El diluvio como juicio
El diluvio fue un juicio de Dios para aquella generación desobediente. Génesis 6:13
Al diluvio que me quiero referir es el que acaeció en el tiempo de Noé, el cual vino por causa de la desobediencia de los hombres de esa generación.
La historia bíblica apostilla, que después de la inocencia el hombre quedó con una conciencia dual y definida sabiendo lo bueno y lo malo, y a su vez con raciocinio de escoger lo que bien le pareciera.
Esta época comienza desde Génesis 3:22-7 en adelante hasta el capítulo 6, que menciona la caída del hombre hasta el diluvio.
Se ha conocido teológicamente, que el resultado del juicio conocido como el diluvio vino por la causa de haber desobedecido a Dios.
Es de indicar, que por causa de haber perdido la inocencia, y de haber pasado de inocencia a conciencia, en esta última al hombre le fueron abiertos los ojos de su raciocinio.
Y por tal motivo, adquirió desde ese momento la reflexión de conocer lo perfecto y lo imperfecto, y por ende, la responsabilidad de buscar o abandonar a Dios.
“Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal…” Génesis 2:22.
El Dr. Scofield, lector y examinador de las sagradas escrituras, opina que “Como resultado de la desobediencia, el hombre llegó a poseer un conocimiento personal y experimental: lo positivo y lo negativo; lo primero como obediencia, y lo segundo como desobediencia a la voluntad de Dios que llegó a ser conocida por el hombre primitivo”.
Ahora bien, por causa del conocimiento del bien y del mal, la conciencia del ser humano se estimuló a través de la “desobediencia” y por no tener una disciplina personal se prostituyó en navegar hacia la maldad sin que nadie lo hiciera recapacitar.
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Durante el tiempo que terminó la inocencia, y luego al pasar a conciencia, el hombre obtuvo dos cosas:
- Primero: Conocimiento del pecado.
- Segundo: Como lograr acercarse nuevamente a Dios por medio de un sacrificio. Hebreos 9:22.
Esto lo observamos en el comportamiento de los dos primeros hijos de Adán y Eva, descrita la historia en Génesis 4:3-7.
Es por ello, que con el pasar del tiempo se menciona que Caín y Abel trajeron sus ofrendas al Señor.
Caín, ofreció la ofrenda de su parecer; pero Abel ofreció la ofrenda del acercamiento a Dios, por tal motivo, Dios miró con agrado la ofrenda de Abel, lo cual también hirió el celo y el orgullo de su hermano Caín.
Llevándolo a hacer cosa horrible rompiendo el vínculo familiar a través de un homicidio contra su hermano.
Esta es la primera muestra de pecado que principió con la primera familia.
Discerniendo la teología Paulina en la carta a los Romanos, se puede inducir desde el punto de vista humano, que la conciencia nos ayuda a interpretar nuestra responsabilidad moral, social, física, adquirida por la ley natural a partir desde el momento se posea la conciencia.
Romanos 2:14. “Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos” Esta los defenderá o los acusará en el día del juicio.
Ahora bien, por causa del raciocinio de conocer el bien y el mal, el hombre se encerró en su propia responsabilidad, en su propio albedrío y por el dictamen de su conciencia podría escoger entre el bien y el mal.
Él tenía compromiso consigo mismo de hacer todo el bien que le era conocido, y evitar todo el mal del cual él era consciente, acercándose a Dios mediante sacrificios.
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Sin embargo, el resultado de su extravío fue fatal ya que se asignó en hacer el mal donde se degradó y dio como fruto seis puntos negativos los cuales activaron la ira de Dios:
- Siendo hijos de Dios, tomaron mujeres inconversas e impías para unirse en matrimonio. Génesis 6:2. 2 Corintios 6:14-7:1.
- Eso produjo que se multiplicara la maldad sobre la tierra. Génesis 6:5.
- Se corrompió la tierra. Génesis 6:11.
- Se llenó la tierra de violencia. Génesis 6:11-13.
- Se emocionaron comiendo y bebiendo. San Mateo 24:38.
Desde este momento apareció la “filosofía epicúrea”, reflejada en Isaías 22:13; y San Pablo en 1 Corintios 15:32.
