Si no tiene el Espíritu Santo está incompleto

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Si no tiene el Espíritu Santo está incompleto

“Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre” Juan 14:15. El tema que abordaremos en esta ocasión es: «Si no tiene el Espíritu Santo está incompleto».

La obra de la salvación, es una obra del Espíritu de Dios de principio a fin y necesitamos en este tiempo mantenernos firmes en la predicación del evangelio.

Los ángeles viven admirados de la obra de Dios en el mundo y si ellos que no son salvos se admiran de la obra de la salvación, cuanto más nosotros, debemos admirar esta obra que nos ha alcanzado.

Debemos entender que el bautismo del Espíritu Santo no es lo primero, ni es lo último, es una experiencia que sucede en el curso de la obra del Espíritu Santo.

La recepción del Espíritu Santo es un milagro, muchos lo han sustituido por otras cosas y no tienen conocimiento de lo que en realidad es; un milagro es la alteración de la ley natural y el habar idiomas que no se conocen, eso es un milagro.

Para que eso suceda el Espíritu tiene que operar una obra previa:

  • La justificación

El mundo es una selva humana donde todos nacimos, nadie nace siendo cristiano, todos nacimos en el camino ancho e íbamos directo a la perdición, pero Jesús se cruzó en nuestro camino y nos puso en su viña.

Esto se produce por el evangelio, que es el llamamiento de Dios a su reino y obra.

La justificación es el acto que Dios como rey supremo hace, declarando inocente y quitando los pecados del hombre.

El hombre deja de pertenecer a ese camino ancho, a esa selva humana, para ahora hacer parte de los redimidos, del pueblo de Dios, de los santos; y cuando entendemos donde Dios nos ha colocado, nos comportamos a la altura de ese llamamiento.

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El Señor Jesús habló en tres ocasiones muy particulares sobre la promesa del Espíritu Santo:

1. En la fiesta de los tabernáculos

Jesús se encontraba en la feta de los tabernáculos, esta fiesta eran 7 días donde los judíos hacían enramadas y habitaban en ellas, recordando y enseñándole a las nuevas generaciones que sus antepasados estuvieron peregrinos en el desierto.

En el último día de la fiesta, el sumo sacerdote reserva un jarrón de agua en las graderías del templo, para recordarles y llevándolos al pasado cuando estuvieron en el desierto y no había agua, Dios ordenó a Moisés que tocara la roca y ríos salieron de la roca para que el pueblo debiera.

Precisamente en ese momento, en que todo el pueblo estaba transportado a ese acontecimiento del desierto, Jesús se pone en pie diciendo: si alguno tiene sed venga a mí y beba.

Jesús se pone en pie para decir, que él es la roca, porque la roca que los seguía era Cristo.

El Señor allí señaló tres condiciones:

  • El que tenga sed

¿Qué hay que hacer para tener sed?

Se tiene la sensación de sed porque el organismo humano está compuesto en su mayoría de líquidos, el organismo tiene unos detectores que le dicen al cerebro que se está deshidratando, que el líquido está mermando.

El cerebro manda la orden a la lengua y usted siente la sensación de sed, y dicha sensación es insoportable, es más fácil soportar el hambre o el sueño.

Una persona tiene sed porque está deshidratado y su liquido está mermando.

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Si no tiene el Espíritu Santo está incompleto.

Lo que le va a dar a usted sed, es que se convenza que sin el Espíritu Santo no está completo, está falto.

  • Venga a mí

Su precursor, Juan el Bautista dijo: el que viene tras mí, bautizará con el Espíritu Santo, usted tiene que ponerse frente a Jesucristo y adorarlo, porque es él quien da ese regalo maravilloso.

  • El que cree en mí, como dice la escritura

El bautismo del Espíritu Santo es una promesa para los salvos, para los hijos. “El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros” Juan 14:17.

Primero hay que ser salvo e hijo para ser lleno de esta promesa.

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2. La ultima vez que se reunió con los discípulos entes de ser entregado

Lo que encontramos que Jesús dijo en Juan 14, 15 y 16, fue sobre el Espíritu Santo antes de ser entregado.

Es por ello, que es importante tomar en cuenta el contexto histórico; Jesús no les habló a los discípulos del Espíritu Santo cuando los llamó.

Durante esos tres años o tres años y medio que anduvieron con Jesús él no les hablo sobre esto, porque debía haber una obra antes, la obra del Espíritu Santo.

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Si no tiene el Espíritu Santo está incompleto.

3. Antes de subir al cielo, después de resucitado

Antes de subir al cielo les dijo: “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí” Juan 15:26.

Hay quienes creen que recibir el bautismo del Espíritu Santo no es importante, pero es fundamental en la obra del Espíritu Santo.

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“Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré.” Juan16:7.

El Espíritu Santo vino para:

  • Morar en nosotros
  • Enseñarnos glorificar a Dios
  • Recordarnos
  • Hacernos testigos
  • Convencer al mundo de pecado
  • Guiarnos a toda la verdad

La obra del Espíritu Santo es gloriosa y debemos permitir que Dios la cumpla en nuestras vidas; hablar y recibir el Espíritu Santo es muy importante, pero no es solo eso, la obra va mas allá.

Por: Eliseo Duarte

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