Una iglesia saludable

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Una iglesia saludable

La historia del paralitico de Betesda, más que un simple acontecimiento es una restauración a una salud plena, la salud implica vida. Hablaremos sobre el tema: «Una iglesia saludable».

Implícito es todo aquello que sin expresarlo lo consideramos incluido, en lo expresado, por ejemplo: El fuego implica calor, humo, ceniza, el pan implica harina, agua.

Una implicación son dos aseveraciones de las cuales una es consecuencia de la otra.

Implicar quiere decir incluir en sí, siendo así, se puede afirmar que, debe haber vida previa, para que haya salud.

Solo puede tener salud lo que tiene vida, la única solución para la muerte es la resurrección, pero no puede tener salud sin antes tener vida.

El texto de Juan 5, nos plantea 2 lugares, uno el templo y otro el estanque, nos habla de 2 multitudes, la que está en el templo y la que está en el estanque.

La Biblia dice que Jesús subió a Jerusalén, antes de ir al templo se dirigió al estanque, entró por la puerta de las ovejas.

Todas las cosas que el Señor hace, las hace con un propósito.

En ese estanque hay una competencia extraña, porque los competidores son ciegos, sordos y paralíticos.

Lo cierto es que había algunos ganadores esporádicos, y muchos perdedores, solo había medalla de oro, no había medalla de plata, ni de bronce, solo el primero recibía el premio.

El Señor se dirige a un perdedor veterano, un hombre que sabía lo que era perder.

Lo máximo que había logrado era llegar de segundo, y se había quedado con las manos vacías, es un hombre experimentado en la frustración, con 38 años de experiencia.

Pero ese día aparece Jesús, él lo ve, lo conoce y le habla, la pregunta es ¿quieres ser sano?

Una pregunta clave para todo aquel que quiere tener salud, referida esta salud a la vida y salud del espíritu, ese hombre tenía vida, pero no tenía salud.

Vea también: Cómo se crece dentro de la iglesia

Entonces ¿Cuántas opciones tenía aquel hombre? Tenía 2 opciones.

La primera seguir viviendo postrado, dependiendo de la caridad de los demás, y la segunda, ser reavivado, restaurado a un estado de buena salud.

Salud que va más allá de las señales vitales, que es calidad de vida.

La respuesta de aquel hombre fue “No tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo”.

Había beneficios ocasionales, solo había salud plena cuando se agitaba el agua, ahora los ojos aquel hombre estaban puestos en Jesús.

Este relato es el encuentro de 2 voluntades, el ejercicio de la voluntad humana y el ejercicio de la voluntad de Dios.

La voluntad humana quiere y no puede, la voluntad divina quiere y puede, pero también está la voluntad del ladrón, de aquel que vino para hurtar, para matar y para destruir.

Jesucristo vino para que tengamos vida, y vida en abundancia.

Es el encuentro de 2 seres, el único incapaz y el otro capaz.

Un hombre incapaz de producir cualquier cosa buena, incapaz de producir arrepentimiento.

La Biblia dice “Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo:’’

‘’De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!”.

Quiere decir que el arrepentimiento para vida lo produce Dios.

A veces nosotros sacamos pecho y decimos “yo me arrepentí”, pero no es el momento de sacar pecho porque nos hemos arrepentido, es el momento de agradecer aquel que produjo el arrepentimiento.

Un hombre incapaz de orientar la fe, “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe’’

Puedes leer: La hermosa mirada de Jesús

«El cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”.

El hombre no puede orientar su fe porque, aunque nació con la capacidad de creer, su fe está totalmente desorientada.

Algunos creen en el brujo, otros en el agorero, el zodiaco y otros creen que no hay Dios, todo el mundo es creyente.

Y Dios no solamente es capaz de producir en nosotros arrepentimiento, sino que es capaz de orientar la fe.

Un hombre es incapaz de producir pensamientos buenos “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios’’

«Porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden”.

El hombre, no es capaz de sujetarse a los designios de Dios por sus propios medios.

De tal manera de el hombre es incapaz de producir arrepentimiento, orientar la fe, pensar bien y de sujetarse.

La historia del paralítico nos muestra 2 métodos para alcanzar el favor de Dios.

