Doctrinas dadas al cristiano, al momento de aceptar a Jesucristo

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Doctrinas dadas al cristiano, al momento de aceptar a Jesucristo

Todas las doctrinas que conciernen a la salvación tienen su plataforma en el sacrificio del Señor Jesucristo en la cruz. De allí mana la vida para todos los salvos. Hoy veremos «cuales son las doctrinas dadas al cristiano, al momento de aceptar a Jesucristo».

Las doctrinas se conocen también como la disciplina del evangelio, que a su vez están representadas como las cuerdas del amor de Dios para traer a los perdidos, los perfeccionan para la salvación que es por la fe en cristo Jesús.

Las doctrinas que contiene el evangelio son muchas, las cuales son comparadas como los peldaños de una escalera semejante a la que vio el patriarca Jacob, cuando vio el cielo abierto.

Aunque esta escalera es sombra de la verdadera, la cual es el Señor Jesucristo, sus enseñanzas son los escalones ascendientes que conduce al hombre de la tierra al cielo.

Las doctrinas van entrelazadas la una con la otra y muchas son ejecutadas en la persona cuando desciende al arrepentimiento y al bautismo en el Nombre de Jesucristo, según Romanos 6:3-6.

Damos una lista para que las estudie, las analices y las amplíe de acuerdo al conocimiento que has tenido. Recuerde que estos estudios su fin no es formar sino informar, esta es la pedagogía en turno que tenemos.

Vea también: Las doctrinas bíblicas del evangelio

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Doctrinas dadas al cristiano, al momento de aceptar a Jesucristo.

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Doctrinas dadas al cristiano, al momento de aceptar a Jesucristo

La sangre de Cristo

Esta doctrina tiene varias connotaciones para el cristiano: Nos limpia de todo pecado, 1 Juan 1:7; asimismo, enjuagará nuestras conciencias.

Hebreos 9:14-22; “¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?” y a su vez, por ella fuimos comprados, redimidos. 1 Pedro 1:18-21.

La redención

Esta doctrina se inclina a redimir o librar a alguien a través de una compra. “Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios». 1 Corintios 6:20.

“Más por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención”. 1 Corintios 1:30.

La reconciliación

Esta doctrina se enfoca hacía varias insinuaciones: Viene de “Dios hacia el hombre”; luego, fue asignada a los creyentes «como un ministerio» 2 Corintios 5:18; «Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación»; y a su vez, para ponerla en ejercicio en disgustos entre hermanos. San Mateo 5:24.

La substitución

Esta doctrina establece que otro tomó mi lugar y sufrió por mí. Un paradigma emocional para Isaac, «Luego Abraham levantó la mirada y vio un cordero enredado por los cuernos en un arbusto. Así que fue, lo agarró y lo ofreció como sacrificio a cambio de su hijo». Génesis 22:13.

Otro paradigma emocional para nosotros «Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío». Génesis 22:8.

“Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados”. 1 Pedro 2:24.

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La justificación

Esta doctrina es un término jurídico la cual se aplica para desvirtuar un cargo judicial a un reo por haber cometido una acción condenable.

«Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo»; Romanos 5:1.

En teología la justificación, significa “la operación de hacer de un pecador un justo ante Dios”.

Esto quiere decir, cuando el hombre pecador admite para sí, el sacrificio de Jesucristo en la cruz del calvario, Dios lo declara justo o justificado.

Por lo que dice «Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él». 2 Corintios 5:21.

Para decir verdad es que somos culpable pero Dios nos ha declarado justos por el sacrificio de su hijo.

La remisión

Es una doctrina que tiene un término eclesial. El hombre culpable al colocar las manos al cordero inocente, la culpabilidad del hombre pasa al cordero, y la inocencia del cordero pasa al hombre culpable.

Por ello el cordero tenía que morir por la culpabilidad transmitida. La remisión según Hebreos todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión. Hebreos 9:22.

Vea también: El monoteísmo base de la doctrina apostólica

En el Antiguo Testamento, se determinaba que para que hubiera expiación se tenía que buscar un macho cabrío para que el culpable colocara sus manos sobre él y luego ser mandado a las lejanías, al desierto con los pecados cometidos, es decir los pecados serían desterrados.

