Aprendamos a darle lo mejor a Dios

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Aprendamos a darle lo mejor a Dios

El tema que hoy abordaremos es aprendamos a darle lo mejor a Dios ¿Cómo enamorar a Dios?, ¿Cómo ser especiales con Dios y para Dios? de esta manera entenderemos que hay cosas que podemos ganar en él.

No tenemos que hacer muchas cosas o fuerza para ganar en Dios, hay muchas promesas que ya están dadas para nosotros los hijos de Dios, pero con nuestra actitud podemos ganar algunas más.

Hay personas que enamoran a Dios, tengamos presente una cosa es tener a Dios en el corazón y otra es que Dios nos tenga en su corazón.

Existen personas que Dios las tiene en su corazón porque sus actitudes y sus pensamientos son especiales para él.

¿Cómo enamorar a Dios? El rey David fue un hombre que enamoró a Dios, sabemos que cometió muchos errores y pecados.

Pero se humilló y los reconoció; fue un hombre conforme al corazón de Dios.

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David se había logrado meter en el corazón de Dios; sería bueno que al leer estas líneas tengamos muchas ganas de enamorar a Dios, así como lo hizo David.

¿Cómo enamorar a Dios? con una actitud diferente a la del resto de personas.

Hay quienes con su actitud provocan a Dios.

Recordemos el pasaje en la Biblia que nos habla de un suceso en la cruz, mientras el Señor estaba colgado allí, junto a él estaban dos ladrones también.

Hasta ese momento la condición de los tres era aparentemente igual, pero uno de ellos le dijo: si en verdad eres el hijo de Dios, bájate sálvanos.

A Dios no debemos hablarle con altivez, si hay algo que Dios no desprecia un corazón contrito y humillado ante él, y mira de lejos al altivo.

A Dios siempre debemos hablarle como un buen hijo a un padre.

Provoquemos a Dios siempre y movamos su corazón con una buena actitud.

En la Biblia vemos que el segundo ladrón reprendió al ladrón altivo por lo que había dicho.

El segundo ladrón que estaba colgado, ya venía con una revelación y su actitud fue diferente.

Él dijo: nosotros merecemos estar aquí colgados, pero él no ha hecho ningún mal y esto le llegó al corazón a Cristo, Jesús le dijo: Desde hoy estarás conmigo en el paraíso.

Es importante saber que debemos ser sumisos ante Dios, aunque cometamos errores y faltas como humanos que somos, podemos provocar a nuestro Dios y mover su corazón.

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Israel fue un pueblo que se portó mal con Dios, él todo se los daba, les dio: calzado, comida, agua cuando no había, un vestido que nos envejecía, vieron grandes milagros y aun así seguían con un mal comportamiento.

A Dios hay que tratarlo con altura y con reverencia, no podemos desconocer que por el contrario debemos darle lo que él merece, tratarlo como solo él lo merece.

Otro pasaje de la Biblia que podemos ver es el del centurión, un hombre que tenía a muchos a su disposición, pero reconoció la grandeza de Jesús y recibió conforme a su fe.

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Nuestro Dios es un Dios grande, es más grande que todo y que todos y eso es importante siempre recordarlo.

Moisés también fue un hombre que enamoró a Dios, y también cometió errores, pero aun así se humilló cuando lo hizo y Dios lo miró con ojos de amor.

¿Cómo enamorar a Dios?

Dejando todo en sus manos, relata la Biblia que una mujer habló mal de Moisés y Dios se le apareció en el camino.

Y le dijo, que no había uno más manso que él en la tierra, a esta mujer le dio lepra y la sacaron del campamento.

Moisés estaba en el corazón de Dios, cuando alguno quiere venir contra nosotros dejemos todo en manos de Dios y él hace justicia, que nuestra confianza solo este en él, eso lo enamora.

Dejemos que sea Dios quien hable y actué por nosotros.

La vida de David debe inspirarnos a ser especiales con nuestro Dios.

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Aprendamos a darle lo mejor a Dios.

David fue un hombre de detalles para con Dios siempre le daba lo mejor; dice la Biblia, que siendo rey de Israel, vivía en una casa hermosa de cedro, él estaba cómodo allí.

Pero un día se levantó y miró lo hermosa que era su casa y vio que era de cedro y pensó que la casa de Dios, el arca, estaba llena de cortinas.

En este momento pidió que le trajeran el arca, porque él iba hacer un lugar digno para su Dios.

Entendamos que lo mejor lo merece el rey de reyes y Señor de señores, que se llama Jesucristo.

Aprendamos a darle lo mejor al Señor.

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Y aunque David no hizo esto que pensó porque Dios no se lo permitió, fue la intención de él la que Dios miró con agrado.

Si nos ocupamos de las cosas de Dios, Dios se ocupará de nuestras cosas.

Seamos mejores hijos, mejores padres, mejores mujeres, mejores hombres, porque tenemos el mejor ejemplo y si estamos en él debemos ser como él.

Provoquemos con nuestros actos que Dios se enamore de nosotros.

Pastor: Juan Carlos Soto

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