Autocrítica que todo cristiano debe hacerse

Hay cosas que aunque parezcan pequeñas son de mucho interés, un ejemplo claro de ellas, es la Autocrítica que todo cristiano debe hacerse.

Ama a tus hermanos, no les hagas zancadillas y mucho menos siembres discordia entre ellos. No le digas a tu hermano, lo que dijo fulano de ti a menos de que sea una cosa buena.

Hay gente que alguien le dice algo de su hermano y de una vez van corriendo a decirle: Sabes fulano dijo esto y esto de ti y le aumentan más…

Esos son los que siembran discordia y chismes. Sujeta esa lengüita que no puede estar quieta y ama a tu hermano.

Los profesionales ya sean zapateros, mecánicos, sastres, latoneros, albañiles, ebanista no le quede mal al cliente.

Diciéndoles que venga mañana o que venga pasado mañana, eso empaña tu imagen como profesional y espiritual, porque la mentira es pecado.

Dile la verdad al cliente, eso realza tu negocio y a ti como cristiano.

Si usted cree que le va a quedar mal al cliente, llámelo y dígale, me paso tal cosa y no le puedo cumplir, necesito que me dé mas días para entregarle el trabajo.

No alteres el contador de la luz aunque el funcionario te lo insinúe, no compres objetos robados, ni uses la pesa falsa que eso a Dios no le gusta.

Hoy en día hay mucha gente que roba luz, eso le queda bien a los que no conocen a Dios, pero los que conocemos a Dios eso no nos queda bien, prefiero vivir sin luz pero no altero el contador.

Queremos vivir con aire acondicionado o integral, queremos darnos un lujo que no podemos.

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Para después estar robando luz, o una cometida escondida, tomando el agua por fuera del contador, eso no lo hacen los hijos de Dios porque eso es malo.

No te quedes con los vueltos que te dieron de más en la tienda, ni compres con el billete falso, aunque seas muy pobre no pierdas la bendición de Dios por nada.

Si te metieron un billete falso, pues de malas, que vamos a hacer, pero no lo eches pa’ lante, porque tu alma vale más que ese billete falso.

Cuando devuelvas el billete que te dieron de más, la gente se dará cuenta que eres evangélico y ese es una manera de honrar a Dios.

No dañes tu presupuesto con todo lo que te venden en la calle, ni recibas todo lo que te fíen, si no quieres quedar mal.

No te dejes dañar tu presupuesto mensual de cualquier vendedor aparecido por allí, después vendrán a acosarte cobrándote hasta el punto que te quitarán lo que compraste y perderás lo que invertiste.

Aunque tengas muchos compromisos económicos, págale primero los diezmos al Señor, porque él es primero y es quien nos da las cosas y puede darte lo que no tienes.

El que paga los diezmos al Señor, puede tener la seguridad de que no se va a empobrecer, todo lo contrario, recibe las bendiciones que Dios promete.

Sé un trabajador responsable y honesto, sino te gusta ese trabajo o el trato que te dan allí, retírate sin problema, pero deja la puerta abierta porque no sabes si te toca volver.

Si eres chofer cuida ese carrito, no digas despectivamente ese perol no es mío no me interesa que se dañe.

Pero tu comes de ese carro, de ese taxi, y pues si no te agrada retírate sanamente pero sé honesto.

No seas un trabajador deshonesto que se sienta a no hacer nada, cuando el patrón no está por allí, eso es ser deshonesto, si no le gusta porque cree que es mucho trabajo, mejor vallase

Si haces un negocio con un hermano y el negocio salió un poco mal, no te pelees con él, sencillamente no vuelvas a negociar con él, no sea que se te enrede la salvación.

Recuerda: Si te engañan la primera vez, el culpable eres tú, pero si me engañan la segunda vez, el culpable soy yo. (Quien me manda).

Recordemos que como cristianos debemos hacernos constantemente una: Autocrítica.

Si te fían o te prestan algo sé agradecido págalo y devuélvelo a tiempo, no lo dañes.

Para que el día que estés apurado te extiendan la mano, tu mismo puedes cerrar la puerta o dejarlas abiertas

Paga lo que debes, no mientas, no comprometas tu palabra diciendo mañana te pago, hay hermanos pícaros que todo el mundo sabe que lo que le presten se pierde.

