El hombre que no deja de pensar como niño

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El hombre que no deja de pensar como niño

San Pablo decía Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. 1. Corintios 13:11. «El hombre que no deja de pensar como niño».

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Se ha considerado que un niño principia su niñez desde que es un lactante hasta la pre adolescencia, dentro de este periodo se encuentran varias etapas y en cada una de ellas se encierra la niñez, las cuales se observan ciertos patrones propios de esa edad.

A su vez es afectada por los pilotos culturales de cada época y región; como también es influenciada por las características paternal o maternal.

La socióloga Margaret Mead, explica que la gente joven, especialmente, el género femenino, cuando pasan por la adolescencia son períodos inevitables de ajuste.

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De este modo se puede decir que cuando el apóstol evalúa el progreso de la niñez, es la exposición de los conocimientos y los elementos que conducen al desarrollo corporal y mental de un infante mientras alcanza su verdadera razón con lucidez.

Por ello, San Pablo decía, “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño”.

En la vida cristiana el distintivo niño es aplicado a una persona recién convertida o a un individuo que no ha avanzado en crecimiento como creyente, no trata de hacer diferencia entre lo uno y lo otro.

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San Pablo usa esta teoría para explicarles a los hermanos de Corinto, que el cristiano debe ir avanzando en los cambios de los distintos enfoques que contiene la vida espiritual como también en los aspectos culturales, psicológicos, biológicos y sociales.

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El hombre que no deja de pensar como niño.

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El individuo con tipologías de bebé contiene las siguientes características:

  • El hombre en su estado de infancia, es una persona inexperta, por tal razón viola los principios cognitivo de la vida, creyendo que lo que hace es normal.
  • Con mentalidad de bebé, procede de forma voluble, es inconsecuente e inconstante no tiene paciencia ni sabe sobrellevar las cosas con cordura.
  • Con su mente de niño, mira las cosas como color de rosa y eso le produce pasión y actúa sin recapacitar, sin mirar consecuencias que a veces son tan duras.
  • El hombre que todavía tiene raciocinio de joven, manipula su creencia con la pasión con que ve las cosas y se olvida de los pormenores que tiene la vida que solo Dios lo puede librar.
  • Que no deja atrás su niñez, es un imitador de otro, quiere hacer igualmente sin importarle su espiritualidad, familia, responsabilidad; quiere manejar las cosas como se las pintan sin mirar las consecuencias.
  • Que quiere vivir con las pasiones de los jóvenes, es porque está descontento con la vida y a veces quiere culpar a los demás, y a su vez tiene alucinaciones de nobleza y desprecia ciertas oportunidades, porque quieren vivir de papá y de mamá, ignorando que la vida tiene 360 grados. Recuerde, el aforismo que dice: hoy eres hijo y el mañana serás padres.

San Pablo les dice a los Jóvenes: “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor”. 2 Timoteo 2:22.

Eso quiere decir que a los jóvenes les escasea la justicia, la fe, el amor y la paz, y estas son evidencias positivas que deben estar en los ancianos.

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¿Qué quiere decir “Huye también de las pasiones juveniles». Se ha considerado que las pasiones son las aficiones emotivas impulsadas por las sensibilidades de elementos nativos que principian a operar en la pubertad.

Se ha estimado que una pasión puede tener rasgos positivos y negativos, cuando alguien no las sabe distinguir y sobre llevarla, lo positivo se puede convertir en negativo y lo negativo seguirá siendo negativo.

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En un individuo se evidencian dos antónimos conocidos como bueno o malo, los cuales dan un equilibrio a la personalidad humana, tales como: el regocijo y la desesperación, el afecto y el rencor.

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Cuando el anciano le toca actuar primero piensa, analiza antes de proceder. Cuando el joven se encuentra ante cualquier situación, sea positiva o negativa, por lo regular se inclina a lo más fácil sin mirar consecuencias.

En este sentido existe una serie de negativismo que son fatales en la vida, por ejemplo:
Los anhelos sensuales a primera vista y desordenados, el anhelo por las cosas que Dios prohíbe, el anhelo por las cosas que son del prójimo.

El anhelo de querer tener las cosas sin trabajarlas, el anhelo que siempre se tiene que los padres son los que tienen que proveer todo, estas y otras cosas más, son las bases de una vida mal enfocada que son repudiada para ser ejemplo del bien en nuestra sociedad contemporánea.

Razón tenía el apóstol san Pablo cuando les decía a los Corintios:

“Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño”.

En otras palabras, corríjanse y no ocupen el puesto de jóvenes sin serlo, ya son adultos y deben vivir como tal.

Copyright y engrosado por el pastor
York Anthony Shalom
Licenciado en Sagrada Teología
Magister en Divinidades Teológicas
jorgesalomserpa@hotmail.com

Por: York Anthony Shalom

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