Levítico 16, en este sentido la palabra remisión expresa el hecho de retornar algo a su origen nativo o de enviarlo muy lejos.

“El tendrá misericordia de nosotros; él sujetará nuestras iniquidades, y echará en los profundos de la mar todos nuestros pecados”. Miqueas 7:19.

La expiación

De esta doctrina se ha comentado que la expiación es la expulsión de la culpa a través de un tercero. El culpable queda absuelto de cualquier pena por medio de una cosa, animal u otra persona.

Comenta la mitología griega, que este término se desprende del concepto pagano, propiciar quería decir favorecer a una deidad ofendida a través de una ofrenda con el fin de evitar su ira y venganza.

En teología da la idea fundamental de restablecer la armonía perdida con algo o alguien que desviara el castigo eterno.

La muerte de Cristo nos enseña claramente que fue suficiente para aplacar o desviar la ira de Dios sobre el mundo perdido.

Según San Pedro 1:20; Apocalipsis 13:8. Cristo con carácter expiatorio fue previsto desde la eternidad, fue anunciado escatológicamente para sufrir por nosotros en la cruz del calvario.

“Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo”. Hebreos 2:17.

Doctrinas dadas al cristiano, al momento de aceptar a Jesucristo.

La propiciación

Este término en griego se inclina a lo que se propicia; es decir, lo que interviene con los obstáculos e inconvenientes entre dos seres; en teología, Jesucristo se interpuso al perfil de la irritación de Dios por el pecado.

Esto quiere decir que, el Señor soportó todo el peso de la ira de Dios en la cruz, por los pecados de la raza humana. El justo pagando por los injustos.

Al recibir la ira de Dios en su cuerpo en el madero, desvió la ira de Dios de la humanidad y de aquí se desprende tres alternativas:

  • Fue flagelado, sufrió llevando la cruz, para satisfacer la rectitud y la justicia de Dios que había sido ofendida.
  • Murió para apartar esa ira de sobre aquellos que iban a creer en él a través del evangelio.
  • Fue crucificado públicamente como propiciación. Este solo suceso lo declara como el sumo sacerdote intercediendo a favor de otros, y a su vez como el cordero que por su sacrificio, nos indemnizó de una vez por todas a la justicia y a la santidad de Dios.
    Por ello San Juan apostilla en 1. Juan 2:2. “Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo”.

Doctrinas dadas al cristiano, al momento de aceptar a Jesucristo

La resurrección

La resurrección de Jesucristo es la seguridad del cristiano, porque en su muerte en el madero venció a todas las potestades demoníacas e infernales.

Fue sepultado como símbolo que murió por nuestras transgresiones y resucitó para hacerse Señor de la sepultura, de la muerte y del hades tanto físico como espiritual.

“El cual fue entregado por causa de nuestras transgresiones y resucitado para nuestra justificación”. Romanos 4:25. Lea Apocalipsis 20:6.

La adopción

Esta es una doctrina especial, según la paráfrasis académica del lenguaje común, ella se encarga de enfatizar el acto de tomar a un bebe que proviene de otro hogar, con el fin de hacerlo su hijo, con todas las restricciones pertinente del caso, quien a su vez es avalado por un acto jurídico, comprometiéndose el adaptador de suplir a ese infante sus obligaciones, como persona natural, social, educacional entre otros.

La etimología de la adopción se encuentra en el latín, equivalente al verbo de acción de adoptar, el cual hace referencia a recibir como hijo al que no lo es biológicamente, con el cumplimiento de diversos requisitos y obligaciones que establece la ley.

Jesucristo con esta doctrina se propone aceptar como hijo suyo a todos los que le reciban sin mirar ningún tipo de género, ni raza, ni color, “Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Juan 1:12.

«Para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos». Gálatas 4:6.

Vea también: La doctrina de Jesucristo es única

La fe

Es una doctrina que es de propiedad de la gracia; así como el “hacer” fue propiedad de la ley.

La fe nos ayuda a ser verdaderos cristianos, ya que el cristiano no anda por vista ni por obra, sino por fe. 2. Corintios 5:7.