Esa es la filosofía de hoy día. El hombre trabaja por la comida y eso lo desaprobó el Señor Jesucristo en San Juan 6:26-27. - Casándose y dándose en casamiento. San Mateo 24:38 desenfreno sexual, orgías sazonadas con lascivia, divorcio por cualquier cosa. Isaías 4:1.
Según esta observación, el hombre fulguró su ser malévolo y naufragó hacia las profundidades del mal.
Y como resultado vino el juicio por medio del diluvio, no obstante, por la misericordia de Dios, ocho personas sobrevivieron y una nueva vida comenzó.
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Estas seis evidencias perversas, llevó a Dios a pensar y a expresar el término “Me arrepiento de haber hecho hombre en la tierra, y me duele en mi corazón; por lo tanto: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, el reptil y las aves del cielo».
Estos términos plasman que aunque a Dios le haya dolido en su corazón, su justicia ha decretado arrasarlo con sus pertenencias.
Sin embargo, les dio un tiempo largo para ver si se restituían de su mal camino, porque él no quiere la muerte del impío.
Sin embargo, dentro de esta generación contumaz y pérfida, Dios observó a uno que demostraba ser muy temeroso, se llamaba “Noé”, a éste, le dio el mismo tiempo para ver si permanecía siendo fiel a su palabra.
A partir de este momento, al llegar el diluvio, pasaron 120 años.
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El diluvio como juicio de Dios.
Noé, conociendo los designios de Dios por cuanto era patriarca, el cual, poseía la labor de profeta, Dios lo encargó que se preocupara por su salvación del desastre que se aproximaba, construyendo una embarcación, llamada: el “arca”, en la cual se salvaría con todos los suyos.
Pero tenía que ser construida tal cual, como la maqueta lo indicaba.
El arca tiene que ser de madera de gofer; las medidas son: trescientos codos de longitud, cincuenta codos de anchura y treinta codos de altura.
Una ventana hacia arriba; y pondrás la puerta del arca a un lado; le harás piso bajo, segundo y tercero.
Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá
Harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera». Génesis. 6:6-8, 13-17.
Noé le creyó a Dios, y a su vez, su fe no se debilitó en tan largo tiempo que duraría la construcción, más bien se fortalecía porque cada día que pasaba se le acercaba más la promesa de salvación.
Noé con la construcción del arca se convirtió en pregonero de justicia, permaneció siendo fiel, por esta razón, juzgó a su mundo y fue salvado del juicio del diluvio.
Precisamente porque Dios sabe guardar a sus siervos que le temen; pero sus contemporáneos malvados nadie se devolvió de su mal camino y todos perecieron.
Esta historia del diluvio fue tan real que el Señor Jesucristo para hablar de su segunda venida a la tierra, trajo a la memoria los días de Noé.
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Eso quiere decir, que todas las cosas malas que operaban antes del diluvió, pereciera que se volvieran a repetir en estas últimas generaciones.
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Si miráramos hoy día, observaríamos ciertas evidencias parecidas al tiempo antes del diluvio, que son señales evidénciales para la segunda venida del Señor:
- «Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre». San Mateo 24: 37.
- «Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca». San Mateo 24:3.
- «Y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre». San Mateo 24:39.
Todos estos textos nos están indicando que cuando veamos las seis evidencias vistas antes del diluvio, la venida del Señor se acerca.
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Y por ello, igual que Noé, necesitamos estar preparados para salir de este mundo con la segunda venida del Señor Jesucristo y escapar del grandioso diluvio, el cual no es otra cosa sino: La gran tribulación que es el alud que le espera a este mundo perdido.
Estimado hermano, la historia del diluvio y la vida emocional del patriarca Noé, son campanazos donde nos índica la conformidad de vivir mejor la vida cristiana.
No obstante, las fuerzas del mal cada ahora vienen con más fuerzas, atracciones y seducciones; recordemos que la escatología predice que echaran mano de un hombre siete mujeres, Isaías 4:1.
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Sin embargo, el hombre cristiano, nunca aparta sus oídos de la palabra de Dios, 2 Corintios 6:14-7:1.
Porque ella es la que hace que su fe se rejuvenezca cada día, ya que nuestra garantía de salvación se hace más cercana cada minuto que cuando creímos.
Copyright y engrosado por el pastor
York Anthony Shalom
Licenciado en Sagrada Teología
Magister en Divinidades Teológicas
Jorgesalomserpa@hotmail.com
Por: York Anthony Shalom