Qué es la reconciliación

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La reconciliación

Qué es la Reconciliación, quiere decir, restablecer la concordia, recuperar la amistad o amistarse de nuevo. Tener nueva comunión, nueva amistad. Vivir nueva vida.

Según los estudiosos del Nuevo Testamento. El Término usado proviene del griego “Allaso” que significa cambiar de enemistad a amistad.

Un ejemplo de esto:

El Señor enseñó en San Mateo 5:24 “Por tanto si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda y reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”.

De una vez, que se haya recuperado la amistad, si podemos ofrecer la ofrenda. Porque aquello que perturbaba la paz ha sido quitado. Por medio de la reconciliación se puede tener paz y comunión los unos con los otros.

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Textos a fines:

  • 2 Corintios 5:19-20
  • Génesis 35

La reconciliación, verdadera trae alegría

Se ha comentado que, en la actualidad cada vez los problemas son mayores en nuestra sociedad.

Vivimos en un mundo lleno de diferentes culturas y en cada una de ellas son mayores las dificultades cada día, y por tal motivo, se hace más efectiva la consulta a un profesional, a la orientación de un vidente otros actúan según su propio criterio.

Fundándose en el viejo aforismo que dice: a la merced de la “divina providencia”, que rige nuestro cotidiano destino. Estos son dichos conformistas que frustran más a la humanidad de los sinsabores que plantea la vida.

Si el mundo supiera que la paz interior, la paz con el prójimo, y la felicidad, que ellos opinan tener hoy en día, es una cuestión que depende más de la opinión u orientación recibida del común, del parecer individual de nuestras amistades.

Cuyo resultado de todo esto es una mayor confusión, desuniones familiares, rupturas matrimoniales, hijos abandonados, desesperanza y tristeza atroces. Escases de reconciliación, etc.

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Hermano lector, todas estas desavenencias de la vida las tenemos los humanos porque existe una enemistad entre el hombre con el Dios eterno.

Recuerde, que cuando Adán pecó, Dios le dijo: pondré enemistad entre tu cimiente y la simiente suya, claro, se refiere entre la simiente de la serpiente y la de la mujer, y a la serpiente antigua. Entre estos seres nunca habría reconciliación recíproca.

Después de aquella maldición, de las enemistades que sería entre la simiente de la mujer con la simiente de la serpiente terrenal y la serpiente antigua (diablo); luego apareció la enemistad entre Caín y su hermano Abel; cuya enemistad se fue a que Caín lo Matara.

Sin haber una reconciliación.

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Me surge una pregunta de ¿Dónde apareció esta enemistad? San Juan explica la causa de aquella enemistad, por la cual, Caín mató a su hermano Abel.

1 San Juan 3:12. Dice que, Caín sus obras eran malas, y, él era del maligno. Entonces, si Caín era del maligno nunca podría haber entre estos dos una reconciliación.

Además, dice: que «todo aquel que aborrece a su hermano es homicida». 1 San Juan 3:15.

Jesús le dijo a los Judíos incrédulos de su época. San Juan 8:44 «vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer».

Querido lector, mientras exista una enemistad en el mundo, nunca disfrutará de paz; además, el profeta Isaías dice que no habrá paz para los impíos.

Isaías 57:21; Impío es aquella persona que, su raciocinio lo convence que hay un Dios, pero este, no lo adora como tal.

Caín conoció a Dios y habló con él, sin embargo, su ofrenda no fue la mejor y eso le creó odio para su hermano hasta asesinarlo.

San Juan 3:8 dice que el que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio; Pero añade: para esto apareció el hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.

El apóstol San Pablo escribiéndoles a los Gálatas, les dice: que Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición, en otras palabras, Cristo nos quitó la maldición y ahora si podemos tener paz .

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Como dice el apóstol reconciliados con Dios. 2 Corintios 5:20.

2 Corintios 5:19. Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación y añade, reconciliados con Dios.

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En las sagradas escrituras encontramos que en el principio el hombre tenía comunión con su Creador y por haber pecado el hombre con Dios, se creó una pared intermedia de enemistad y separación, quedando el ser humano destituido y desprotegido de la gloria de Dios. Romanos 3:23. Isaías 59:2.

El apóstol San Pablo haciendo mención a los Romanos dice que con la muerte del Señor Jesucristo fuimos reconciliados. Romanos 5:10 Este programa de reconciliación, dice San Pablo a los Corintios en su segunda epístola 5:18. «Que Proviene de Dios», y no de los hombres.

Quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo…

El apóstol Pablo no dice que el hombre se reconcilió con Dios sino que Dios hizo algo para reconciliar al hombre con él.

Este acto de reconciliación es una acción consumada; es una obra hecha para beneficio del hombre, de modo que ante Dios el mundo ya está reconciliado.

