Cómo tener fe en Dios en momentos difíciles

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Cómo tener fe en Dios en momentos difíciles

“Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios”. Este es un texto misionero, que las personas que no conocen puedan decir, ese pueblo que tú perteneces también lo quiero y ese Dios que tú adoras también quiero adorar. Hablaremos sobre: «Cómo tener fe en Dios en momentos difíciles».

El momento histórico en el cual ubicamos esta escritura y también los primeros capítulos de Samuel, es un momento bastante difícil.

Pueden leer en sus Biblias el tiempo que vivió Israel cuando estuvo bajo el gobierno de los Jueces.

Los Jueces fue un gobierno que Dios levantó en su momento para hacer volver a Israel de sus locuras y de su olvido de Dios.

Fue un tiempo que duró aproximadamente 400 años. El pueblo de Israel había entrado a la tierra prometido por mano de Josué.

Entonces Josué organiza al pueblo que entren en aquella gran tierra de Canaán y a tomar posesiones de esas tierras.

Y la Biblia enseña, que los pueblos que quedaron allí cohabitando con el pueblo de Israel, no los sacaron, se quedaron allí con sus costumbres, con sus ídolos.

En el momento no representaban ninguna clase de problema para Israel, por cuanto era muy poderoso y habían echado a todos los enemigos.

Pero los años comenzaron a venir, muere Josué, y dice la Biblia empezando el libro de Jueces, que se levantó una generación que no conocía a Jehová.

Este principio enmarca una situación muy grave porque es una generación que se levanta sin conocimiento de Dios.

Una generación que quiere decirle a Dios, no te queremos, no te necesitamos, no nos importa, no nos haces falta, queremos vivir nuestra vida.

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Ellos empezaron a vivir una anarquía, el pueblo hacía lo que bien le parecía, el pueblo comenzó a entrar en crisis, cuando la crisis venía y los subyugaba entonces Dios les levantaba un juez.

Ellos se volvían a Dios y tan pronto se moría el juez volvían a caer en el pecado de la idolatría y a cada una de las costumbres paganas.

Así que los años comenzaron a venir y el pueblo de Israel comenzó a sentir dolor porque siempre se olvidaba de Dios, no había una identidad de Dios.

Cuando el periodo de los jueces termina, dice la palabra de Dios, que cada uno hacía lo que bien le parecía, así termina el libro de los jueces.

Cuando usted analiza la Biblia, el libro de los jueces termina con una crisis impresionante.

Dice la palabra de Dios, que esta época de tanta oscuridad espiritual, los levitas estaban desubicados y ellos eran la clase alta en el pueblo de Dios.

Porque eran personas importantes, tenían un trabajo definido dentro del pueblo de Dios, pero aquí los vemos desubicados.

Era una época de mucha confusión y perversión.

Dice la Biblia, que un levita con su concubina, llegó a la ciudad de Benjamín y los habitantes de esa ciudad tomaron a esta mujer, la violaron toda la noche y la dejaron medio muerta en el camino.

Él la tomó, la llevó en su asno, la partió en pedazos y la llevó por todas las tribus de Israel, diciendo, esta villanía la hizo la tribu de Benjamín.

Eso terminó en una crisis sin precedentes en la historia porque salió Israel y atacó a un hermano suyo, Benjamín y acabaron casi a todos los jóvenes.

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Esta tragedia ocurrió porque Israel estaba desubicado y la crisis estaba por llegar en todos los sentidos.

En medio de esa crisis uno cree que todo está perdido, pero hay gente que sigue con la antorcha encendida, gente que gime en el silencio.

Gracias a Dios porque había mujeres y hombres que no se enfrascaron en esas crisis, sino que siempre conservaron su identidad, conocían a Dios en su intimidad, clamaban, oraban y gemían.

Muchas lámparas se apagaron en Israel, muchos sacerdotes se apagaron, pero hubo hombres y mujeres que conservaban su identidad.

Usted lee el libro de los Jueces, en los primeros capítulos de 1 de Samuel y va a encontrar que la tragedia era inminente.

