La promesa del Espíritu Santo
La Biblia dice que el que pide recibe, lo desafío a pedir pero hay que pedir con fe, fe en las promesas que él hizo. Hablaremos sobre: «La promesa del Espíritu Santo».
“Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” Lucas 11:9-13.
Los hermanos que no han recibido la promesa, es nuestro deber estimularlos y motivarlos a recibir el Espíritu Santo.
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“Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió” Hebreos 10:23.
Consideremos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras. Esto lo siento como un deber.
Parece que le hemos dado la prioridad a otras cosas y aquellas que eran de suma importancia en una época ya hoy no lo son.
La iglesia en Colombia nació y creció bajo la unción del Espíritu Santo, en aquella época uno recibía el Espíritu Santo hasta en las reuniones familiares.
Pero hemos caído en una tranquilidad y conformismo impresionante y como nadie ya los empuja, tanto que hay hasta predicadores predicando que no es necesario recibir el Espíritu Santo.
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Ya hay Iglesias Pentecostales usando a servidores sin recibir la promesa, pero hay que resistir eso en el nombre de Jesús.
Se hacen grandes campañas, convenciones y ruido y no se escucha que nadie recibe el Espíritu Santo y eso ni nos preocupa.
Cosa grave es que haya predicadores nuestros creyendo que no es necesario recibir el Espíritu Santo.
Se ha creado un conformismo porque los mismos hermanos e vez decirle, póngase las pilas, dicen, no, tranquilo hermano, no se preocupe.
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Preocúpate, llora, tírate al suelo, póngase las pilas porque en ese momento en usted se quebrante recibe porque lo recibe.
Nosotros no damos el Espíritu Santo, eso está claro pero sí lo promovemos, le creamos la necesidad de recibirlo.
El que no tiene sed, lógicamente no bebe porque para recibir el Espíritu Santo hay que tener sed.
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Y si usted siente sed en cualquier momento va a ser sellado hablando en nuevas lenguas.
Cuando tenga sed la persona recibirá en cualquiera parte, sino tiene sed no recibirá.
Hay gente que está contra de que lloren, si supieran que rico es llorar en la presencia de Dios, como uno gime delante de él se rompen las cadenas.
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A los que no han recibido a los desafíos a que vaya temprano al culto a orar, una hora antes para que cuando llegue el culto ya usted esté prendido.
Hablamos mucho en culto, no cae una habladuría en el culto, al culto no se va a hablar, se ha perdido esa reverencia, la iglesia no es un mercado.
Hay que comprometerse con recibir el Espíritu Santo.
Pastor: Clodomiro Lobo