Ahora le toca al predicador difundir la reconciliación al hombre perdido, para que éste, a su vez, se reconcilie con su Señor.

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Es indispensable que, así como la muerte de Cristo ha hecho posible la reconciliación de todo el mundo. De igual manera cada persona tiene que hacerla segura en su propia vida.

San Pablo dirigiéndose a los Colosenses hace efectiva la reconciliación como un caso ya efectuado. Colosenses 1:21 «Y a vosotros…ahora os ha reconciliado».

En la historia Bíblica, numerosos hombres que se conocen en la era de los patriarcas, de los Jueces, de los Reyes: muchos de ellos son conocidos como reconciliados; eso quiere decir, que en cierta época estaban enemistados con Dios y en el transcurso de la vida tuvieron un encuentro nuevamente con Él.

Y el libro de los hebreos los llama: los héroes de la fe en el capítulo 11…

Tenemos como ejemplo al patriarca Jacob, Llegó a tener un encuentro a solas con Dios, y aprovechó esta oportunidad para reconciliarse con él, y al mismo tiempo se cruzaron entre ambos unos votos desafiantes: Génesis 28:12-15.

Jacob: Hizo voto Génesis 28:20-22. Y dijo:

«Si Dios, fuere conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer, y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios y esta piedra que he puesto por señal será casa de Dios; y de todo lo que me dieres el diezmo apartaré para ti».

Cuando hay una reconciliación, se borra de la memoria lo sucedido antes y eso lo promete Dios.

  • Salmos 103:12
  • Miqueas 7:19
  • Levítico 16:10
  • Zacarías 1:3

Cuando el Hombre se reconcilia con Dios debe hacer como hizo Jacob con los suyos, dejándose ver los frutos de la reconciliación: Quitaron los dioses ajenos Génesis 35:2. Se limpió de la inmundicia con los suyos Génesis 35:2. Construyeron un altar para adorar a Dios Génesis 35:7.

Siempre en los diferentes tiempos cuando la gente ha estimado reconciliarse con Dios, se le ha dictado la misma fórmula:

  • Samuel a su pueblo. 1 Samuel 7:3-4.
  • Isaías a sus contemporáneos. Isaías 55:7.
  • San Pablo a los Corintios, en su segundo libro 7:1.
  • Jesús a Pedro. San Juan 13:6; 15:3.
  • San Pedro exhorta a los jóvenes. 1 Pedro 5:5.
  • Isaías declara que Dios fue quien lo vistió como novia ataviada. Isaías 61:10; 6:5.

El hombre Cuando se acerca a Dios debe cambiar su forma de vida y su vestido interno y externo, para que no circule harapiento, y no darle motivos al diablo para que lo acuse.

  • Zacarías 3:1-10
  • San Pablo a los Gálatas 3:27
  • Colosenses 3:10, 12,14
  • Romanos 13:14
  • San Lucas 15:22

Seguidamente nos extenderemos a hablar de esta magna doctrina de la “Reconciliación” la cual hay que observarla desde varios puntos de vista:

Cronología de la reconciliación 

En el Edén, Dios y el hombre estaban en comunión.

Génesis 2:15 “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre y lo puso en el jardín de Edén, para que lo cultivase y lo guardase”.

Dios le dice: aquí está este huerto, trabájalo, cuídalo come de todos los árboles, pero de éste no comas porque el día que comas de él ciertamente moriréis.

Dios le había dado por compañera a Eva sacada de su propia costilla. Cuando Adán la vio le dijo a Dios. Génesis 2:23 “Pero esta es hueso de mi hueso y carne de mi carne, y también debo ponerle un nombre, se llamará “varona”.

Si personificamos el cuento. Dios le dice ¿pero por qué la vas a llamar varona? El responde: «porque del varón fue tomada” Después de la caída, esa comunión fue interrumpida.

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Dios llamó Adán no para tener un diálogo amistoso, sino para preguntarle ¿dónde estás tú? ¿Qué está pasando contigo que no me has vuelto a hablar?

Adán le dice: Cuando oí tu voz, sentí mucho miedo. (Nuevo Testamento) Me tengo que esconder porque estoy desnudo.

El día que el hombre desobedeció en el edén, se creó una distancia, tomó el gobierno las enemistades. Después se formó entre ambos una neblina muy espesa que producía una pared de separación. Isaías 59:2.

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Lo único que Adán tenía eran excusas intrínsecamente y hojas de higuera por fuera. Pero Dios mató unos animalitos inocentes de lo sucedido, y con esas pieles les hizo túnicas y los cubrió.

Por lo tanto, el hombre necesita ser amigo nuevamente de Dios, y eso fue lo que Dios se propuso hacer en Cristo, quitarle esa pared intermedia de separación y nuevamente recrear la nueva amistad perdida en el edén.

Hay que tener en cuenta que, a partir de ese momento de la expulsión de Adán del huerto, Dios le dio las espaldas al hombre.

