Qué quieren decir las señales de Dios
El Señor Jesús después de haber resucitado entre los muertos dio una señal maravillosa de la redención. Hablaremos sobre el tema: «Qué quieren decir las señales de Dios».
Del rescate total para todos los seres humanos que creemos en su nombre, porque la resurrección del Señor confirmó que él es el salvador del mundo.
Jesús reunió a sus discípulos y les dijo: toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra, ahora id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura el que creyere y fuere bautizado será salvo más el que no creyere será condenado.
El Señor les da esa comisión y cuando ellos son comisionados reciben la autoridad de Dios para hacerlo.
Ellos debían predicar el evangelio y todo el que oye el evangelio, el poder del Espíritu Santo empieza la obra en su vida, y el Espíritu Santo empieza a obrar en el arrepentimiento.
Le revela que es un pecador y seguramente le muestra el camino de la salvación, le revela el nombre del Señor Jesús y la persona entra en el plan de salvación.
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Y cuando la persona acepta la necesidad que tiene, la sed de Dios, el Señor derrama de su Espíritu Santo sobre él.
El Señor llega y limpia, sana, hace nuevas criaturas, él entra y comienza a morar dentro de nosotros.
El Señor se posesiona de nuestro cuerpo, de nuestra alma, de nuestro espíritu y por eso, somos llenos del Espíritu Santo.
Esta es una señal que debe manifestarse en la vida del creyente, es una señal que debe ser vista y oída.
«Estas señales seguirán a los que creen, en mi nombre echarán fuera demonios y en mi nombre hablarán nuevas lenguas».
Esta señal maravillosa debe verse en la vida del cristiano, hablar en nuevas lenguas, si usted oyó el evangelio, si usted le creyó al Señor Jesús, creyó en su palabra.
Esta señal es para los que creen, los que creen tienen toda la oportunidad de hablar en nuevas lenguas, los que creemos en Dios somos investidos con poder de lo alto, esa señal se ve.
Un día Caín y Abel se le acercaron a su padre y dijeron: vamos a ofrecerle ofrenda al Señor y lo dos se acercaron con su ofrenda.
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Caín traía lo mejor de la tierra e hizo su lugar y presentó la ofrenda, entonces Abel también trajo de lo mejor de las ovejas, un cordero y lo ofreció en sacrificio al Señor.
Pero algo sucedió porque Caín se disgustó al ver que Dios aceptó la ofrenda de Abel y no recibió la ofrenda de Caín, la ofrenda de Caín fue rechazada, algo pasó.
Hubo una señal, Dios mostró una señal, recibió el cordero, lo aceptó, pero no recibió el sacrificio de la tierra.
Y no los recibió porque ya la tierra estaba maldecida y hubo una señal, él supo que fue rechazada.
El Señor siempre nos está hablando, nos muestra de alguna forma cuando estamos haciendo mal o nos estamos desviando del camino.
Debemos estar siempre prestos a escuchar la voz de Dios y entender lo que nos dice.
Dios nunca nos ha dejado solos, siempre iba con su pueblo, y aún hoy sigue con su pueblo, las señales siempre estarán.
El Señor sigue sanando enfermos, Jesús sana, los pescadores siguen siendo salvos, seguimos creyendo que Cristo salva, el cambia la vida.
Salomón otro hombre de Dios, hizo un tabernáculo para adorar al Señor, pero este tiempo después deterioró.
Fue el templo más perfecto de la historia, muchos iban a verla porque no había construcción como esa en ningún otro país.
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Qué quieren decir las señales de Dios.
El día de la inauguración de este templo Salomón se arrodilló y levantó sus manos e invocó el nombre del Señor y ofrecieron sacrificios en su oración este hombre dijo:
Señor los ojos suyos estarán siempre abiertos mirando esta casa, sus oídos estarán oyendo la oración que se hace en esta casa.
Se dice, que no era una fiesta común, en esta inauguración había un coro el cual iba a entonar alabanza al Señor, un grupo vestido de blanco.
Porque es que para adorar a Dios se necesita estar vestido de santidad, porque el es santo.
Y todos empezaron a cantar y dice la Biblia, que cuando tocaron las trompetas vino la gloria de Jehová y una nube llenó toda la casa.
Salomón vió señal que había sido de bendición ese templo que habían construido.
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Este templo fue destruido y reconstruido muchas veces pero luego Dios dice: construiré un altar pero no hecho por manos de hombres sino por mí.
Él vino y empezó a buscar materiales, hombres que lo siguieron, y Dios comenzó a enseñar y utilizar ese material.
Después de haber recogido todo este material, después que lo edificó, lo instruyó y lo hizo como un edificio porque su pueblo.
Sus apóstoles son piedras vivas del material del gran edificio y cuando construyó esta casa de hombres y mujeres dijo:
No se muevan de Jerusalén porque yo también voy a inaugurar mi casa, el día de pentecostés.
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Esa misma nube descendió sobre los 120 y estremeció el salón donde estaban reunidos, cuando ese viento recio soplaba esa casa se llenaba de la gloria de Dios.
Cada uno de nosotros hemos sentido esa gloria dentro de nuestro cuerpo, de nuestro corazón.
Hemos recibido poder de lo alto, hemos recibido el Espíritu Santo, esa gloria descendió sobre nosotros.
Pero siempre hubo una señal en el cielo, esa nube, ese viento recio, ese fuego sobre la cabeza de cada uno de ellos.
La lengua que muchos entendían, la adoración al Señor en lenguas que ellos no sabían hablar, por eso, le seguimos adorando.
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Así como Dios buscó en las playas ese material que necesitaba para la casa, también fue a Samaria y buscó material entre ellos.
Fue a los gentiles, fue llenando y edificando su templo llenándolos de su gloria y así se extendió por todo el mundo.
Y llegó a Colombia en su espíritu buscando material y hoy le damos gracias porque nos encontró.
Hoy somos material para gloria y honra de su nombre, nosotros somos una pieza, un ladrillo de este inmenso y hermoso templo, somos material de la casa de Dios.
Por: Edilberto Ortiz