Un sacerdote ciego, que no se daba cuenta de lo que estaba sucediendo en el pueblo, sus hijos pervertidos, corrompidos, violaban a las mujeres en el tabernáculo.

Se robaban las ofrendas, menospreciaban las ofrendas y había dolor en muchos en el pueblo.

Pero allí en el silencio, emergía una voz, pidiendo ayuda por el pueblo. La Biblia dice, que la lámpara de Dios estaba a punto de ser apagada.

No había visión con frecuencia y lo peor de todo, la palabra de Dios escaseaba, no hay mayor crisis que esa.

Aunque algunos se apaguen, Dios siempre contará con gente que hará brillar su lámpara nuevamente.

Israel estaba lleno de ídolos caseros, de terafines, entonces Dios decidió irse ausentando.

En medio de esta crisis Dios envía hambre a la tierra y la gente empezaba a sufrir, los campos no fructificaban.

Una familia emigró a la tierra de Moab, Nohemí, Elimelec y sus dos hijos, allá emigraron porque en la tierra de Israel no había nada.

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“Quieto estuvo Moab desde su juventud, y sobre su sedimento ha estado reposado, y no fue vaciado de vasija en vasija, ni nunca estuvo en cautiverio; por tanto, quedó su sabor en él, y su olor no se ha cambiado” Jeremías 48:11.

Ese es Moab, una nación que está sentada sobre sus propios sedimentos y esos son:

  • Fornicación
  • Orgias
  • Pasiones de la carne
  • Pornografía
  • Desexualización
  • Incesto

Y todo lo que tiene que ver con la inmoralidad sexual.

El mundo que vivimos hoy es una Moab completa, pero el propósito de Dios es enviar gente a ese Moab para que haya un movimiento espiritual.

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Cómo tener fe en Dios en momentos difíciles.

Que Dios toque esos corazones, los cambie de lugar y les dé la oportunidad de vivir en otro lugar para su gloria.

Dice la Biblia, que sus hijos se casaron con Moabitas y duraron aproximadamente 10 años, yo pienso que fue el Señor quien les quitó la vida.

Porque no hicieron nada para ganarse a sus mujeres, su esposo también se muere, así que ella queda sola con sus nueras.

Nohemí es una mujer que no se le apaga la antorcha, todavía sigue teniendo contacto con Dios.

Entonces llama a sus nueras y les dice, yo no tengo nada que darles, ya estoy vieja, pero váyanse cada una sus dioses y vuélvase cada una a su familia, a su pueblo.

Pero me da la idea, que los años vividos de Nohemí con estas mujeres, hizo algo impresionante, fue capaz de impactar a estas mujeres.

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De pronto, Nohemí, sabiendo que el pueblo estaba en crisis, pero le habló del pueblo de Dios, que tenía una ley, que tenía la gloria de Dios.

Es que el que tiene a Dios, lo tiene todo.

Estas mujeres dicen que no quieren volver, que se quieren quedar con ella, Orfa la besó, lloró y se fue a su mundo.

Pero Rut, se quedó mirando a su suegra, no me ruegues que te deje porque a donde tú fueres iré yo, donde tu murieres moriré yo, tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios.

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Cómo tener fe en Dios en momentos difíciles.

¿Cuánto necesitamos orar por la obra misionera? Que un extranjero diga tal cosa, eso es para uno morirse de la alegría.

En todo el mundo Dios está sacando Moabitas, no importa la crisis que estemos pasando, Dios está moviendo la tierra de los Moabitas.

Nohemí volvió con su nuera a Belén, se trajo una Moabita, su lámpara no se apagó.

Si nosotros no nos movemos, Dios es capaz de mover gente de cualquier parte del mundo.

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Jesucristo todavía sigue interesado en mover a su pueblo, porque si nosotros no nos movemos ¿Quién lo va a hacer?

Hay una lámpara que brilla todavía, hay muchos hombres y mujeres que todavía están orando y gimiendo, si usted no está bien cimentado, Moab fácilmente se lo va a devorar.

Dios puede hacer un milagro y convertirte en una persona que Dios va usar poderosamente.

Tú puedes hacer misiones en tu barrio, en tu ciudad, en tu país.

Pastor: Marcos Pabón

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