El ser humano no podía ver su rostro, sino sus espaldas.

Éxodo 33:20 “dijo: más no podrás ver mi rostro, porque no me verá hombre y vivirá, y dijo: aún Jehová: he aquí lugar junto a mí y tu estarás sobre la peña y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado, después apartaré mi mano y verás mis espaldas más no se verá mi rostro”.

En el calvario Dios volvió su rostro para hacer la reconciliación con el hombre. Esta gran verdad la hallamos en la bendición sacerdotal.

El deseo del sacerdote era que Dios alzara su rostro sobre los hijos de Israel y pusiera en ellos paz. Números 6:26 “Jehová alce su rostro sobre ti y ponga paz”.

Siendo Dios manifestado en carne fue en el lugar del calvario, donde encumbró su rostro y dijo “consumado es”. ¡Hecho está! Para que todo aquel que me reciba pueda tener el verdadero encuentro y verse cara a cara .

Como lo dijo el profeta Isaías 52:6 » y gozar de la verdadera reconciliación que trae la paz». 1 San Juan 3:2.

El patriarca estimula al hombre que vuelva ahora su rostro para reconciliarse con su Creador.

  • Job 22:21 “Vuelve ahora en amistad con él y tendrás paz y por ello te vendrá bien”.
  • 2 Corintios 5:19,20 «Nos confió a nosotros la palabra de la reconciliación; por lo tanto, os rogamos en nombre de Cristo: reconciliaos con Dios».

La reconciliación era una iniciación de Dios 

Dios se hizo a la reconciliación para recuperar la amistad perdida: Allegarse, amistarse, hacer paces, arreglar el problema. Restablecimiento de la amistad del hombre con Dios.

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En el texto sagrado se dejan ver cuatro pasajes que hablan de la obra de la reconciliación. 

1. Romanos 5:10 “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida”.

Nos dice con claridad que el hombre era enemigo de Dios. El día que el hombre desobedeció en edén, creó una distancia entre Dios y él.

2. Isaías 59:1-2 “He aquí no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír. Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír».

3. 2 Corintios 5:18 “Y todo esto proviene de Dios quien nos reconcilió consigo mismo con Cristo y nos dio el ministerio de la reconciliación”.

Aquí el apóstol Pablo hablando de este tema, nos expone; que fue Dios mismo el que tomó la iniciativa. El se proveyó un sacrificio para reconciliarnos con él. El hombre no tenía méritos para recobrarla.

4. Efesios 2:11 Pablo le recuerda a los Efesios, por ser ellos gentiles que andaban sin esperanza y sin Dios. Pero que en la cruz, Dios le dio muerte a esas enemistades e hizo del pueblo hebreo y los gentiles un solo pueblo.

Efesios 2:16 “Y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo matando en ella las enemistades”.

Esto indica que si el pueblo hebreo quiere ser salvo se tiene que reconciliarse con Dios. Lo mismo que el pueblo gentil. Porque Ahora no hay diferencia. Hubo un tiempo que si hubo diferencia pero ahora no.

La reconciliación en la cruz del calvario tuvo efectos terrenales y celestiales.

Colosenses 1:19 “y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz” es decir, que la reconciliación llevada en la cruz tuvo dos frutos primordiales.

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En el cielo no había paz 

El patriarca Job en sus días declaraba que ni aún los cielos son limpios delante de sus ojos. Job 15:15. ¿Qué haría en los cielos Satanás después que se rebeló contra Dios?

Pero Cristo con su sangre hizo posible la paz. La forma de terminar con la enemistad es quitando aquello que la ocasionó.

Lo que originó la enemistad fue el pecado. Por eso había que quitar el pecado, y Cristo vino a quitar el pecado; por ello, san Juan bautista lo declara: el “Cordero de Dios”. San Juan 1:29 “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.

Dios nos ha reconciliado a todos los seres humanos consigo mismo por medio del sacrificio de Cristo en el calvario; quien a la vez, nos dio el ministerio de la reconciliación.

Ahora le falta al hombre llegar a Cristo para que reciba la reconciliación con Dios, y queda electo, como embajador de esta preciosa reconciliación.

La restauración y la paz que tenemos entre nosotros fueron de parte de Dios.

Nosotros en Adán fuimos los que ofendimos a Dios; según la ley de Cristo en San Mateo 5:23,24 el ofendido, tenía que allegarse al que ofendió y hacer la reconciliación; eso fue lo que Dios hizo con nosotros, que siendo aún pecadores Cristo murió por nosotros. San Juan 3:16 “Porque de tal manera amo Dios al mundo…”

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Copyright y engrosado por el pastor
York Anthony Shalom
Licenciado en Sagrada Teología
Magister en Divinidades Teológicas
Jorgesalomserpa@hotmail.com

Por: York Antony Shalom

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