Cuando Dios se aleja de tu vida
Las iglesia católicas y trinitarias se han unido, a eso le llaman los ecuménicos, fueron dos puertas que dejó el antiguo papa para que disque por ahí entraran las iglesia cristianas menos a esta. Hablaremos sobre: «Cuando Dios se aleja de tu vida».
Porque esta iglesia no entra por ahí, él dijo, “yo soy la puerta y el que por mí entrare, será salvo”.
Eso quiere decir, que la venida del Señor está cerca y la iglesia debe de estar contenta por eso.
Le aconsejo que no se ande creyendo mucho, es más, no se crea nada porque cuando empieza a reclamar y a creerse que uno merece y si nosotros merecíamos algo era la muerte.
Eso era lo que nosotros merecíamos pero ahora tenemos vida por su gracia y vida en abundancia.
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Esa gente que se va de la iglesia y comienzan a creerse el último chito del paquete y no, si algo somos y tenemos es por la gracia y la misericordia de nuestro gran Dios y salvador Jesús de Nazaret.
Cuando el Señor de la viña, dice la Biblia que fue a contratar trabajadores a uno lo llamó como a las 6 de la mañana y le pagaría un denario.
Al otro como las 12 del día le dijo, que viniera a trabajar la viña que le iba a pagar un denario, al otro lo llamó como a las 5 de la tarde y le dijo, venid, trabajad mi viña y os daré lo que es justo.
Cuando ya le fue a pagar empezó a pagarle a los últimos que habían entrado y les dio un denario.
Dios a veces para bendecirlo a usted, bendice al que está al lado suyo para ver cómo se porta y si usted no se alegra con el que se alegra pailas.
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Hay que gozarse con los que se gozan.
Por eso, usted no ande esperando nada, si Dios le da algo, que bendición tan grande.
Hay hermanos que se sienten poca cosa, si el Señor le dio un denario ya es mucho y si el Señor lo salvó, ya es demasiado.
Así no sea misionero, así no sea el presidente de evangelismo, estamos sentados en lugares celestiales juntamente con Cristo.
Hay hermanos que a veces se les olvida de dónde los sacó el Señor, el Señor no vino para perder las almas sino para salvarlas, si alguien ama a la gente es Jesús.
Aquí había uno que sí amaba a Jesús, Lázaro era amigo de Jesús, cuando Jesús iba a Betania era en la casa de Lázaro que se quedaba porque Jesús también tenía amigos.
Hay quienes piensan que Jesús no tenía una vida social y a Jesús hasta fiestas lo invitaban e iba.
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Cuando Dios se aleja de tu vida.
Resulta que un día Lázaro enfermó y mandaron a llamar a Jesús, él se alejó más pero aunque Jesús se había retirado, él estaba pendiente de Lázaro porque él cuida de nosotros siempre.
Cuando se murió Lázaro, Jesús se dio cuenta y allá donde estaba lejos dijo, “nuestro amigo Lázaro ha muerto”.
No se preocupe tanto, Jesús está pendiente de sus hijos, de sus familiares, el Señor hace la obra porque la hace.
Murió Lázaro y Jesús por ningún lado, entonces fueron y lo enterraron, cuatro días de muerto y Jesús nada que aparece por ningún lado.
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Pero cuando él aparece todo cambia, las cosas son diferentes, donde hay muerte hay vida.
Donde hay amargura se vuelve en alegría, donde hay tristeza se convierte en gozo, todo cambia.
Jesús nunca llega tarde porque para él no hay nada imposible. Jesús apareció y Marta como que lo regaña y le dice, Señor, si hubieses estado aquí mi hermano no habría muerto.
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Es que las cosas no se hacen cuando usted quiere sino cuando Dios quiere.
Entonces Jesús le dice a Marta, “yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí aunque esté muerto vivirá”.
El evangelio cambia la vida de la gente, el evangelio estratifica, lo pone a uno inteligente.
Jesús se encamina a la tumba y a la gente como que no le parece, se para frente a la tumba y dice que quiten la piedra.
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Lázaro, ven fuera, y el que estaba muerto resucitó y lo entregó vivo. Jesús lloró porque le dio un dolor ver a su amigo Lázaro así.
Si usted supiera lo que siente Dios cuando lo ve a usted enfermo, cuando te ve triste, en una cantina sumergido por pecado, él llora.
Pero él es feliz cuando un pecador se arrepiente.
Pastor: Juan Carlos Soto