El primer método es el del esfuerzo humano, y el segundo método, es el de la gracia de Dios.

Es el encuentro de 2 religiones, la falsa y la verdadera.

La falsa es todo lo que el hombre hace para ser salvo, la verdadera, es lo que Dios ha hecho para que seamos salvos.

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Una iglesia saludable.

Se muestran 2 escaleras para llegar a Dios, la primera es la escalera de las obras del mérito humano, otra escalera es la de la revelación, de la gracia y el favor de Dios.

Hay 2 protagonistas, uno es el ángel y el otro es Dios, el ángel venía de tiempo en tiempo, pero Jesús vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

La palabra de Jesús le dice al enfermo “levántate” le pide 3 cosas.

Le pide que se levante, tome su lecho y que ande.

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3 cosas que aquel hombre no había podido hacer, sus músculos están activos, sus tendones muy bien conectados.

Todo eso nos sirve para preguntarnos ¿será que tiene el cristiano que proveerse los recursos, los medios para sostener una salud plena, para obtener la victoria sobre el pecado, el mundo y sobre la enfermedad?

El pecado, la enfermedad y el mundo son 3 gigantes, pero solo hay uno que los pudo vencer.

Hay citas en la Biblia que son muy elocuentes, sobre todo cuando se habla de situaciones adversas, como cuando el escritor dice:

“Antes en todas estas cosas somos más que vencedores”.

¿Debe vivir el cristiano como si siempre tuviera que poner en duda su situación frente a Dios y frente al mundo?

¿Debe vivir el cristiano cuestionándose su vida espiritual? ¿En qué consiste la salud vital y como se sostiene?

La Biblia dice que estamos persuadidos, es decir, convencidos de esto, que el que comenzó la buena obra en nosotros la perfeccionará hasta su venida.

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Una iglesia saludable.

Todo lo que dependa del hombre es frágil, Cristo prometió “sobre esta roca edificaré mi iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”.

La vida plena de la iglesia descansa sobre el hecho de quién es Él.

Hablando del Señor, no existe una inteligencia como la suya, Él es el Dios Todopoderoso.

“Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad”.

En el evangelio del Apóstol Juan hay 7 afirmaciones, que por ella misma sería suficiente para que nos afirmáramos, en el hecho de que la salud proviene de Dios.

Las afirmaciones nos dicen:

  1. “Yo Soy el pan de vida, el que a mi viene jamás tendrá hambre y el que en mí cree no tendrá sed jamás”.
  2. “Yo Soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.
  1. “yo soy la puerta, el por mí entrare será salvo”.
  1. “Yo Soy el buen pastor y buen pastor su vida da por las ovejas”.
  1. “Yo Soy la resurrección y la, vida, el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá”.
  1. “Yo Soy el camino la verdad y la vida”.
  1. “Yo Soy la vid verdadera”.

La salud de esta iglesia descansa sobre el hecho de quién es Él.

Cristo resucitó, y esa es una prenda de garantía, él venció la muerte, removió el pecado “he aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.

Al resucitar, Él venció las potestades y principados, la declaración que les hizo a los discípulos antes de enviarlos a la gran comisión.

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Una iglesia saludable.

“Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”.

La salud y la vida plena de la iglesia está asegurada por lo que él hizo por nosotros, es algo maravilloso, porque la iglesia no solo tiene vida, sino vida en abundancia.

Vea también: Las siete iglesias del Asia

Lo que él hizo por nosotros es un milagro, lo que él hizo por nosotros nos dio un corazón nuevo, un espíritu nuevo, escribió sus leyes en nuestros corazones, y está hoy con nosotros.

La gran comisión se llama así por 3 cosas.

  • Una gran declaración.
  • Una gran misión.
  • Una gran promesa.

La gran declaración es “toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”.

La gran misión es “id por todo el mundo y predicad el evangelio”.

La gran promesa es aquí “yo estoy”.

La vida y la salud plena de la iglesia están asegurada por el hecho de que él viene, algunos dicen que la iglesia está en decadencia, pero no es así, la iglesia no está en derrota, la iglesia está en victoria. Una iglesia saludable.

Por: Fernando López

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