En vez de ponerte bravo cuando te cobran mejor da la cara.

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Aunque te queden mal, tu no mientas, aunque te engañen no hagas lo mismo, no uses la pesa ni la medida falsa, no pongas en peligro tu salvación por adquirir unos pesos.

No prestes tu dinero, mejor regala algo, eso evita perder tu dinero y perder un hermano.

Hay hermanos que hacen sus negocios y pretenden que el pastor le cobre la cuenta, no le pongas más cargas al pastor, que bastante dificultades hay.

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Pero eso sí, antes de hacer el negocio ni siquiera piden referencia sobre ese creyente.

Si la sirvienta no te agrada porque es floja, respondona, molestosa, porque coge sin permisos las cosas, no la ultrajes, no la maltrates, sencillamente liquídala.

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Hay patrones que hacen sufrir al empleado, le niegan el alimento, les pagan cuando quieren, lo maltratan, no lo dejan descansar.

Cuando visites a un enfermo que no sea la visita tan larga, ellos necesitan privacidad.

Cuando vayas a orar al hospital por un enfermo no hagas oraciones ruidosas, ni largas, recuerda que tanto él y las enfermeras necesitan sus espacios.

Hay hermanos que son buenos evangelistas pero también son perniciosos.

No odies a tus suegros si quieres tener a tu pareja contenta, recuerda que te la criaron bien bonita y hasta con profesión.

Hay muchas hermanas que no quieren que su esposo visiten a sus padres, son unas desagradecidas.

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No dures tantos tiempos donde el vecino, no sea que se hastíe de ti diciendo: ¿Cuándo se irá?

Compórtese  bien en la casa ajena, no dejes que el niño se suba a la mesa, que ensucie los muebles ajenos, que rompa los floreros.

No dejes que tus hijos corran en el templo, se suban a hacer desordenes en la plataforma y que brinquen en las bancas.

Sin duda alguna la Autocrítica nos ayudará a mejorar nuestra vida y a dar un buen testimonio como cristianos.

Si vives en casa ajena ten en cuenta:

• No duermas hasta tarde
• Apaga el bombillo, el ventilador
• Cierra la llave del agua, no la desperdicies
• No desperdicies los útiles de aseo
• No seas exigente, sé agradecido por lo que brindan en esa casa, así sea poquito, y tendrás las puertas abiertas
• Ponte a hacer algo, que el perezoso aburre a los dueños de la casa

No comas sangre ni ahogado, aprenda a orar la comida, es una oración de acción de gracias, significa que antes de llevar la comida  a la boca, agradezco a Dios primero.

No invites al pastor a las nueve noches del difunto, ni al cabo de año, con el pretexto de que le hagan un culto al muerto.

Que puede que suene bonito pero es una especie de paganismo católico.

Después de sepultado para que más, nosotros ya sabemos la verdad, si fue fiel cristiano, sabemos donde está y si no lo fue, también.

No le pidas al pastor que te bautice algún familiar moribundo, que en el lenguaje católico es echarle los santos oleos.

Que cuando se esta muriendo alguien buscan al cura para que le echen los últimos toques.

No comas durante el culto, seamos reverentes, no arroje basura en el salón del templo, sino lo hace por reverencia al Señor, hágalo por educación.

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Allí se puede medir el respeto que la gente tiene por la casa de Dios.

Alguno hermanos cuando alguien esté orando, hablan en voz alta, corren, silban, gritan se ríen, lo empujan, pasan por encima.

No respetan que el hermano está orando, y la oración es sagrada y el templo es el lugar de oración.

Hay algunos que dejan todos sus movimientos para cuando la iglesia está orando, ahí es donde van al baño, salen, entran, ni oran, ni dejan orar, esas son malas costumbres.

Cuando estemos al culto, apague el celular para escuchar solamente la voz de Dios.

El momento de la oración es sagrado y debe hacerse con solemnidad.

Que bueno sería que tomáramos estos consejos y seríamos mejores cristianos, mejores personas, recuerda siempre hacerte una Autocrítica.

Guardemos compostura delante de Dios porque somos el cuerpo del Señor, la niña de los ojos del Señor, la novia del Señor, linda y bonita.

Dios jamas tendría una novia fea, sino una hermosa como la luna. Autocrítica que todo cristiano debe hacerse.

Pastor: Clodomiro Lobo