Predicar el evangelio es nuestro deber

992

Predicar el evangelio es nuestro deber

Es importante aclarar que la Biblia habla de dos tipos de muertos. Hablaremos sobre el tema: «Predicar el evangelio es nuestro deber».

El primero, anda por las calles en automóviles, aviones y posee la capacidad de pensar.

“De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren viviránJuan 5:25.

Estos tienen esperanza, porque cuando se les predica el evangelio y escuchan el mensaje, como dice la escritura, pueden vivir.

Vea también: Hay que predicar la verdad que es Jesucristo

La segunda clase de muertos es la que se encuentra en los sepulcros.

y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación” San Juan 5:29.

Por estos últimos, por los muertos que están en las tumbas, no es posible hacer algo, a ellos los juzgará Dios.

Pero por los muertos que andan en las calles, billares, buses, aviones, en las empresas, en los colegios, en las universidades, en las playas, en los carnavales, si hay mucho por hacer.

Síguenos en Facebook Generación Pentecostal

En razón de que por los primeros muertos no se puede hacer nada, es que el Señor dice en las escrituras:

“Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios» Lucas 9:60.

Si a nosotros no nos hubiesen predicado el evangelio, estaríamos muertos en delitos y pecados, pero la palabra que llegó a nuestros corazones nos ha dado vida.

El profeta Isaías en una visión, observa el estado deplorable del pueblo de Israel: “…Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente” Isaías 1:5.

También puedes leer: Predicando a todos el evangelio de Jesucristo

Ese es el estado de la humanidad, están como si tuviesen una llaga desde la coronilla hasta los pies, moribundos y sin Cristo.

Como iglesia eso debe sensibilizarnos, pues aún hay esperanza para ellos.

Ahora hablemos de Ezequiel, en el valle de huesos secos ya no ve un pueblo moribundo, sino muchos muertos.

Él pudo pensar que por esos muertos no podemos hacer nada, sin embargo, recibe una orden de Dios.

SUSCRÍBETE

Únete a más de 5.000 personas que ya reciben contenidos exclusivos.
Sólo ingresa tu correo electrónico en el campo de abajo y espera el correo de confirmación.

[wysija_form id=»1″]

Y en ese valle de huesos secos, el Señor manda a Isaías a predicar, y su predicación fue tan poderosa que los muertos se incorporaron, cada hueso se unió con su hueso y hubo vida sobre ellos.

Hay que resaltar la importancia de predicar el evangelio, ese es nuestro deber y Dios hará el resto.

Se necesitan hombres y mujeres llenos del Espíritu Santo, de ese Espíritu que puede dar vida a otros.

También te puede interesar: Cuál es la tarea de la iglesia

Los resultados de la predicación de la palabra de Dios son gloriosos, por eso, hay que hacerlo sin miedo, con autoridad, pues el Señor siempre respalda su palabra.

En el mundo podemos observar a las personas sonreír, disfrutar en sus deleites, en fiestas, pero en su alma no tienen paz.

Son un montón de cuerpos sin Cristo, por eso, es indispensable que prediquemos y llevemos vida a los muertos.

Se necesitan corazones sensibles ante tanta necesidad, el Señor puede sensibilizarte, puede sembrar amor por las almas en aquel que se nota indiferente ante la situación del mundo.

El tiempo es ahora, el tiempo de gritarle al mundo que hay vida en Cristo, es hoy.

No esperemos que sea tarde, no esperemos que la gente muera sin Jesús, pues por los muertos no podemos hacer nada.

Pastor: Clodomiro Lobo

Artículo anteriorEl amor no es producto del romanticismo
Artículo siguientePor qué los cristianos pasan por pruebas