Una generación que conoce a su Dios
“Y el pueblo había servido a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué. Hablaremos sobre el tema: «Una generación que conoce a su Dios».
Los cuales habían visto todas las grandes obras de Jehová, que él había hecho por Israel, pero murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años.
Y lo sepultaron en su heredad en Timnat-sera, en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas.
Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel”. Jueces 2:7-10.
En el texto citado se puede analizar que existe un antes y un después de la historia del pueblo de Israel, luego de la muerte de Josué.
Esto nos sirve como ejemplo para entender, que con el paso de los años el hombre ha dejado de lado los preceptos de Dios.
Es por esto y muchas cosas más, que Dios quiere una generación diferente, una generación que le sirva de verdad.
La Biblia declara, que Josué estaba con el pueblo, murió Josué y posteriormente fue muriendo la generación que estaba con él.
La generación que conocía a Dios, pero luego de esto se levantó una generación que no conocía a Dios.
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Ni las maravillas que Dios había hecho con Israel, eso significa que o a los ancianos se les olvidó enseñarle a los jóvenes que venían, quién era su Dios.
Lo que él hacía o que esta nueva generación se levantó de una forma desprevenida en la que no se preocupó por conocer quién era el Dios de Israel.
Y hay que tener en cuenta que una de las que Dios le encomendó a los líderes de la antigüedad.
Fue que preservaran los testimonios de sus obras, portentos que él hacía en medio de ellos.
Mucha gente no sabe cómo fue que nació esta iglesia, ni que sucedió, ni que ha hecho Dios para que hoy día estemos aquí.
Pero los que estamos aquí, recibimos de los primeros el testimonio, porque esto en la iglesia es como una carrera de relevos.
El que viene corriendo tras nuestro, trae el testimonio en su mano, y se lo entrega al que sigue.
Y este no se puede dejar caer, porque el día que este se caiga se acaba de inmediato la carrera.
Así que los que empezaron, saben exactamente lo que ha hecho Dios con esta iglesia.
Es por esto, que Dios quiere una generación diferente, una generación que entienda los propósitos que él tiene con cada uno de nosotros.
Podemos traer a memoria a esos hombres del inicio de esta iglesia, y las grandes cosas que Dios empezó haciendo con ellos.
Como Dios los libraba a ellos y la manera en que él levantó muchas congregaciones en medio de turbulencias y grandes problemas.
Así que Moisés que pasó el mar, que vio como Dios liberó a su pueblo, destruyendo a los primogénitos, doblegando a faraón con el poder de Dios.
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Moisés tenía que contarle a las generaciones que venían después de él, por eso, existe el pentateuco, que son los cinco libros de la ley.
Cuando Dios sacó al pueblo y lo llevó por el desierto, sucedieron milagros, cuando el pueblo tuvo hambre, Dios les envió pan del cielo.
De esta manera pudieron comer durante cuarenta años, pero hay algo que llama mucho la atención en esta historia.
Y es que los hebreos, el pueblo de Israel, con el mismo vestido que salieron de Egipto anduvieron durante esos cuarenta años en el desierto.
Este vestido jamás envejeció, y nunca tuvieron la necesidad de cambiarlo, porque crecía junto con ellos, y nunca se desgastaron.
Todas estas cosas las guardó moisés en el arca como memoria de todo lo que Dios había hecho con ellos.
Como testimonio de las grandes maravillas que Jehová había hecho en medio del desierto, y que las generaciones siguientes tenían que saber.
Dios quiere una generación diferente, Dios necesita una generación que no ande distraída en otras cosas y que no se olvide de las grandes cosas que él hace con nosotros.
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Una generación que conoce a su Dios.
Una generación que conoce a su Dios, él quiere una generación que sepa quién es él, él necesita un pueblo que sepa quién es su Dios.
Que los que se levanten y no hayan conocido aun sus grandes obras, sepan que el Dios de esta iglesia es más que grande, es inmenso y hacedor de maravillas.
Así mismo sucedió con Moisés, que con la intención de enseñarle a las nuevas generaciones, guardó las tablas del pacto que Dios le dio.
De esta misma manera hizo Josué cuando Dios, hizo pasar en seco el Jordán a todo el pueblo de Israel, y le ordenó que hiciese un altar, para que el pueblo tuviese memoria de esa gran obra que él hizo.
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Luego que pasaron el río, Dios le dice a Josué que escogiese a doce líderes, uno por cada una de las tribus del pueblo para que con las piedras escogidas del río hiciesen el altar.
Y todo esto con la intensión de que cuando se levantare la siguiente generación y preguntase el significado de ese altar.
Entendiera que ese altar estaba puesto como señal de que Dios había partido el Jordán en dos y que el pueblo de Israel había pasado por él en seco.
De esta misma manera, debemos hacer nosotros, no podemos dejar caer la palabra de Dios en tierra, Dios quiere una generación diferente.
Pero mucho tenemos que ver nosotros para que esa generación diferente que Dios quiere, pueda ser levantada.
Tenemos que dejarnos usar por la mano poderosa de Dios para que esto pueda ser una realidad con las generaciones que se levantan tras nosotros.
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Para que de esta manera esta generación pueda conocer cada día más a Dios, ¿Pero que es el conocimiento?
El conocimiento es el conjunto de información almacenada mediante la experiencia o el aprendizaje de una actividad o ciencia.
Dios quiere una generación que lo conozca, él quiere una generación que tenga experiencias en él, que sepa qué es vivir en Cristo, Dios quiere una generación diferente.
De esta manera, esta generación sabrá lo grande que es su Dios, lo grande que hay en él, y las grandes maravillas que hace con cada uno de nosotros.
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Porque hay momentos en los que parece que nuestra iglesia no supiera lo que tiene, o que no supiera quien es el que la dirige.
Pero es eso, precisamente lo que debe cambiar, que nuestra generación y las venideras sepan que hay Dios en esta iglesia.
Que hay un Dios que reina por los siglos y que pronto viene por un pueblo que ya está preparado para irse con él, esta es la generación que Dios quiere.
Por: Víctor Vergara