La fe fue el ente que premió a todos los héroes del pasado como la declara el capítulo 11 de la carta a los Hebreos.

Además, es el brazo abstracto del creyente para alcanzar las promesas del Señor, según Efesios 2:8.

«Porque por fe andamos, no por vista». 2 Corintios 5:7. La interpretación de esto, es que la fe es el vehículo que trasporta al cristiano a las promesas de Dios. Por ello, es que sin fe, es imposible agradar a Dios.

El perdón de pecados

Hechos 13:38. Declara, “que por medio de él se os anuncia perdón de pecados”.

La palabra “perdonar” significa deshacer lo pasado y crear cuenta nueva; perdonar también significa cancelar una deuda o una ofensa para restituir una nueva comunión.

Se recibe la caridad o el perdón, cuando el perdonador otorga su misericordia a la persona que merezca ser perdonada.

En teología, el perdón es un acto de amor, misericordia y gracia. Esta doctrina su principio es determinar una decisión de no guardar rencor en ningún tiempo a ninguna persona que haya fallado.

Esto se lleva a cabo en la persona cuando aceptamos al Señor Jesucristo y nos bautizamos en su nombre. Hechos 2:38; 10:43; Mateo 1:21.

Vea también: Que la doctrina antigua sea nuestro fundamento

La santidad

Esta doctrina es catalogada como un atributo de la cualidad de Dios que implica ser santo, limpio, puro, apartado de lo malo o contaminante.

Dios le exige al ser humano a ser santo y por ello le suministró las herramientas necesarias, las cuales son:

  • La palabra de Dios. Juan 15:3.
  • La sangre de Jesucristo. 1 Juan 1:7.
  • El bautismo en el Nombre de Jesucristo. Hechos 2:38.

Y a nosotros se nos exige:

  • “Porque escrito está: sed santos, porque yo soy santo”. 1 Pedro 1:16.
  • «Seguid la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor». Hebreos 12:14.

La santa cena

Se le llama la cena del Señor, su conmemoración es una representación simbólica del sacrificio, de la muerte de Jesucristo.

La santa cena para la iglesia representa varias connotaciones:

  • Cristo murió por nuestros pecados.
  • La comunión con el cuerpo de Cristo que es su iglesia.
  • El juicio del creyente personal.
  • Nos recuerda su segunda venida. Entre otros.
    Celebrarla es tan importante que el Señor la ordenó y sus significados se la reveló al apóstol San Pablo 1 Corintios 11:23-26.

La segunda venida

Comentan los eruditos en Biblia, que esta doctrina tiene tres connotaciones:

  • La venida es para Israel. “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén”. Apocalipsis 1:7.
  • La venida hasta las nubes es el levantamiento y es para la iglesia. «Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero». 1 Tesalonicense 4:16.
  • La venida de Jesús para los impíos es para enfrentarlos al trono blanco. Apocalipsis 20:6; Daniel 12:2.; San Juan 5:28-29; San Lucas 23:30; Apocalipsis 6:16

Jesús juzgará entre la raza humana como hijo de Adan.

Nota: En cada una de estas connotaciones habrá resurrección de muertos.

La santificación

Esta doctrina tiene mucho que ver con el estado actual del hombre, relacionado con el plan que Dios tiene para con la humanidad. “pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación”. 1 Tesalonicenses 4:3.

La santificación tanto como el antiguo y el nuevo testamento son palabras repetitivas que en unas veces quiere decir, «sacar de», «poner aparte», «ser clasificado», «separado de un lugar a otro».

La santificación es una obra trasmitida y exigida de alguien que es santo; podemos decir que la santificación es la iniciación para entrar a la calzada de la santidad, sólo los santificados pueden llegar a ser santo y caminar por el camino de la santidad, hasta llegar al lugar santísimo donde mora el santo de los santos.

La santificación fue una obra realizada en el cuerpo de Jesús cuando se llevó a cabo el sacrificio del calvario y trasmitida a todos los que reciban por la fe, este sacrificio para sí.

Vea también: La doctrina de la unicidad

Por ello la santificación no es de procedencia humana sino de Dios hacía el hombre caído.

Recordemos que los hermanos de Corintio, fueron los más desordenados e inclusive carnales y cometían faltas graves, sin embargo fueron llamados santificados 1 Corintios 1:2.

