La raíz de la visión misionera

3580

La raíz de la visión misionera

Cuando escuchamos hablar de la raíz de la visión misionera, surgen una serie de preguntas, como, por ejemplo:

  • ¿Dónde nace esto?
  • ¿Por qué hay visión misionera?
  • ¿Qué se hace y por qué?
  • ¿Qué persigue la obra misionera?

Dios prometió, cuando inició este trabajo, al pueblo que él envió, que los iba a equipar para hacer el trabajo que debían hacer.

Entonces les dice: “Váyanse a Jerusalén y esperen ahí, hasta que ustedes sean llenos del poder de lo alto, porque recibiréis poder y me seréis testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra”.

Como Dios tiene esa habilidad que en pocas palabras él dice todo lo que va a decir, él les dijo cuál era la provisión, la misión y de una vez da la estrategia.

SUSCRÍBETE

Únete a más de 5.000 personas que ya reciben contenidos exclusivos.
Sólo ingresa tu correo electrónico en el campo de abajo y espera el correo de confirmación.

[wysija_form id=»1″]

“Vayan, que van a recibir poder, eso es lo que yo voy a proveer, para que me sean testigos en todas partes y lo van a hacer paso a paso, Jerusalén, Judea, Samaria” un circulo conceptivo que se va ampliando.

A los seres humanos nos gusta hacer un hueco en un lugar y saltar y hacer otro hueco más retirado, pero Dios dice “no, no, hagan uno aquí, otro ahí, otro ahí” Dios es más ordenado.

¡Dios tiene una provisión, una misión y una estrategia!

Dios no hace planes, porque lo sabe todo; planes hacemos nosotros que tenemos que medir las posibilidades, los obstáculos y la factibilidad, pero Dios no tiene nada que calcular porque lo sabe todo.

Síguenos en Facebook Generación Pentecostal

Decimos esto porque él sabía lo que iba a hacer y como Dios es como es y no podemos nunca calcular nada que Dios haga y nada que Dios diga, porque nos vamos a equivocar.

El Espíritu Santo no es hablar en lenguas, el hablar en lenguas es solo una señal inicial y nos hemos pasado divirtiéndonos hablando en lenguas.

Pero Dios quiere una cosa en su alma y es que todos los hombres sean salvos y que ninguno se pierda, que lleguen al conocimiento de la verdad.

Así que esto no es un juego, ni una diversión, gracias a Dios que nos divertimos, pero esto es algo serio.

Vea también: El río de la vida en el evangelio

Aquí estamos hablando es de vida o muerte; esto es para dedicarle la vida, esto no es un rato de alegría, esto es una pasión.

No voy a ver qué tal me va, y si me va bien, bien, y si no me busco otra cosa, no, a nosotros no nos debe importar cómo nos va.

Porque sabemos en lo que estamos; esto es algo que uno lleva en el alma, esto es la raíz de la visión misionera.

Jesucristo derramó el bautismo del Espíritu Santo y nosotros no podemos ignorar lo que pasó allí.

Porque lo que pasó allí es uno de los mensajes más claros de cuál es la función del bautismo del Espíritu Santo.

El Señor pudo haber escogido hacerlo de otra manera, pero Dios que sabe todas las cosas, escogió el día de Pentecostés.

No para que nosotros nos llamáramos pentecostales, sino porque nosotros somos hijos de Dios, llenos del poder del Espíritu de Dios.

Pero Dios sabe lo que está haciendo y dice la Biblia que:

«Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos y de repente hubo un estruendo y un viento recio que llenó toda la casa».

«Y se les aparecieron lenguas repartidas como de fuego sobre todos los que estaban en la casa y fueron todos llenos del Espíritu Santo».

Y estaban en esos días hombres piadosos de todos los países debajo del cielo, no creamos que Dios hizo un accidente.

Él sabía que toda esa gente iba a estar ahí, él pudo haber predicado desde otra parte, pero él dijo “vamos a hacer un escándalo de verdad, verdad”.

Hizo un estruendo y todos corrían para allá a ver qué pasaba y lo que estaba pasando era que Dios estaba haciendo la inauguración oficial de la iglesia del Dios viviente.

Vea también: El Espíritu Santo en las misiones

De todos los países y todos los colores que estaban ahí, ese fue el primer culto misionero que hubo.

Eso Dios lo calculó, dijo “ahí es, ahora que están todos” no podemos ignorar eso.

Esto del bautismo del Espíritu Santo lo hemos tomado como una bandera de introversión, pero no es, Dios nunca ha hecho eso, nunca.

Debemos tener claro que la iglesia de Dios es una iglesia de puertas abiertas para que entren todos los pueblos del mundo, eso es la raíz de la visión misionera.

«Te invitamos a que te suscribas a nuestro Canal de Youtube«

Pastor: Alvaro Torres

Artículo anteriorLa integridad del adorador
Artículo siguienteEl movimiento del Espíritu de Dios