Por qué el enemigo quiere verte derrotado

“Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo” 1 Samuel 17:32. Hablaremos sobre el tema: «Por qué el enemigo quiere verte derrotado».

Dios nos ha creado con el potencial de ser una dinámica positiva, que logre cambios en el mundo de hoy.

Cada uno de nosotros es una fuerza positiva y podemos impactar positivamente al mundo.

Dios no nos ha creado de sobra, él nos ha dado un potencial y el enemigo sabe esto, por eso en repetidas ocasiones te ha querido destruirte y los tuyos.

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El enemigo quiere acabar conmigo y con tu potencial, que es potencial únicamente del cielo, pero no podrá.

Tienes cosas grandes en Dios y si te sumerges en la presencia del Espíritu Santo, no habrá fuerza maligna que tenga poder donde tu estés y nada podrá tocarte.

Hoy te convencerás una vez más y lo declararás, no vengo a ver si puedo sino porque puedo vengo.

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Las huestes infernales de maldad tiemblan, cuando un hijo de Dios, lleno de su glorioso poder, invoca el nombre de Jesucristo. Mayor es lo que está en nosotros.

Al invocar ese nombre hay liberaciones, sanidades, milagros y nada se resiste ante esta sublime presencia; el dueño de esta iglesia es el Dios todo poderoso.

Hay una llama que arde en cada uno de nosotros, ese poder extraordinario dado por él.

Vivimos para alabar y glorificar el nombre de Jesús, estábamos perdidos en miseria y dolor, muchos éramos esclavos del vicio, de la fornicación y el adulterio.

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A muchos la muerte nos tenía en sus manos, pero Dios derramó gracia y nos encontró.

Dios con su infinito amor nos tomó en sus brazos, no le importó qué tan grande era nuestro pecado o qué tan sucio estaba nuestro corazón, murió y su sangre nos limpió.

No vengo a ver si puedo, sino porque puedo vengo, ese eres tú.

Debes estar convencido que con el poder de Dios tienes la autoridad para ganar la batalla, desaparece la duda y el temor, todo lo puedes en Cristo, porque es él quien te fortalece.

Éramos nada, pero hoy en sus manos lo tenemos todo, nunca serán nuestras fuerzas, ni nuestro poder, mucho menos nuestras capacidades o conocimientos, siempre ha sido y será Cristo, el dueño de nuestras victorias.

Donde llegues puedes impactar, en tu trabajo, en tu barrio, con tus amigos o en tu universidad, tú tienes el poder que impacta y que salva.

Hoy los que pertenecemos al pueblo de Dios decimos, no vengo a ver si puedo, sino porque puedo vengo.

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Somos testigos de sus milagros, le hemos visto y sabemos que en su nombre todo nos es posible.

El enemigo siempre querrá hacerte ver tus errores y tu humanidad, te quiere hacer sentir menos e incapaz, querrá robar tu bendición y que no creas en lo que Dios ha derramado en ti.

No permitas que nada desvalorice lo grande que eres en Dios, por el contrario, con certeza debes decir, no vengo a ver si puedo, sino porque puedo vengo.

Por: Steven Drost