Depositar la confianza en Dios es estar seguro

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Depositar la confianza en Dios es estar seguro

La confianza en Dios es algo importante, especialmente en nosotros los cristianos. Hablaremos sobre: «Depositar la confianza en Dios es estar seguro».

Al entregarnos empezamos a ver cosas y vivir experiencias que aumentaron nuestra confianza en Dios.

Desde ese momento son muchas las maravillas que hasta el día de hoy podemos ver de nuestro Dios.

El Señor Jesús quiere que esa confianza que aprendimos desde el principio sea hasta el final, que no mengüe.

Sino que por el contrario crezca cada día más y así nos acerquemos más a Dios.

Los discípulos a menudo veían con sorpresa las obras de Jesús, como cuando calmo la tempestad.

“Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?” Mateo 8:27.

Cada obra de Dios es sorprendente y ante ellas solo podemos decir: ¡gracias Señor!.

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“Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo” Hebreos 3:12, esto nos indica la permanencia en el Señor.

Muchos se pueden preguntar ¿De qué manera debemos estar en esa perseverancia? Y es precisamente depositando nuestra confianza en Dios.

Existen personas que se bautizan y no nacen de nuevo, como también hay quienes antes de bautizarse ya han nacido de nuevo, porque le nacimiento es por la palabra que vive y permanece para siempre.

Cuando la palabra hace el efecto en la persona se ve el cambio total.

Hay tres maneras de estar engañados de una falsa confianza:

Cuando confiamos en nosotros mismos: Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” 1 Corintios 10:12.

Encontramos lamentablemente creyentes que, ante los errores de los hermanos en la fe, solo juzgan.

Señalan y critican sin ser esa la labor que deben hacer para con su hermano, esos mismos muchas veces terminan cometiendo errores iguales o peores.

Es por ello, que solo debemos confiar en Dios, ser absolutamente dependientes del Señor.

No nos confiemos en lo que tenemos o somos, todo es por gracia de Dios y nuestra confianza solo debe estar depositada en él.

Dios nos ha dado las armas y nos ha enseñado a usarlas, nada es nuestro.

No importa el tiempo que tengamos en el Señor, cada día debemos sentir más temor de él.

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“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia” Proverbios 3:5.

Depositar la confianza en Dios, es estar seguro.

“¿Has visto hombre sabio en su propia opinión? más esperanza hay del necio que de él” Proverbios 26:12.

En la Biblia podemos encontrar muchas más citas que nos instan a no confiar en nosotros mismos, sería perder el tiempo.

Cuando confiamos en los recursos: Hay quienes confían en lo que tienen, se afanan por lo que desean alcanzar y esto, así como el punto anterior, es necedad.

“Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; más nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria” Salmos 20:7.

Si nuestra confianza está en Dios y no en lo que tenemos o poseemos no tendremos que preocuparnos.

“Ellos flaquean y caen, más nosotros nos levantamos, y estamos en pie”.

El salmista menciona caballos y carros porque en ese tiempo era lo que se veía, pero hace referencia a eso material de lo que muchas veces nos confiamos, pero no nos equivoquemos cayendo en ese error.

“En Dios nos gloriaremos todo el tiempo, y para siempre alabaremos tu nombre” Salmos 44:8.

Es impórtate citar los versos donde encontramos respaldo de los que estamos hablando, de la confianza en Dios.

David era un hombre guerrero, pero no se confiaba en las armas, él ponía la confianza en su Dios eterno.

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El dinero nos puede servir para muchas cosas, y no está mal querer progresar y vivir de una manera agradable, pero poner la confianza en el dinero y los bienes sería perder el tiempo.

En la Biblia vemos que aun los mismos discípulos en ocasiones no depositaban su confianza en el señor.

Para confiar en Dios hay que seguirle y estar atento todo lo que hace a través de su poder.

Cuando confiamos en el hombre: Si nosotros no nos fundamentamos en Cristo, y confiamos en el hombre fracasaremos, las personas que son de ejemplos pueden fallar.

Pero Jesús nunca falla, el siempre esta, nadie es fiel como él.

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Confiar en nosotros mismos es como edificar heno, confiar en nuestros recuerdos es como confiar en hojarasca y confiar en el hombre es como confiar en la madera.

Aunque la madera aparentemente puede ser más firme que los otros dos elementos, al final es sensible al fuego.

Debemos aprender a confiar en el único, el que no se va, el que no falla, el que nos provee, el que sustenta, el que libra, el que sana, el que nos ama, el todo poderos.

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Depositar la confianza en Dios es estar seguro.

“Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová” Jeremías 17:5.

Debemos ser claros en que es inevitable no confiar en nuestros familiares o amigos, gracias a Dios por ellos.

Pero aun confiando en ellos, mayormente debemos hacerlo en Dios, depositar la confianza en Dios.

Quienes edificaron la torre de Babel, confiaron en sus proyectos, Jonás confió en sí mismo, Ezequías también, Sansón confió en sus fuerzas, pero hay un mensaje hoy para ti.

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“Mejor es confiar en Jehová que confiar en el hombre. Mejor es confiar en Jehová que confiar en príncipes” Salmos 118:8.

No pierdas tu tiempo y desgastes tus fuerzas poniendo tu confianza en cosas que se van o se acaban.

Con Dios no pasa eso, en el tenemos todo, depositemos toda la confianza en Dios hoy y siempre.

Por: Guillermo Tovar

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