La mejor oportunidad de tu vida
Sin lugar a dudas todos los seres humanos anhelamos oportunidades, sé que usted también ha expresado palabras como estas: Hablaremos sobre el tema: «La mejor oportunidad de tu vida».
«Si tan solo a mi me dieran esa oportunidad que tuvo fulano, no la desaprovecharía’’, esto lo decimos porque deseamos que a nuestra vida lleguen buenas oportunidades.
Pero si entramos a analizar con más profundidad, todas las oportunidades no son iguales, o todas no están enfocadas en el mismo ámbito.
Así pues, podríamos mencionar que hay:
- Oportunidades académicas: Estas las deseamos para capacitarnos y poder obtener una herramienta para ganarnos la vida.
- Oportunidades laborales: Son las que se desean dentro de una situación de trabajo, donde se espera ascender o ser premiado por un buen desempeño.
- Oportunidades económicas: Igualmente que las ya mencionadas, esta permite tener una mejor calidad de vida.
Asimismo, hay otro tipo de oportunidades que se nos presentan en el diario vivir, pero sin lugar a dudas con firmeza en mi corazón.
Dios nos ha regalado la mejor oportunidad de vida a todo el que ha querido aceptarla.
Podríamos poner un ejemplo de un caso real, en cierto momento a un sobreviviente de un naufragio le hicieron una entrevista.
Le preguntaron ¿Cuál fue el momento más difícil que usted tuvo mientras estuvo en altamar?
La respuesta de esa persona fue: «El momento más difícil fue cuando la sed se apoderó de mi cuerpo.
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Cuando tuve esa necesidad insaciable dije: tengo mucha agua, la del mar, entonces empecé a tomar agua del océano y cuanto más tomaba, más sed sentía’’.
«Yo podía sentir como mi estómago estaba lleno de agua, pero me estaba muriendo de sed’’.
Después de esto podemos pensar con seguridad que esto es lo que le sucede a la humanidad que está sin Cristo.
A causa de que los hombres le han dado la espalda al Señor, están muriendo de sed espiritual.
Viven sedientos deshidratándose por dentro, tomando aguas que no les sacian ni les calman la sed.
Debido a que su sed no se sacia, buscan la forma de llenar ese vacío, y toman aguas de licor embriagándose, tratando de acudir a esa necesidad que los deprime, pero entre más toman, más sed tienen.
Por eso, hermano, no debemos hacer amistad con el mundo.
Pensando en esto, es como si el ser humano entre más experimenta en las drogas, alcohol, mujeres, desordenes sexuales, idolatría, hechicería, brujería y gastan dinero en esto.
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Pero entre más invierten allí, más sedienta está su alma y lo peor de todo es que no quiere mirar a Cristo.
Pero a pesar de esto, el redentor del universo llamado Jesucristo dijo: «En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba’’.
‘’El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado’’ Juan 7:37-39.
Vemos que Dios como siempre, tiene una solución para el problema donde el hombre se mete.
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Dice que, si alguno está cansado o si tiene sed por el camino duro que a recorrido, le invita a estar cerca de él para que corran ríos de agua viva.
Lo mejor de la invitación u oportunidad que Jesús le hace al hombre es que se acerque a él, para que no tenga sed jamás.
Vemos también en el ejemplo de la mujer samaritana, donde Jesús le dice: «Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed’’.
«Más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna’’ Juan 4:13-14.
En este pasaje vemos que Dios habla con la mujer samaritana y le dice, que si toma de la fuente volverá a tener sed, sin embargo, Jesús sabía que esta señora estaba practicando el pecado.
Entonces el que siga tomando de las aguas del pecado, volverá a tener sed, pero el Señor Jesús le dice la mujer samaritana: «Más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás.
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Vemos que nuestro Dios le ofrece abundancia a esta mujer al decirle que de su interior correría una fuente.
Es que el Señor Jesús no es tacaño, él es abundante, habla de ríos de agua viva y también de una fuente.
Una fuente se refiere al agua de origen (como ríos, arroyos, lagos, embalses, manantiales y aguas subterráneas) que proporciona agua a los suministros públicos de agua potable.
Después de esto hermano, debemos tener claro que nuestro Dios todo lo da en abundancia.
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Y que si alguien lo necesita él está dispuesto a ayudarlo en lo que sea, a saciar su sed y a brindarle fuerzas para seguir este camino.
Por otro lado, vemos que la palabra de Dios dice: «Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado’’.
«Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido’’ Lucas 19:8-10.
En estos versículos conviene subrayar que hay un hombre que hacía maldad, vivía para eso, era su pan de cada día.
Porque a eso acostumbra satanás a los seres humanos, a pecar contra Dios y a hacer daño.
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Entonces aquí hay un personaje que robaba a los pobres, pero que un día escuchó hablar de Jesús.
De alguien que daba nuevas oportunidades y salvaba a la gente, y este hombre pensó en que podía empezar desde cero si este Cristo le ayudaba.
Y vemos al final de esta historia que Cristo le visitó y le brindó la oportunidad más grande de su vida.
Por eso, si conoces a alguien que esté necesitando ayuda de Cristo, envíale este artículo, al leerlo Jesús puede tocar su corazón.
Pastor: Julio Severiche