El tiempo de recapacitar es hoy

887

El tiempo de recapacitar es hoy

La Biblia cuenta la historia de un hombre ya mayor, que tenía dos hijos. Un día el menor de ellos pidió su herencia a su padre, ya que este quería vivir independientemente. Hablaremos sobre: «El tiempo de recapacitar es hoy».

Según su perspectiva, este quería vivir los placeres de la vida, y disfrutar en ellos, su padre dolido accedió a la petición de su hijo y le dio su herencia y este se marchó.

Este joven al instante se vio rodeado de muchas amistades, y gastó todo su dinero en fiestas y mujeres, pero cuando ya no tenía dinero todas aquellas amistades lo abandonaron.

Se dio cuenta de que todo esto que había hecho estuvo muy mal, sin embargo, no recapacitó en volver a su padre.

Sino que por el contrario se fue y buscó trabajo, el cual consistía en cuidar o apacentar cerdos, lo cual era muy degradante para un judío.

Hay momentos en los que como cristianos que somos, cuando nos apartamos de Dios, llegamos a instancias que pueden ser muy desagradables a los ojos de Dios.

La Biblia dice, que tan malo fue su momento, que este joven deseaba comer de la comida con la que alimentaban a los cerdos, y esto no le era permitido.

Hay momentos en nuestra vida en los que pasamos por estas mismas situaciones, y de alguna manera nos cuesta volver en sí.

También puedes leer: Cuando Dios se aleja de tu vida

Momentos en los que estamos muy alejados de Dios, y nos cuesta dejar eso que nos aleja de él, pero Dios nos dice, es hora que recapacites.

Sabemos que como seres humanos que somos, estas cosas nos pueden costar mucho, porque humillarse no es para todo el mundo.

No a todos se nos hace fácil esta acción, pero también entendemos que el Espíritu Santo de Dios nos habla, y nos dice, es hora que recapacites.

Nos enseña la manera en la que debemos humillarnos ante él, nos enseña cómo debemos ser para agradarle cada día más a él.

Pero qué bueno es que podamos hacer todo esto, que bueno es que aprendamos a recapacitar.

El que confiesa sus pecados y se aparta de ellos, alcanzara misericordia.

Y esto precisamente le ocurrió a este muchacho, de seguro escuchó la voz de Dios que le decía, es hora que recapacites.

Y volviendo en sí, dijo! Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Lucas 15:17.

Es este momento en donde este joven es levantado, porque al volver en sí, empezó a reconocer que no era nada, y se humilló y entendió que se había equivocado.

Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti Lucas 15:18.

De esta manera, que Dios nos levanta y nos restituye a ese lugar que dejamos abandonado por alejarnos de él.

Es así como Dios nos ayuda a reconocer nuestros errores porque para ser levantados.

Es necesario que reconozcamos nuestros errores y la condición en la que nos encontramos.

También te puede interesar: Preocúpate cuando no sientas a Dios

Ante Dios no podemos aparentar cosas, Dios conoce todos nuestros corazones y lo que existe dentro de ellos.

Ante él solo podemos presentarnos tal cual somos, y en la condición en la que estamos, no podemos venir a aparentar santidad cuando de ello hay muy poco.

Hay que venir humillados y reconocer que nos hemos equivocado, porque hay algo que Dios jamás desprecia, y es un corazón contrito y humillado.

Hay que presentarnos ante Dios tal cual como somos, seamos honestos, a él de agrada en demasía todo esto.

En el momento que nos dice es hora que recapacites, debemos hacerlo con toda humildad.

Él siempre tiene razón y cuando nos dice esto, es porque en verdad debemos hacerlo.

Este joven estaba muy bien ubicado y sabía muy bien lo que debía hacer, Dios lo direccionó de la mejor manera.

Cuando fue donde su padre, no pensó en ningún momento que sería restituido a su lugar de hijo.

Cuando Dios le dijo, es hora que recapacites, él inmediatamente se humilló y pensó en ir a donde su padre en la condición en la cual se encontraba.

Muy bien pudo aparentar otra cosa, pero el reconoció que se había equivocado en gran manera.

Y es por eso, que le dice estas palabras:

“Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros” Lucas 15:19.

Síguenos en Facebook Generación Pentecostal

El tiempo de recapacitar es hoy.

Este joven prefirió buscar a su padre y hacerse como uno de sus jornaleros, antes que quedarse en el mundo donde estaba.

Un mundo que no le dio nada, y que por el contrario lo consumió hasta los huesos, le quitó todo lo que tenía.

Pero también le hizo entender que las cosas materiales no tienen valor alguno comparado con el lugar que tenía con su padre.

“Y levantándose, vino a su padre. Cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, corrió, se echó sobre su cuello, y le besó.

El hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, ya no soy digno de ser llamado tu hijo Lucas 15:20-21.

También puedes leer: Que tu visión espiritual traspase barreras

No hay nada más hermoso que saber las cosas que tenemos en Dios.

No hay nada más precioso que entender el significado de lo grande que es, lo que él nos ha dado.

Nuestro Dios lo es todo, y cuando él nos dice es hora que recapacites, es porque nos ama, porque quiere que volvamos al lugar que él nos ha dado.

SUSCRÍBETE

Únete a más de 5.000 personas que ya reciben contenidos exclusivos.
Sólo ingresa tu correo electrónico en el campo de abajo y espera el correo de confirmación.

[wysija_form id=»1″]

El tiempo de recapacitar es hoy.

Y de esta manera lo hizo el padre de este joven, este no miró la condición en la que su hijo volvió, sino que con amor lo abrazó y le mostró su grande amor hacia él.

“Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.

Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta.

Porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse” Lucas 15:22-24.

De esta manera, obra Dios con cada uno de nosotros, él en su infinito amor.

Vea también: Jamás ha habido un amor igual

No nos condena ni mucho menos, sino que cuando venimos verdaderamente humillado ante él.

Nos devuelve el lugar que una vez fue nuestro, y nos viste nuevamente con vestiduras blancas, y nos da ese anillo que nos identifica como sus hijos.

Cuando Dios te diga es hora que recapacites, no hagas caso omiso a esas palabras, vuelve a Dios y tu vida cambiará y será aún mejor.

Pastor: Juan Carlos Soto

Artículo anteriorJamás ha habido un amor igual
Artículo siguienteSu resurrección es una verdad irrefutable