Una prosperidad engañosa

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Una prosperidad engañosa

Si hablamos de verdadera prosperidad es porque hay una falsa. Hablaremos sobre: «Una prosperidad engañosa».

El concepto de “prosperidad” que algunos tienen es contrario a lo que Dios dice en su palabra.

Hoy en día escuchamos mucha gente que lo enseña más es la prosperidad y vemos como esa enseñanza de que Dios quiere tú seas rico.

Hay que gente que dice, es que si tu estas pasando por algo es porque estás mal, porque el verdadero evangelio es el que te hace rico, eso es lo que andan predicando.

Dios quiere ubicarnos, él quiere prosperarnos pero no todos seremos ricos, la iglesia está compuesta de gente pobre y gente rica, gente que tiene más o menos, gente que tiene poquito y gente que tiene.

Entre esa gente está el tacaño y el generoso, entonces Dios quiere darnos a nosotros un equilibrio.

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Y esa gente que anda predicando un evangelio de solo plata son los que están llenando sus templos.

¿A quién no le gusta escuchar un evangelio así? Y hoy en día estamos viendo como la gente distorsiona la palabra con su cuento de una actitud positiva.

Y hay mañas de afuera que se nos están metiendo en la iglesia, tenemos que tener mucho cuidado con las interpretaciones de la Biblia.

Es cierto, que nos quiere prosperar pero vamos a ver la verdadera prosperidad ¿Cuál es equilibrio?

Por eso, tenemos que tener mucho cuidado, el enemigo le mostró al Señor en la tentación, siempre le mostraba una cara de la moneda pero el Señor le mostraba la otra.

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Porque la moneda tiene dos caras, por eso, siempre que se lee la Biblia, si usted lee el texto pero no tiene en cuenta el contexto encontrará un buen pretexto.

La Biblia tiene texto y contexto por eso, siempre hay que leer las dos cosas y si no tenemos cuidado con esto, el enemigo nos va a engañar.

La forma que tiene el diablo para engañarnos a nosotros es esconder la mentira en un texto bíblico que es la verdad.

Él usa la palabra porque él sabe usar la palabra, lo que no sabe es interpretarla, eso fue lo que hizo con Jesús.

Prosperidad según el diccionario, quiere decir, éxito en lo que se emprende.

La palabra prosperidad la encontramos en muchos textos bíblicos pero no en todos significa lo mismo.

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Una prosperidad engañosa.

Por eso, hay que tener mucho cuidado en las interpretaciones de las escrituras.

La verdadera prosperidad empieza en el alma y termina en el alma, una persona puede ser rica pero no es próspera.

Una cosa es creer que lo que le estoy pidiendo al Señor lo voy a recibir y otra cosa es que sea positivo.

La actitud positiva el engaño es que tú tienes creer en lo que estás diciendo y no es lo mismo que la fe.

En Dios todo tiene una razón, por eso, es que debemos buscar el equilibrio de las cosas, Dios quiere prosperarnos pero veamos ¿Por qué? Y ¿Para qué?

Hay quienes creen al evangelio pero no obedecen, se ve gente en la iglesia visitando y visitando, pero no obedecen.

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El evangelio se recibe por fe, pero la fe tiene que tener su obra que es la obediencia.

Hay gente ahora que quiere predicar la riqueza pero sin que tú hagas nada, viviendo de cualquier manera, que Dios lo que quiere es hacerte rico, por eso, tienen esos templos llenos.

El evangelio viene con un paquete completo con prosperidad para el alma y el cuerpo pero el Señor está más interesado en el alma.

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Una prosperidad engañosa.

No importa la situación por que estés atravesando, lo que importa es que Dios esté contigo, eso es lo importante, aunque estés pasando por tribulación no pongas la mirada en eso.

Preocúpate en averiguar si Dios está contigo, lo que importa es que Dios esté ahí.

“Es mejor una tormenta con Cristo, que una bonanza sin él”.

El plan de Dios no es solamente darnos riquezas, el propósito de Dios es que nuestra alma también tenga beneficios, que aprendamos a conocer a Dios en medio de la prueba.

A Dios no le interesan las capacidades, no, él mira es el carácter pero para él ponerte donde te quiere poner, te capacita en el camino.

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Si tú no tienes claro el propósito que Dios tiene contigo, las pruebas que te lleguen y todo lo que te llegue, te vas a amargar porque no tienes claro el propósito de Dios.

El objetivo de las pruebas lleva el propósito para que maduremos, crezcamos y al final seamos prosperados.

Por: Olga Piña

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