La gente cautiva no tiene razones para alabar

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La gente cautiva no tiene razones para alabar

Tenemos mucho que darle a nuestra sociedad, tenemos mucho que compartirle a la gente que está a nuestro alrededor. Hablaremos sobre: «La gente cautiva no tiene razones para alabar».

¿Qué es dar? Dar es entregar, otorgar, comunicar, expresar con voces un reconocimiento.

Al mirar la grandeza de Dios y al mirar que él ha hecho por nosotros no nos queda otra sino expresar con voces de reconocimiento y darle la gloria, la honra y alabanza por todo lo que él es.

La alabanza y la adoración es algo universal porque usted ha oído de gente que ha encontrado a X tribu.

Y lo distintivo en cada lugar que se encuentra es que no interesa lo recóndito que esté una tribu, pero la gente tiene su forma de alabar y adorar en cualquier cultura.

La adoración es un instinto natural y una necesidad porque hemos sido creados para adorar, exaltar y eso está implícito en el hombre, no importa la cultura o la manera en que la gente viva.

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Algunas de estas tribus no saben quién es Dios pero hay algo en ellos que les dice que tienen que adorar a algo o a alguien.

Pero como ellos no lo conocen por eso es que adoran al sol, al trueno, la lluvia, al río, la estrellas, etc… porque ellos no saben.

Nosotros tenemos que ser agradecidos porque aunque un tiempo atrás también adorábamos a cosas oro, yeso o de manera.

Sin embargo, hoy aunque no tengamos un objeto para adorar nosotros sabemos que en medio nuestro hay uno digno de la alabanza y adoración.

No todos los seres humanos adoramos al mismo dios pero todo el mundo adora a algo o a alguien, puesto que todos adoramos debemos cuestionar.

Entonces la razón de este deseo y la conclusión más lógica es que fuimos creados por un ser poderoso con un propósito y es de adorar y exaltar a nuestro creador.

Obviamente él no nos ha puesto un chip para obligarnos a reconocerlo y adorarlo, lo bonito de este ser superior, de nuestro Jesucristo es que aunque él lo dejó plasmado.

Lo dejó voluntario para que la gente lo diga y lo exprese cuando quiera, donde quiera y a quien quiera.

No hay mayor satisfacción en esta vida que adorar y exaltar al creador de los cielos y de la tierra, a Jesucristo nuestro Señor.

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La búsqueda constante del hombre es encontrar respuestas a las cuestiones fundamentales del origen humano.

La gente quiere encontrar respuesta a esto y hay solo un libro que tiene respuesta a eso y es la palabra de Dios.

Y dentro de esas respuestas está la adoración, la palabra de Dios es preciosa porque nos muestra como Dios ha intentado comunicarse con nosotros para que lo entendamos.

Cuando usted empieza a leer la escritura, usted encuentra que Dios es el centro de la adoración en toda la escritura, es más, Dios le pide voluntariamente a la gente que le adore.

“Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí.

Ni te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.

No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos”.

“de lo que tengo te doy”.

¿Qué tienes en tu vida?

Porque hay gente que vive decepcionada por que le ha tocado vivir, ellos creen que han tenido mala suerte, que han tenido mala racha, que tienen sal en su vida y que Dios los ha abandonado y en vez de levantar su voz al cielo y exaltar al creador.

Entonces porque tienen en su vida, amargura comienzan a insultar y a blasfemar contra él.

Hay miles y miles de personas en el mundo a diario que en vez de bendecir a Dios lo insultan y blasfeman contra él, ellos dan de lo que tienen, no solamente a sus semejantes sino a Dios, son iracundos.

Siempre están a la defensiva y cuando menos piensan estallan, insultan, maldicen porque de lo que tienen en su corazón eso dan, no tienen paz, viven en desgracia.

Pero hay gente que sabe que el centro de nuestra existencia se lo debemos a Dios, de que él lo es todo, que Dios nos rescató del pecado.

Rompió las cadenas de la esclavitud, que los sacó del lodo cenagoso, que Dios les dio vida cuando estaban muerto.

Hay gente que sabe que ahora tienen vida y vida en abundancia, que ahora somos hijos de Dios.

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Cuando alguien se da cuenta de todo lo que Dios ha hecho en su vida, le ordena a su cuerpo, a su alma y a sus emociones, por favor, bendice alma mía a Jehová, bendiga todo mi ser su santo nombre.

A veces es fácil alabar a Dios cuando todo va bien pero cuando las cosas van mal la gente se queda callada.

A Dios hay que adorarlo en las buenas y en malas, cuando llueva cuando haya sol, en todo tiempo porque él es el benefactor.

“Bendice alma mía a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios”.

La Biblia está repleta de exhortación a los creyentes en Dios a no olvidar, recuerde todo lo que Dios ha hecho por usted, hay cosas que usted tiene que olvidar.

Lo que usted tiene que recordar siempre son las bondades del Señor, todos sus beneficios.

David tiene 5 maravillosos beneficios y razones para decirle a su alma alabe a Dios y lo expresa en los siguientes verbos.

Perdonar, sanar, redimir, coronar y saciar.

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Empieza diciendo “Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios”.

  • Perdonar

“Él es quien perdona todas tus iniquidades”. Él usa un término absoluto “todas”, entonces ¿habrá razón para adorar a Dios si él perdona todas nuestras iniquidades?

No interesa qué clase de iniquidad, él las perdonó todas por eso si hay algo glorioso es poder disfrutar la presencia de Dios porque el pecado era un problema pero ahora acerquémonos confiadamente.

  • Sanar

“El que sana todas tus dolencias”. Hoy en día la gente duda de que Dios sane, como el cáncer está matando tanta gente y dicen que es imposible que Dios sane, aunque tengamos que morir, Dios todavía sana.

Obliga a tu cuerpo a adorar a Dios, permítele a tu alma encontrase con Dios porque él es quien te sana.

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Cuando usted está ante la presencia de Dios no se puede quedar callado, tiene que adorarlo.

Usted puede orar para que otros sean sanados como Abraham, Moisés, Pedro, solo la fe en Jesús puede sanar a los enfermos, en Jesús, no en el hombre, la oración de fe sanará al enfermo por la fe en Jesús hay sanidad.

  • Rescatar

 “El que rescata del hoyo tu vida”. La palabra rescatar tiene que ver coer, que quiere decir, pagar el precio para comprar a un pariente que está en esclavitud.

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La gente cautiva no tiene razones para alabar.

Por eso lo adoramos porque solo uno pagó el precio por nosotros y como dijo Pedro, él nos rescató no con oro ni con plata, sino con su sangre preciosa, él derramó su sangre para salvarnos.

Gente cautiva no tiene razones para alabar, no tiene razones para adorar pero “conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.

  • Coronar

“El que te corona de favores y misericordias”. Si usted pudiera hacer una lista de todos los favores que ha recibido, correría el riesgo de tirarse de rodillas y no pararse jamás.

No envide las coronas de las reinas de belleza, ni los premios que le dan aquellos que hacen una película o mejor disco.

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Nosotros tenemos una corona y cualquier corona, es una corona de favores y misericordias.

  • Saciar

“El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila”.

La gente que se siente insatisfecha es porque no ha puesto a Dios de por medio pero en él estamos completos.

Tenemos muchas razones para adorar a Dios porque de lo que tienes de eso das.

Por: Carlos Arciniegas

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