famosos, los podemos encontrar como:

• Padre
• Hijo
• Espíritu Santo

Lo cual es una fórmula errónea porque no es bíblica, por lo tanto, es un bautismo que no tiene el nombre de Jesús y si no tiene este nombre, no es válido.

Le invito a que a través de la consciencia, usted piense bien si en realidad está bautizado como Dios mandó en su palabra, en el nombre de Jesús.

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Si se encuentra bautizado en ese nombre, lo felicito porque nos veremos en el cielo, pero si no, lo invito a reflexionar en esta hora.

Debemos basarnos en lo que la palabra dice, que es bueno escucharla a través de los líderes y personas que se dejan usar por el Señor Jesús.

Pero también hay una contra parte que nosotros debemos poner en acción y es que, lo que aprendemos debemos ponerlo por obra.

Otra de las cosas que a lo largo de los años hemos escuchado por la iglesia tradicional, y nos lo han enseñado, es que en la deidad o al interior de Dios hay tres dioses.

Tradicionalmente nos han dicho a todos, «tres personas distintas, un Dios verdadero’’ o en algunas partes, se habla de la trinidad.

Hablan de un solo Dios que es como un huevo, de acuerdo a la analogía o metafóricamente dan para que la gente comprenda su idea.

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Según ellos, así como el huevo tiene cáscara, yema y clara, comparan al Señor, pero su palabra dice: «¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo’’.

«Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio’’.

«¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: ¿Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio?’’

«¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance’’ Isaías 40:25-28.

Podemos ver que a Dios no se le puede comparar con nada, él que es el creador de universo.

Considero que es una falta de respeto que lo comparen con un huevo, para tratar de explicar una enseñanza que no tiene base bíblica.

Constantino el emperador romano, para muchos fue considerado con el apóstol número trece, en el año 323, cuando adoptó la religión cristiana como imperial, la religión de Roma hasta el día de hoy es la que este señor adoptó.

Esta religión que Constantino adoptó es pagana porque no adoptó el cristianismo de Jesús, sino que hizo una mezcla de religiones y doctrinas.

Entre las cuales se encontraba la trinidad, la cual ya se enseñaba en Babilonia, Grecia, Egipto y que era muy difundida en todo el Medio Oriente.

Sin embargo, Constantino toma supuestamente la iglesia cristiana porque en una de sus batallas, en el cielo él ve una cruz.

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Y escuchó una voz que le dijo: «con este signo vencerás’’ y esto, se convirtió en el detonante para que él se volviera «cristiano’’.

Entonces tiempo después de que surgieran los análisis de la filosofía platónica, nació el dogma de la trinidad.

Pero yo quiero decirte hoy, que en la Biblia usted no va a encontrar un solo creyente que sea trinitario.

El problema de nosotros no es con la gente que cree en la trinidad porque nuestra misión es ir a predicarles el evangelio.

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Tal y como lo menciona la palabra del Señor: «Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura’’.

«El que creyere y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas’’.

«Tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán’’ San Mateo 16:15-18.

El problema de nosotros es con el diablo y la enseñanza que quiere impartir en toda la humanidad, y que no es bíblica.

La palabra del Señor se divide en dos partes:

El Antiguo Testamento, el cual abarca 4 mil años de historia aproximadamente, y el Nuevo Testamento que abarca 94 años de historia.

Así que cuando usted abre el Antiguo Testamento, tiene 4 mil años de la historia de la humanidad, y de la revelación de Dios.

Y cuando abre el Nuevo Testamento, tiene 94 años de historia, pequeños ante la cantidad de años que tiene el antiguo.

Vemos que Dios comenzó con su trato con el hombre, pero como éste siempre ha sido mundano porque si analizamos, para la gente es más fácil hacer lo malo que lo bueno.

El Señor por eso, se prepara a un hombre llamado Abraham, y de este hombre sale el pueblo judío, y a este pueblo Dios se les revela.

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Dios al pueblo judío le revela su forma, carácter, esencia y les revela quién es el él, ahora ¿La confusión en qué radica?

Lo que pasa es que cuando uno comienza a predicar sobre la unicidad la gente dice: «bueno, sí, pero con quién hablaba Jesús, le oraba, por qué dice hagamos’’.

La respuesta es que son términos que debemos entender, leyendo la escritura completa, la revelación ya está en la Biblia.

Debemos dejar guiarnos del Señor Jesús para que haga la obra en nuestra mente.

Por: Luis Marín