El poder del Espíritu Santo

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El poder del Espíritu Santo

Este tema es bastante conocido entre nosotros los cristianos, quizá ya hayas escuchado una prédica sobre el anhelo por una unción, también una doble porción de unción. Hablaremos sobre: «El poder del Espíritu Santo».

Pero hoy quiero decirte, que debemos tener un anhelo ardiente por una unción fresca.

La unción tiene que permanecer en nosotros porque precisamente hemos llegado a la zona de alimentación, el templo, tu casa, el momento de oración.

Y que bueno, que cada vez que nos apartemos a buscar de la presencia del Señor, salgamos llenos porque afuera hay un gran trabajo por realizar.

Ahora, usted se preguntará ¿Por qué un anhelo ardiente por una unción fresca?, es que a mi me llama mucho la atención que Eliseo no pidiera cosas materiales para él.

Porque este hombre hubiese pedido que le devolvieran los bueyes, carretas, casa, pero no lo hizo de esa manera, ante la pregunta que le hace Elías.

Este era realmente el anhelo y deseo de Eliseo: «Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí’’.

«Él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; más si no, no. Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino’’.

«Viéndolo Eliseo, clamaba: !!Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes’’ 2 Reyes 2:9-12.

Vemos que aquí Eliseo pide una doble porción del Espíritu Santo, pero al mismo tiempo, Elías coloca a este hombre a perseverar.

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Como lo vemos en la palabra cuando dice, «lo que estás pidiendo no es cosa fácil’’, pero tampoco es una cosa imposible de realizar.

Entonces vemos que lo pone a perseverar porque dice Elías, si me ves morir te será hecho, si no me ves, entonces no se cumplirá.

Esto quiere decir, que Elías condenó a Eliseo a mantener los ojos abiertos y no perder la mirada.

Entonces el anhelo del profeta Eliseo se convierte en una continua perseverancia.

Mi hermano querido, si este hombre tenía ese anhelo de ser lleno de una doble porción del Espíritu Santo, yo creo que tú y yo también tenemos el derecho de pedirle al Señor lo mismo.

Anhelar es sinónimo de desear, ansiar, aspirar, apetecer, ambicionar, tener afán, querer, pretender.

Por eso, debemos demostrarle al Señor con nuestra búsqueda constante en él, el anhelo de ser llenos del Espíritu Santo de Dios.

Ahora yo te quiero hacer una pregunta ¿Cuándo deseas que eso suceda en tu vida?, ojalá sea lo más pronto mi hermano.

Porque sin ese poder no podremos vivir una vida cristiana tranquila, en total comunión con el Señor Jesús.

Pídele al Señor que te de más y más de su poder, menciónale en tus oraciones y momentos de devocional lo interesado que estas en servirle, tenerle dentro de ti mi querido hermano.

Pídele que rebose tu copa, así como dice la palabra de Dios «Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando’’ Salmos 23:5.

Debemos estar llenos de la presencia de Dios para poder compartir con los demás de las bendiciones y maravillas de lo que él ha hecho en nuestras vidas.

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Debemos ser conscientes de que hay pueblos, ciudades, países, personas que aun no conocen del Señor, pero que necesitan y anhelan de Jesús.

Mi querido hermano, lo más importante es que comprendas de que en nuestra humanidad podremos brindar cosas beneficiosas, limitadas.

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Pero en Dios nada en limitado, más bien en él hay abundancia eterna, y si estamos llenos de Jesús tendremos para dar y hablarle a todo el que necesita.

Pero para ser llenos de poder de Dios hay que vivir un proceso, así como lo vivió Eliseo, para este hombre recibir lo más anhelado, tuvo que recorrer un camino.

Y en este camino que transitó este hombre, usted se da cuenta de que él sí quería una doble porción, y no era una emoción.

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El poder del Espíritu Santo.

Vemos que no era simplemente una actuación para que la gente pensara que él sí era espiritual o para que Elías pensara que tenía un gran discípulo, no, vemos que este hombre fue perseverante y alcanzó la promesa.

Porque cuando uno tiene anhelos, no los deja de lado, aunque tenga que esperar mucho tiempo o trabajarlos, pero el hecho es alcanzar la meta que uno se ha propuesto.

Y por eso, mi querido hermano, ese recorrido que entre Elías y Eliseo hacen, analice usted que estos hombres arrancaron desde Hilgal.

Lo cual quiere decir, principio, comienzo, punto de partir es porque cuando uno anhela las cosas, y quiere empezar a trabajar por eso, siempre debe tener un punto de partida.

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Siempre debe haber un comienzo, como decir, «una cuota inicial’’, porque éste lugar eso era lo que representa.

Y analice hermano, que Moisés para abrir el mar rojo tenía una vara, ese era el Hilgal, era el comienzo e inicio de un milagro que iba a suceder.

Por eso Moisés se ve al frente del mar, se siente aterrado y presionado porque los enemigos de su pueblo venían detrás.

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El poder del Espíritu Santo.

Entonces este hombre ora y el Señor le pregunta por qué clama a él y qué tenía en su mano, este hombre responde que una vara, y Dios le dijo, extiende y golpea las aguas.

Dice su palabra, «Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre la mar, y divídela; y entren los hijos de Israel por medio de la mar en seco. Y yo, he aquí yo endureceré el corazón de los egipcios’’.

«Para que los sigan: y yo me glorificaré en Faraón, y en todo su ejército, y en sus carros, y en su caballería; Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando me glorificaré en Faraón, en sus carros, y en su gente de a caballo’’.

«Y el ángel de Dios que iba delante del campo de Israel, se apartó, e iba en pos de ellos; asimismo la columna de nube que iba delante de ellos, se apartó, y pasos a sus espaldas’’.

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«E iba entre el campo de los egipcios y el campo de Israel; y era nube y tinieblas para aquéllos, alumbraba a Israel de noche: en toda aquella noche nunca llegaron los unos a los otros’’.

«Extendió Moisés su mano sobre la mar, e hizo Jehová que la mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y tornó la mar en seco, y las aguas quedaron divididas’’ Éxodo 14:16-21.

Por: Elmer González

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