Debemos ser agradecidos con Dios

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Debemos ser agradecidos con Dios

Dar gracias es un acto de nobleza, hay momentos que no le damos el valor a esta palabra, pero ser agradecidos, es uno de los pilares de la vida cristiana. Hablaremos sobre: «Debemos ser agradecidos con Dios».

Lo que somos, lo que tenemos, la forma como vivimos, lo que hemos dado, lo que esperamos ser, todo esto tiene que ver con cómo vemos la realidad, y lo agradecemos.

Muchas personas dicen que están donde están y tienen lo que tienen, por su propio esfuerzo, que lo han obtenido con el sudor de su frente, y de esta manera viven.

Y no reconocen que de una u otra manera, alguien en algún momento ha intervenido en su vida a su favor.

Ser agradecidos tiene mucha importancia, porque esto va a marcar la dirección de nuestra vida.

Si nosotros somos prepotentes, engreídos y creemos que todos nos lo deben a nosotros, entonces no deberíamos nada a nadie.

Pero el Señor dice, Porque ¿Quién te distingue? ¿O qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido? 1 Corintios 4:7.

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Hay que estar ubicados, no podemos estar en una religión donde vamos a un servicio y salimos de él igual.

Debemos creer en esa palabra de Dios que es la que transforma al ser humano, que es la que restaura vidas, que es la que nos llena de favores y de bendición.

Es por eso, que debemos ser agradecidos con Dios, porque es su palabra la que llena nuestras vidas con todos estos favores.

Es él en su infinita misericordia el que restaura nuestras vidas, y nos sienta en logares de príncipes.

La creencia en Dios, o más bien, creerle a Dios,  tiene como objetivo transformar al creyente, y si estamos en la iglesia pero no creemos a la palabra de Dios, entonces lo hacemos en vano.

Hablar del agradecimiento, implica en meditar como es nuestra vida, como percibimos lo que somos y lo que tenemos.

Hay momentos en los que obtenemos las cosas porque otra persona nos lo ha obsequiado, en ese momento debemos ser agradecidos.

Pues así lo dice la palabra, lo que recibiste de gracia, dad de gracia”, de nosotros depende que nuestra vida sea más agradecida.

Y de ser agradecidos con Dios, de no ser por él, nuestra vida no sería la misma, no estaríamos en el lugar que estamos ahora.

El que aun estemos en esta iglesia, nos muestra que Dios nos ha guardado en todo momento.

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Porque la fornicación, no es el pecado más grande, ni tampoco lo es el adulterio, ni el homicidio, todos estos son hijos de un pecado más grande llamado desobediencia.

Han pasado muchísimos años desde que se fundó esta iglesia, y si aún estamos aquí es porque Dios así lo ha querido, y no podemos hacer otra cosa que ser agradecidos con él.

Su amor por nosotros es el que lo ha llevado a cuidarnos de tal manera que nos ha mantenido aún bajo sus alas y es por eso que aún estamos aquí.

Pero somos nosotros los que debemos esforzarnos para mantenernos en este camino y no caer en la desobediencia.

Y es este el problema de muchos cristianos y de la mayoría de personas en el mundo, así como lo describe el texto citado al inicio de este escrito.

“Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido” Romanos 1:21.

Este ha sido un punto crítico de la existencia del hombre, del desarrollo del hombre como individuo.

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También ha sido problema de la iglesia, de nuestra sociedad, que sabiendo que Dios es Dios, y sabiendo lo que él ha hecho y ha dicho, nosotros no le reconocimos como Dios.

Y tampoco le glorificamos, muchas veces elogiamos a personas por los talentos que poseen.

Pero muy pocas veces elogiamos a Dios por darles esos distintos talentos a las personas.

Muchas veces preferimos decir, que si no fuese por el favor de algunas personas no tendríamos un empleo, o algún bien.

Pero se nos olvida que Dios es el dueño de todas las cosas y que todas las cosas por él fueron hechas, nada de lo que existe en este mundo, no existiría si no fuese por él.

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Y es por él, por quien hoy día somos lo que somos, y tenemos lo que tenemos, debemos ser agradecidos por todo esto.

Nuestra vida enteramente depende de Dios, y de nadie más. Nuestro esfuerzo es muy importante, pero sin Dios en nuestras vidas, las fuerzas no tienen ningún sentido.

Debemos entender, creer y estar seguros de que no hay nada ni nadie mejor que Dios, no hay nada más importante que él.

Debemos estar seguro de lo que cantamos, cuando le decimos que no hay otro dios como él, debemos cantarlos con la certeza de que así es.

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El todo de esto está en que cuando le busquemos, le permitamos que sea ese Dios todo poderoso, único y admirable el que llene nuestras vidas y reine en nuestras almas.

Y de esta manera podamos llevar nuestras vidas como y a donde debamos llevarla, es justo por eso que debemos ser agradecidos con él.

No debemos ser como esos hombres de los que hace referencia el pasaje leído, que conocieron a Dios como Dios.

Pero que no lo reconocieron como tal, ni mucho menos hubo agradecimiento el ellos para con él.

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No podemos endurecer de esta manera nuestros corazones, nuestra vida debe estar siempre direccionada al servicio a Dios.

A servirle en forma de agradecimiento, es que no hay otra manera de ser agradecidos con él, sino entregando nuestras vidas a su servicio.

Ya que para esto también fuimos llamados. No hay nada mejor que estar bajo las alas de nuestro Dios.

No hay nada mejor que estar bajo su protección, bajo el poder de su mano, los que somos agradecidos entendemos esto a la perfección.

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Es por eso, que ese amor que él nos da es correspondido por nuestra parte, porque entendemos la magnitud del mismo.

Entendemos que si no hubiese sido por nuestro Dios nuestra vida no sería vida, y no tendríamos suficientes razones para vivir.

Por todas estas cosas e infinitas más, debemos en todo momento tener más que agradecimiento por nuestro Dios.

Pastor: Álvaro Torres

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