El don de profecía no es un juego

816

El don de profecía no es un juego

Profecía, por una parte, la podemos definir como conocimiento y anuncio de las cosas futuras. Hablaremos sobre: «El don de profecía no es un juego».

Por otro lado, es revelación de la voluntad divina por inspiración, hay que aclarar que: los profetas hablaban por inspiración y también predecían las verdades bíblicas, dentro de un marco de referencia.

En la Biblia podemos encontrar los diferentes ministerios y su diferenciación:

  • El pastor: el que sustenta, cuida, alimenta.
  • El maestro: el líder que traza la línea para que otros le sigan y aprendan.
  • El evangelista: el de más largo alcance.
  • El profeta: el que señala, para que permanezca en el camino.

Entonces, la profecía sirve todavía porque anima a los creyentes, ya esa referencia está en el Nuevo Testamento.

En Efesios menciona que nos ayuda a seguir edificando el cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe.

También puedes leer: Las dos caras de la fe

Si hablamos de que la profecía nos ayuda a edificar cada día nuestra vida en el Señor, entonces, las profecías apuntan a que nosotros conozcamos en Cristo.

También, la profecía se usa para consolar y perfeccionar a los santos como lo hemos venido mencionando.

Porque Dios nos muestra su poder y de esa manera es que lo podemos conocer.

Si no conocemos a Dios, no podemos crecer y nos quedamos como niños que se dejan llevar de un lado a otro sin tener una meta clara y lo más triste de todo, sin conocer al Señor.

Entonces el profeta hace un papel importante, pues él ayuda a esa perfección de los santos, en conjunto con los otros ministerios.

Así podemos decir, que la profecía tiene unas características:

  • Señala la necesidad de permanecer en Dios.
  • Es una palabra verdadera, es decir, lo que Cristo dice, lo cumple.
  • Es Señal para los creyentes.
  • Muestra al incrédulo, lo oculto de su corazón.
  • Puede ser juzgada, ya que, no es de interpretación privada.

Hablemos de este último punto, ya que es muy importante.

Porque cuando dentro de nuestra iglesia alguien habla por medio de la revelación de Dios una profecía, podemos empezar a juzgar lo que esa persona está diciendo, y eso, es pecado.

También te puede interesar: Cuáles son los dones del espíritu

Nadie puede hablar por sí solo y decir, hablar de lo divino porque se le antoja, esto es serio.

Por eso, la profecía tiene unas bases, y una de ellas es que la iglesia escucha con atención y puede discernir, si lo que se está diciendo es incorrecto o viene de parte de Dios.

En la Biblia, encontramos ejemplos de personas que hablaron desde su propia razón y obligaron a personas a hacer lo que ellos pensaban y no lo que Dios realmente quería.

Estos ejemplos nos sirven para abrir los ojos y pedirle a Dios discernimiento de Espíritu.

Porque hay personas que se aprovechan del noble corazón de muchos hermanos y los obligan a hacer lo que les parece a ellos.

De esa manera, lanzan frases como: «tienes que hacer tal cosa, porque Dios te está diciendo algo por medio mío’’ y los obligan.

Pero Pablo nos enseña con su actitud, que aunque Dios me diga, yo tengo la opción de escoger.

Debemos tener cuidado de esas personas que quieren enseñorearse de los demás, con base en que Dios les dijo algo.

Si a usted Dios le da un mensaje para una hermana de la iglesia, pastor, cantante, evangelista de la iglesia, y siente en su corazón decirle, ¡hágalo!

Esa persona verá qué hace con lo que usted le dijo, pero no lo obligue a hacer lo que usted cree que es.

Vea también: Cómo alcanzar la unidad en la iglesia

Dios le dijo a un profeta en el Antiguo Testamento: «vaya donde el rey Herodes y dígale: ¡profetice contra el altar!

Y el profeta dijo: ¡Altar, altar, altar! Sobre ti quemarán huesos de hombres.

Entonces el rey se molestó porque eso fue en su reino, de manera que este rey mandó a quemar a esta persona y cuando señaló al profeta, extendió su mano, y esta se le secó, el rey reaccionó y se dio cuenta que era verdad.

Síguenos en Facebook Generación Pentecostal

El don de profecía no es un juego.

Esto nos deja una enseñanza, cuando Dios nos manda a hablar una profecía, él respalda su palabra.

El tema de la profecía es tan amplio, que podríamos elaborar un libro con todas las ramas que proceden de esto tan grande.

Otro de los subtemas que podríamos desglosar es que, la profecía se va a ejecutar de acuerdo al don del profeta, es decir, que ese don de profecía está sujeto a él.

El don de la profecía siempre apunta a Jesucristo y debe ir impregnada de amor, porque aunque alguien profetice mucho, sino tiene amor, no es nada.

También puedes leer: Para que es la profecía en la iglesia

Si la persona hace milagros y traspasa los montes al corazón del mar, y no tiene amor, nada es, es como si lo que hizo no tuviese sentido y valor.

La verdad hay que decirla con amor y en amor, nadie puede profetizar en la vida de alguien y hacerlo con prepotencia y orgullo.

De nada vale eso que profesa y créame que difícilmente se va a cumplir aquello que su boca ha dicho.

Así como hemos hablado de las características de la profecía y de algunas de sus ramas, como lo es creer en aquello que Dios ha dicho.

SUSCRÍBETE

Únete a más de 5.000 personas que ya reciben contenidos exclusivos.
Sólo ingresa tu correo electrónico en el campo de abajo y espera el correo de confirmación.

[wysija_form id=»1″]

El don de profecía no es un juego.

También debemos mencionar la diferencia entre el profeta y el sacerdote, entonces:

  • Profeta: representa a Dios ante los hombres
  • Sacerdote: representa el hombre ante Dios

Es por esto, que el profeta no necesariamente tiene que ser como el pastor que cuida, protege, alimenta.

Y es allí, donde a veces por falta de conocimiento y de figura de profetas en la iglesia, tendemos a vivir problemas con el pastor que tenemos.

Vea también: La perspectiva de la profecía

Puede ser, que tu pastor no sea un pastor, sino, un profeta o un evangelista y tu «pastor’’ esté ganando almas para el Señor.

Pero tú estás interrumpiendo eso que Dios está haciendo a través de él.

En conclusión, mi querido lector, es que debemos tener mucho cuidado a la hora de profetizar o ser parte de un cumplimiento de profecía, esto es serio, no es un juego.

Por: Fernando Sierra

Artículo anteriorDebemos ser agradecidos con Dios
Artículo siguienteEl mundo bajo el dominio de Dios