Sin Espíritu Santo no hay obediencia

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Sin Espíritu Santo no hay obediencia

Toda las personas, instituciones y sistemas educativos seculares tienen grandes proyectos al igual que el Espíritu Santo con las misiones. Hablaremos sobre el tema: «Sin Espíritu Santo no hay obediencia».

Es necesario que el sentir y el espíritu de oración en la iglesia siga creciendo día tras día.

Porque es a través de ese canal que nuestro Dios coloca un sentir especial en el corazón de la iglesia para hacer cosas grandes y especiales dentro de su reino.

En la palabra de Dios encontramos un texto el cual nos muestra cómo Dios a dos hombres, los cuales ministraban al Señor les habló el Espíritu Santo y les dijo:

«Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron” Hechos 13:2-3.

Estos hombres tenían sus cargos y responsabilidades administrativas dentro de la iglesia.

Pero ellos para poder corresponder a ese llamado especial de Dios siguieron ayunando y orando y luego de eso fueron enviados.

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Muchas veces en la iglesia encontramos a personas llenas de Dios con unas capacidades grandes y ministerios especiales, pero no los queremos soltar para la obra de Dios.

Debemos tener presente que si el Espíritu de Dios habla y da la orden de enviarlos hay que soltarles.

Quitarles toda carga, responsabilidades y así imponer las manos, y enviarlos a cumplir el mandamiento que Dios nos dejó.

Cuando hablamos de llamamientos debemos tener claro que el Señor tiene un plan, encontramos el plan redentor y el plan del reino.

Vemos que cuando Bernabé y Saulo salieron a predicar fueron con estos dos propósitos especiales.

  • Plan redentor

Consiste en salvar al pecador de toda tribu, pueblo, lengua y nación, es decir, el Espíritu Santo no tiene límites.

No tenemos a un Dios limitado a cierto grupo de personas, tenemos un mensaje redentor para todos los grupos étnicos, y para todos los continentes.

Y a todo el mundo debe llegar este plan redentor para que se cumpla lo que escrito está Apocalipsis 7:9:

“Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos”.

Es por eso, que el pueblo de Dios de seguir capacitándose y preparándose profesionalmente.

Para que así el Señor pueda tomar nuestro intelecto y conocimientos como herramientas claves para su obra.

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Porque cuando un hombre se encuentra preparado y lleno del poder de Dios hará cosas grandes dentro del reino de los cielos.

  • Plan del reino

Este maravilloso plan consiste en establecer el reino de Dios en un reino pecaminoso, y poder llegar a los hogares, pueblos y naciones.

En el libro de Hechos 8:29, nos dice la palabra de Dios: “Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro”.

Es decir, cuando el Espíritu Santo nos habla, debemos tener claro que él no improvisa y vemos que cuando Felipe escuchó la voz de Dios dándole una orden, Felipe inmediatamente obedeció.

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Sin Espíritu Santo no hay obediencia.

Y podemos ver que en ese momento el Señor usó a Felipe para poder hablarle al rey el cual se encontraba leyendo sobre el tema el varón de dolores.

Es ahí donde Felipe inicia a explicarle en realidad quién era ese varón y por qué había realizado todo este suplicio para salvar a la humanidad.

Luego de esto el Señor abrió la mente de este hombre e inmediatamente quiso ser bautizado en el nombre de Jesús.

Pero al estar ellos en un lugar desértico, vemos el milagro que Dios hizo al instante e hizo aparecer agua y aquel hombre fue bautizado y tuvo la revelación del Espíritu Santo.

En esto consiste el maravilloso plan del reino, en obedecer a lo que Dios nos ha enviado: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” Marcos 16:15.

Logrando así llegar a los lugares más lejanos de este mundo a predicar este poderoso mensaje.

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Por tal razón es que la iglesia del Señor debe tener como meta anunciar el evangelio, el cual es poder de Dios para la salvación.

Ya que es este el único que trae cambio a la vida del ser humano, trae bendición, desarrollo, paz, gozo, amor y da vida en abundancia.

Cuando llega este poderoso mensaje de salvación a donde el diablo ha implantado su reino, nuestro Señor Jesucristo y establece un reino.

El cual es para siempre y el reino de las tinieblas tendrá que desaparecer e inmediatamente huir.

Nuestro Señor Jesús quiere establecer su reino en su pueblo, es por eso, que su iglesia no se cansa de alabarle y exaltarle, porque él es el todopoderoso y merecedor de toda la alabanza.

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Sin Espíritu Santo no hay obediencia.

Como iglesia debemos estar llenos del poder de Dios y en oración constantemente para poder vencer y tumbar todas las barreras que el enemigo coloca en nuestro camino.

Queriendo entorpecer la expansión del evangelio, teniendo la firme convicción de que con nosotros tenemos la victoria segura.

El Señor mismo es que el que se encarga de llamar y separar a las personas para su reino.

Él es quien capacita y el mismo que envía a su pueblo a predicar su palabra a muchas naciones.

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Cuando aceptamos el legado que el Espíritu Santo nos ha encomendado, vamos con toda confianza haciendo el trabajo llenos de la presencia de nuestro Señor.

Es él quien toca los corazones y las vidas de las personas para que le sirvan y logremos hacer algo grande en su reino.

Debemos renovar nuestro compromiso con Dios, comprometernos y decirle que cuente con nosotros para la expansión del evangelio.

Y veremos como el Señor nos usará grandemente porque para él no hay nada imposible.

Por: Jhon Jairo Espinoza

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