Sin Dios no podemos hacer nada

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Sin Dios no podemos hacer nada

Hay una necesidad muy grande y es imperativo llenarnos de la gloria de Dios. Hablaremos sobre el tema: «Sin Dios no podemos hacer nada».

Muchos creyentes están indiferentes frente esta necesidad, por la falta de compromiso de muchas personas para dar a conocer al mundo entero lo que es la gloria de Dios.

Es necesario que hoy usted se comprometa con Dios, pero para eso, necesitamos conocer la gloria de Dios.

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Mucho se habla de la gloria de Dios pero ¿Cómo tenerla? Lo más importante es que esa gloria permanezca en nuestras vidas.

La palabra gloria, significa: reputación, fama y grandes cualidades de alguien.

En el diccionario griego significa, alabanza a Dios que se rinde a Dios en reconocimiento de su grandeza, bondad y su poder.

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De una manera progresiva la gloria de Dios se fue manifestando, mostrando lo que él es y hace, él es el mismo ayer, hoy y por todos los siglos.

Cuando el pueblo de Israel estuvo esclavo en Egipto, al salir de allí el pueblo de Israel pudo ver la gloria de Dios manifestada.

Pero un día la presencia de Dios se apartó de ellos, se fue del templo y eso es preocupante, esa presencia ya no los acompañaba.

El pecado separa, se convierte en una muralla que divide a Dios y al ser humano, se ha ido la gloria de Dios y la causa era el pecado, el templo estaba vacío.

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Sin Dios no podemos hacer nada, estamos muertos, acabados, arruinados y lo más preocupante es que no solamente le sucedió al pueblo de Israel.

Sino que hoy, hay congregaciones donde ya no se siente la gloria de Dios, congregaciones vacías.

Hay gente que va a culto y se va igual como vino, ya no sienten nada, pero ¿Qué está pasando?

Hay que buscar la raíz de los males porque no podemos dejar que la gloria de Dios se vaya de nuestra iglesia.

Al contrario, necesitamos que cada día la gloria de Dios se derrame en cada hermano, en cada amigo.

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Los culpables de que la gloria de Dios ya no se manifieste como antes, somos nosotros mismos, los creyentes.

Porque hay algo que se llama egolatría, hoy los creyentes solo queremos los intereses personales, ya no buscamos la gloria de Dios.

Que venga la gloria de Dios a nuestro corazones y se derramará también en nuestro templos.

Esta iglesia no se puede estancar, tiene que ir de gloria en gloria. Necesitamos que la gloria de Dios regrese a nuestras vidas.

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Hay estancamiento, ya los hermanos no reciben la promesa del Espíritu Santo, no se derraman los dones del Espíritu Santo.

La esperanza de su familia y del mundo es usted, ¿Cómo quieres que conozcan la gloria de Dios si no la ven en ti?

Es necesario que hoy te llenes de la presencia de Dios para que el mundo pueda ver a Dios en ti.

Cuando el Señor venga no se va a llevar al que esté vacío, sino al que esté lleno de su presencia.

Deja que la gloria de Dios se derrame sobre ti.

Por: Heriberto Álvarez

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