Conociendo a Dios y la forma de llegar a la santidad, nos corresponde a nosotros practicar la santidad según lo comentado por el apóstol San Pablo.

“Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra”. 2 Timoteo 2.21.

“Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.” Juan 17:16. La santificación es un cambio de estado, entre lo uno y lo otro, es decir separado del mundo para ser apartado para Dios.

La adoración

La adoración es otra doctrina muy importante ya que Dios busca quien le adore. “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”. Juan 4:23-24.

No existen textos apropiados que declaren en sí, lo que es la adoración, alguien conjeturaba que es un reconocimiento en gratitud, acción de gracias directo a Dios.

Se comenta que los griegos adoraban sus divinidades haciendo reverencias, homenajes, postrándose en tierra colocando su rostro al piso, trayéndoles donativos diversos.

Los egipcios y los persas hacían lo mismo antes sus faraones y reyes. Los romanos la postración era la postura distintiva expresada en la adoración como símbolo de expresar respecto y reverencia.

El Salmólogo apostillaba «Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor». Salmos 95:6. La adoración tiene que ser algo extraordinario. (Recuerde que el diablo paga para que le adoren).

Vea también: Doctrinas dada al hombre, antes de aceptar a Jesucristo

La comunión

  • “Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”. 1 Juan 1:7.
  • «Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones». Hechos 2:42.
  • «La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?». 1 Corintios 10:16.

Las escrituras citadas nos están indicando que esta doctrina de la comunión es una armonía que debe haber entre los redimidos en Cristo, es decir, compartir una misma fe, unos ideales comunes, una misma doctrina, entre otros.

La comunión cristiana es trasmitida de un término griego “koinonía” que significa: correspondencia estrecha entre persona, compañerismo amistoso para llevar a cabo tales obras, confraternidad entre hermandad, compartimiento seccional, participación en grupo, unión entre comunidad, ayuda mutua, contribución diaria, entre otros.

Esta doctrina de la comunión nos ayuda a ser más celosos en cuanto se refiere a la misma iglesia. El apóstol Juan en su segunda carta exhorta: “Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Para que no participes en sus malas obras». 2 Juan 1:10-12. Por ello es que importante recibir la cena del Señor.

Recuerde que estamos hablando sobre el tema «Doctrinas dadas al cristiano, al momento de aceptar a Jesucristo».

Vea también: Cuales son las doctrinas bíblicas

La ofrenda

Esta doctrina abarca todas las cosas dedicadas para Dios; se puede decir, que la ofrenda es un medidor del ser creado a su creador. Los textos primitivos dan a comprender esta verdad.

Leamos el primero, “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella”. Hebreos 11:4.

En el libro del profeta Malaquías se encuentra una maldición al que ofrece a Dios lo que no sirve. «Maldito el que engaña, el que teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica a Jehová lo dañado. Porque yo soy gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones». Malaquías 1:14.

Estos pasajes nos da una idea floreciente, que la ofrenda lleva como prioridad a quien se le va a dar, esto quiere decir, para darle una buena ofrenda a Dios, tenemos primero conocer y saber quién es él.

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Eso fue lo que hizo Abel. Usó la fe para dar la mejor ofrenda de algo valioso. Recordemos algo, Dios no miró al que la llevó, sino a la ofrenda.

Eso fue lo que hizo el Señor Jesucristo; San Pablo explica en 2 Corintios 8:9, Efesios 5:2. «Andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante».

Es decir, él no dio lo que no servía, sino su propio cuerpo, que fue más sublime que los mismos cielos. Cuando entendemos esto le damos a Dios lo merecido, lo mejor.

La esperanza

“Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?”. Romanos 8:24.

Según este versículo, es la seguridad, deseo y el anhelo de adquirir algo que se ha propuesto; asimismo, la esperanza funde un estado de ánimo producido por la fe en los momentos crucial de la incredulidad e imposibilidades que traen los obstáculos y los escollos de la vida diaria.

En el sentido teológico, la esperanza es la fortaleza que nos llega como ayuda para afirmarnos en la credibilidad, en la confianza de lograr lo que Dios promete en su palabra.

