Sin Dios no somos nada

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Sin Dios no somos nada

“Irán de poder en poder; Verán a Dios en Sion” Salmos 84:7. Hablaremos sobre el tema: «Sin Dios no somos nada».

  • Belén: fieles en las cosas naturales
  • Adulam: fieles en la necesidad
  • Hebrón: fieles en la relación
  • Sion: fieles en el gobierno de Dios

Los hombres de David habían madurado y habían desarrollado un carácter suficiente para ser príncipes y gobernadores en el reino.

A Sion llegan hombres y mujeres que han sido probados, que han alcanzado un grado de madurez.

En Sion uno no tiene que hablar mucho, en Sion uno es lo que es, por la gracia de Dios, y por la fidelidad en Belén, en Adulan y en Hebrón; en Sion uno llega a ser verdaderamente un siervo santo.

Pronto se expone el siervo inmaduro, este habla mucho de lo que hace, nos cuenta como Dios lo usa, como Dios habla por él y como Dios ministra.

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Su ministerio es de gran valor, no se da cuenta que su misma boca lo entrega y nos deja saber que todavía es inútil y neófito; no aprendió el proverbio que dice: alábete el extraño y no tu propia boca, el ajeno y no nos labios tuyos.

Con razón el apóstol San Pablo hace una lista de requisitos para los que deseen obispado, para los que desean reinar en Sion:

Irreprensible, no se le puede arrestar; marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar.

Que trate bien la palabra de Dios, no dado al vino, no agrede a la congregación cuando predica de Sion o en Sion.

No es codicioso, es amable, es apacible, no es avaro, gobierna bien su casa, tiene los hijos en sujeción, tiene buen testimonio.

Si eres un recién convertido, si estás dando sus primeros pasos en los caminos de Dios y quieres servirle a él, permite que el Señor haga su trabajo poco a poco y lentamente.

Debemos entender que no importa cómo nos veamos por fuera, lo que importa es lo que hay adentro.

Debemos ser cocinados por Dios a fuego lento y ese fuego lento significa aflicciones, prueba, lágrimas; ese fuego lento es el quebrantamiento, por donde se pasa para poder llegar a Sion.

En Sion uno conoce su lugar, su oficio y su propósito; se somete a su autoridad con un espíritu sumiso y ejerce su autoridad con respeto y con comprensión.

En Sion el orgullo, la avaricia, la envidia, los celos, han quedado atrás.

El siervo santo está listo para hacer lo que diga su Señor, ya no se trata de una misión individual, ya no es uno, ya no se dice: voy a predicar, sino, vamos a predicar.

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Ya no se habla de yo voy a construir, sino, vamos a construir; porque en Sion se reconoce que sin Dios y sin compañeros, no podemos llegar muy lejos.

Pobre de aquel que cree que puede solo y que no necesita a nadie, esa persona todavía ni siquiera llega a Belén, porque en Sion se sabe que nos necesitamos los unos a los otros.

El primer acto de rey que David hace luego de ser ungido y posicionado, es querer cambiar la capital de Hebrón, y lo primero que tiene que hacer David es confrontar a su jebuseo.

Entendamos que cada uno de nosotros vamos escalando y al decir escalar no nos referimos a cargos como: diácono, pastor, obispo, miembro del consistorio, no.

A las escalas que nos referimos, son esas que nos llevan hacia la madurez.

La Biblia nos dice que el jebuseo escuchó a David y se burló de él.

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Es interesante ver que ni Josué, ni ningún otro líder se había propuesto a conquistar a Sion, fue David el primero que lo vio y que le gustó como Monte de Jehová.

Alguien le dijo a David que los jebuseos decían que pondrían a los cojos y a los ciegos y que ellos lo vencerían.

Estos confiaban en sus grandes murallas. David se enfureció y dijo que los que subieran con él por los canales, los haría príncipes.

Es necesario vencer a nuestros jebuseos, detrás de esa victoria está Sion.

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El gobierno de Sion es un gobierno de compasión, amor y misericordia; ese gobierno es de conectarte con la misión misma de Dios.

Pero para llegar a Sion tienes que vencer a los jebuseos, ellos siempre te van a desafiar.

  • ¿Cuál es tu jebuseo?
  • ¿Qué debilidades en tu propia vida aborreces?
  • ¿Qué es lo que te detiene para que llegues a ser lo que Dios quiere que seas?

Cada uno de nosotros tiene un jebuseo que se para frente a nosotros y se burla, pero necesitamos esa valentía y estar revestidos del Espíritu de Dios para llegar a Sion, sin importar los desafíos de ese jebuseo.

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Sin Dios no somos nada.

Quizá tú jebuseo sea el dinero o la concupiscencia, quizá es el orgulloso, los celos o la ira, pero tú puedes vencer y establecerte en Sion.

Podemos llegar a pensar que Sion es manantial, que subir de Belén a Adulam y Hebrón es como una escala y al llegar a Sion es fuente y poder.

Sion quiere decir, lugar árido, una tierra tan seca que esta partida, en Sion hay sequedad y no es muy atractivo.

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Sion representa una sequedad en el alma que hace una dependencia de Dios absoluta, muestra que constantemente debe haber sed de Dios.

En Sion siempre hay ansias de estar en la presencia de Dios porque se entiende que sin esa fuente que es él, nuera alma está seca, partida y árida.

Sion nos recuerda que sin Dios no somos nada, que no hay nada fuera de él.

Es necesario llegar a Sion para entender que dependemos absolutamente de Cristo y de nadie más, y para vivir como él quiere y hacer solo lo que él nos ordene.

Por: Samuel Valverde

https://www.youtube.com/watch?v=8G7I9BCTU3s

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