El diablo quiere destruirte

1746

El diablo quiere destruirte

“Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno” Efesios 6:16. Hablaremos del tema: «El diablo quiere destruirte».

Nunca pretendas que vas a arrebatarle almas al enemigo y él se quedará quieto, nunca creas que vas a servir, a disponerte, a consagrarte aún más y no tendrás problemas.

No son las habilidades humanas, no es la elocuencia, sino el poder de Dios en nosotros.

Cuando decidimos luchar por las almas, cuando nos entregamos y disponemos por este maravilloso servicio.

Nos convertimos en soldados de guerra de Jesucristo y recibimos ataques del enemigo, que pudieran ser como sardos de fuego.

Cuando satanás te ve como un soldado efectivo, que predica la palabra de Dios, te ataca y envía sus ejércitos de tinieblas para intentar acabarte y todo lo que este a tu alrededor.

Constantemente estamos en una guerra espiritual y debemos tener claridad en esto, el enemigo no duerme.

Pero en el versículo inicial, ¿Por qué se habla de dardos de fuego y no de flechas, o jabalinas?

Vea también: Es hora de luchar contra el enemigo

De las armas de guerra, la flecha era un arma para pelear a distancia, la jabalina también.

Se dice, que su potencia y precisión se logran a los 30 metros y después de esto ya pierde su efectividad y precisión.

Se cree que una flecha es efectiva antes de los 100 metros de distancia.

La Biblia no habla de flechas ni de jabalinas en este caso, sino de dardos, y es porque el dardo lo usaban los enemigos cuando estaban escondidos y querían hacer un ataque.

El dardo es para lanzarlo a una distancia sólo de 15 metros, pero estando escondido, por eso la Biblia dice, que el enemigo usa dardos de fuego, porque satanás es cobarde y ataca estando oculto.

Pero un soldado revestido con el Espíritu Santo da la pelea y nada puede derrotarlo.

Sobre nuestras vidas está el nombre sobre todo nombre y todo debe sujetarse en ese nombre.

¿Cuántos problemas han llegado y no te has dado cuenta y son dardos de fuego del maligno?

También puedes leer: No eres prisionero del enemigo

La Biblia habla de un hombre que recibió 7 dardos, cada problema y cada dardo que el enemigo le lanzó a este hombre era para acabarlo.

Pero sea cual sea, tenemos al Dios grande con nosotros y su nombre es Jesús.

Cuando llegue a un problema grande a tu vida, debes entender que tienes un escudo más grande que cualquier dardo que el enemigo te lance, ese escudo es el Espíritu Santo.

Job, fue ese hombre que recibió 7 dardos, el primer dardo fue acabar con sus criados.

Pero Job en su corazón da gloria a Dios, sabiendo que todo lo que a él le sucedía era porque Dios lo permitía y era con algún propósito.

El segundo dardo acabó con sus ovejas y los pastores, el tercer dardo llega enseguida y le dice uno de sus criados.

Que los caldeos hicieron tres escuadrones, arremetieron contra los camellos y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada.

Llega un cuarto dardo y acaba con la vida de sus 10 hijos; humanamente sintió dolor, su corazón pudo estremecerse, no debió ser fácil, ya no perder cosas solo materiales, sino a sus hijos que amaba.

Pero lo que sucede después de esto, es algo que muchos no pueden entender, la actitud de Job fue impactante.

Síguenos en Facebook Generación Pentecostal

El diablo quiere destruirte.

Dice la Biblia: «Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró» Job 1:20.

Job, perdió todo, ya no tenía nada material, pero en todo esto no pecó, ni atribuyó a Dios lo malo que le sucedía, él guardó silencio en su corazón y siguió adorando a Dios.

El dardo número cinco, fue una terrible enfermedad, Dios le permitió a satanás hacer todo esto.

Porque sabía que su siervo Job, ante cualquier situación adversa no lo negaría, ni blasfemaría contra él.

“Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza” Job 2:7-8.

Vea también: Soluciones extremas para situaciones extremas

El sexto dardo llega cuando su esposa lanza las peores palabras contra Dios: “Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete”.

Que duro debió ser haber escuchado algo así de la única persona que le quedaba y que él amaba.

pero Job le dijo: “Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios”.

Estamos desarrollando el tema: «El diablo quiere destruirte»

Job, era un hombre que tenía el escudo de Dios, los dardos no podían acabar con él.

Sabía que su Dios era más grande que cualquier problema, Job se mantuvo como buen soldado, dando la pelea.

SUSCRÍBETE

Únete a más de 5.000 personas que ya reciben contenidos exclusivos.
Sólo ingresa tu correo electrónico en el campo de abajo y espera el correo de confirmación.

[wysija_form id=»1″]

El diablo quiere destruirte.

El último dardo fueron sus amigos, que llegaron a verle por su triste situación, ante una larga conversación, estos maltrataron a Job, éste les dijo:

¿Hasta cuándo angustiaréis mi alma, y me moleréis con palabras? Ya me habéis vituperado diez veces; ¿No os avergonzáis de injuriarme? Job 19:2-3.

Pase lo que pase en tu vida querido lector, nunca dejes de adorar, que nada de esta vida y ningún dardo del enemigo te robe tu conexión con Dios.

Job, nos da un gran ejemplo, sus palabras en la situación más cruda y dolorosa, fueron de esperanza, esperanza solo en Dios, en ese Dios que tú y yo tenemos.

También puedes leer: Tenemos una esperanza viva

Por la fe hoy toma tu escudo y ponlo ante ti; ningún dardo por más duro que parezca, podrá dañarte o acabarte.

“Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios».

Los dardos de fuego del maligno no pueden hacer menguar nuestra fe.

Recuerda que tenemos al Dios que esta sobre todo y todos, si estamos en él, por más dura que sea la prueba, tendremos victoria y multiplicará, así como a Job, todo lo que perdimos en batalla.

Por: Harbey Bermúdez

Artículo anteriorCómo tener total confianza en Dios
Artículo siguienteTodo cristiano debe tener un propósito