Aunque lo posible se vista de imposible y lo creíble en increíble, como dijo el apóstol, “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

Vea también: La doctrina estructura de la iglesia

La alabanza

La carta a los Hebreos da una sugerencia especial donde encabeza la alabanza, la cual está ligada a la música y se refleja como agradecimiento al ser supremo como lo declara el Salmos 150.

“Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre”. Hebreos 13:15;

Hay que notar que la alabanza tiene sus bases en el corazón de la persona agradecida y se asocia a la adoración, para elevar una escalera cuyos peldaños, son agradecimientos y honores a Dios, por lo que él es y por lo que él ha hecho en nosotros.

La alabanza es una propiedad del cristiano según lo expresado por el apóstol San Pablo a los Efesios “Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones”. Efesios 5:19.

La alabanza tiene unas fuerzas magnéticas que procede del hombre hacia Dios, tiene poder para llamarlo, para conmoverlo y al mismo tiempo, para traerlo como dijera el salmista “Tú empero eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel”. Salmos 22:3.

Existe don clases de alabanzas, la alabanza que fluye con la naturalidad, revelada en vista de lo que él ha hecho y la alabanza acompañada de sacrificios, la cual se brindan cuando las dificultades nos visitan y se toma la fe como ayuda para creer que todo va a cambiar.

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La oración

Esta doctrina presenta acto de continuidad «Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús». 1 Tesalonicenses. 5:17-18. La oración es clamar a Dios. Jeremías 33:3.

El secreto de la oración está en la oración modelo. «Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino, hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal». San Lucas 11:2-4.

La unicidad

Texto bíblicos que sustentan la unicidad:

  • “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”. Deuteronomio 6:4.
  • «Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan”. Santiago 2:19.
  • «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: Muéstranos al Padre?». Juan 14:9.
  • «Yo y el Padre somos uno». San Juan 10:30.
  • “Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis”.  Juan 8:24.

La perseverancia

Esta doctrina es muy diferente a las anteriores, porque la perseverancia depende exclusivamente del esfuerzo humano, es el que le permite al individuo no rendirse ante ninguna circunstancia, obstáculos ni dificultades.

Vea también: Doctrina ontológica fusionada a la teología general

Es el acto conquistador contra los fracasos, las desesperaciones, los fastidios, como también la tendencia de dejar las responsabilidades y el camino escogido.

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Se considera que la perseverancia contiene un valor extraordinario que auxilia la creación de nuevas fuerzas, hasta llegar a las metas provistas, a su vez sirve como anteojos para apreciar desde lejos las victorias venideras.

También para valorar los obstáculos, los estorbos presentes como si ya hubieran pasado, quedando experiencias como lección aprendida de los errores cometidos.

Por ello el Señor Jesucristo dijo: «Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo». Mateo 24: 13.

La paciencia

La paciencia se refleja en una persona con síntomas de tolerancia, disfruta de plena calma, como si las cosas no dependieran directamente del individuo sino del más allá.

La persona paciente es equilibrada, moderada, guarda tranquilidad y fortaleza antes los infortunios de la vida.

Pareciera que es una virtud especial de Dios para el hombre que le sigue. La paciencia se ha personificado en el patriarca Job en la historia y es confirmada por el Señor Jesucristo, cuando dijo: “Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas”.  Lucas 21:19.

Vea también: Perseverando en la doctrina

Se ha comentado que la paciencia es una de las virtudes más meritorias de mucho valor en la vida cristiana, ya que es un fruto del Espíritu Santo dado al hombre cristiano, para ayudarlo a hacer frente a las adversidades de la vida.

Por ello San Pablo expresa: “Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor”. Efesios 4:2.

Querido Lector, si tienes algún comentario o aporte a este texto, no dudes en escribir al correo que se presenta al final de esta página.

Espero que haya sido de ayuda y bendición la compilación de las doctrinas expuestas en este medio.

Doctrinas dadas al cristiano, al momento de aceptar a Jesucristo.

Copyright y engrosado por el pastor
York Anthony Shalom
Licenciado en Sagrada Teología
Magister en Divinidades Teológicas
jorgesalomserpa@hotmail.com

Por: York Anthony Shalom

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