Remordimiento vs arrepentimiento verdadero
En esta ocasión hablaremos sobre una doctrina fundamental y es el arrepentimiento, debemos saber que para que se dé el arrepentimiento debe haber fe. Hablaremos sobre: «Remordimiento vs arrepentimiento verdadero».
Cuando nos arrepentimos debemos tener un nuevo nacimiento. Uno de los grandes problemas que se están viviendo a nivel mundial son las necesidades.
Llegan muchas personas a la iglesia con éstas, pero son pocos los que llegan arrepentidos.
El Señor Jesús mandó a que se predicara en su nombre el arrepentimiento.
Los judíos, después de que Pedro predicara un sermón muy hermoso, sienten en lo más profundo de su corazón una necesidad, y preguntan, varones hermanos ¿Qué haremos?
Pedro les enseña diciendo: arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de pecados y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Ellos hacen esa pregunta, porque tenían un concepto de las cosas de Dios, tenían un conocimiento y algunas creencias, pero no eran personas arrepentidas.
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Cuando hablamos de arrepentimiento, a lo que se refiere es un cambio de mentalidad, un cambio de propósitos, por eso, no confundas remordimiento con arrepentimiento.
Dice la Biblia que el Espíritu Santo es quien nos convence de pecado, por esta razón, hay que predicar la palabra.
Si ésta no se predica, no habrá un arrepentimiento; la palabra de Dios bajo la unción del Espíritu Santo es la que convence al hombre de pecado.
El arrepentimiento es un cambio profundo.
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Pablo Al hablar de él, de sus cualidades, cuál era su linaje y su educación, también menciona.
«Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret.»
Pablo creía que él estaba bien, pensaba que lo que estaban en el error eran los seguidores de Jesús y así es el ser humano.
Los que no conocen a Jesús, piensan que somos nosotros quienes estamos locos y en un error.
Cuando la Biblia habla del arrepentimiento, habrá algún cambio de actitud rotundo, de una manera diferente de pensar.
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Al escuchar la palabra de Dios, esa palabra confronta con la verdad y es cuando verdaderamente sucede el arrepentimiento.
No hay que confundir el arrepentimiento con el remordimiento, hay cosas que a veces duelen y uno dice no la volverlas a practicar, eso se pasa, eso es remordimiento.
Pensar que nunca más volverá a hacer una acción, volver a caer en ella y sentirse mal por hacerlo.
Dios nos ha hecho nuevas criaturas, nosotros nacimos con una naturaleza pecaminosa, y el Señor dice, que hemos sido engendrados por la palabra de Dios que es viva y permanece para siempre.
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Si no hay fe no hay arrepentimiento, si no hay arrepentimiento no hay nuevo nacimiento, si no hay nuevo nacimiento no hay regeneración.
El apóstol Pablo hablando con los Tesalonicenses le dice: yo testigo de cómo ustedes se volvieron de los ídolos al Dios vivo.
Quien no se ha arrepentido difícilmente va a obedecer la palabra de Dios, si no se ha arrepentido siempre buscará su propia conveniencia; no confundas remordimiento con arrepentimiento.
Esta iglesia debe oír y enseñar la palabra de Dios, porque ésta es la que transforma, cambia al ser humano.
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La doctrina nos enfrenta con la realidad, nos pone a pensar; no es sólo ir a la iglesia, o sólo cantar, no es sólo permanecer entre hermanos.
La Biblia dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” 2 Corintios 5:17.
Debemos permanecer en Cristo para que día a día su palabra nos renueve.
Por: Edilberto Movilla
