Qué es la expiación y sus características

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La expiación

La expiación es una doctrina importante del evangelio.

Para hablar más a menudo de La expiación, tenemos que considerar: Qué es el evangelio y su procedencia; y para ello, tenemos que citar algunos apartes de los personajes que escribieron estas buenas nuevas en el primer siglo.

Por ejemplo, San Pablo para hablar de la procedencia del evangelio, expone que, el evangelio es de Dios, el cual había prometido antes por medio de sus profetas en las sagradas escrituras, acera de su hijo nuestro Señor.

Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que fue declarado hijo de Dios con potencia según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos. Romanos 1:1-4. Seguido hablaremos del evangelio.

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¿Qué es la expiación?

En Teología, este término «expiación» pertenece a un idioma antiguo “en hebreo” que quiere decir: «cubrir,» cobijar o “forrar”.

Comentan los lingüistas que es un término que contiene varios sentidos al ser traducido al español, son enunciadas con las siguientes acepciones:

  • Apaciguar
  • Aplacar
  • Calmar
  • Cubrir
  • Pacificar
  • Expiar
  • Expiación
  • Perdonar
  • Purificar
  • Reconciliar
  • Interceder
  • Tener misericordia

Textos armónicos:

  • Hebreos 9:22 “Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión”.
  • 1 Pedro 1:19-20 “Sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros”.
  • Apocalipsis 13:8 “… cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo”.

¿Qué es el evangelio?

El mismo apóstol San Pablo, para hablar del evangelio, define que la justicia de Dios se descubre por fe y pura fe, como está escrito:«más el justo vivirá por la fe” Habacuc. 2:4. Este apóstol, parte de esta escritura escatológica para explicarles a los cristianos del primer siglo dos cosas:

  • Primero, el evangelio contiene, “el poder de Dios para salvar”, (porque es dinamita de Dios para destrucción de fortalezas).
  • Segundo, en el evangelio se descubre o se revela la Justicia de Dios por fe y para fe; o sea que el tema de esta disciplina es la “justicia de Dios descubierta por el evangelio”.

Ya que el propósito del evangelio es mostrarle a la gente, y a los creyentes, la justicia de Dios que antes fue anunciada por la ley y recordada por los profetas; los cuales, indagaban en que tiempo y a que persona les indicaría el Espíritu Santo que estaba en ellos.

Si hablamos de la carta a los Romanos encontraremos un semillero de doctrinas, que contiene el evangelio y han sido propuestas para el servicio de la humanidad.

Por ejemplo. Romanos 3:21-22. Principia diciendo:

“Pero ahora aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él.

Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús”.

Toda esta gama de doctrinas encontramos en todas las cartas del Nuevo Testamento, cuyas doctrinas, tienen sus principios en las afueras del Edén, pero llevada a cabo en el tiempo cuando hubo la necesidad.

Vea también: Las doctrinas bíblicas del evangelio

Continuaremos hablando de «La expiación».

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Haciendo un estudio muy minucioso de las doctrinas concernientes a la salvación, se ha encontrado que la disciplina de la expiación ha sido muy discutida en centros educativos en las áreas de filosofía y teología; además en todas las épocas del pasado; donde se han considerado varios puntos de vista diferentes.

Donde, algunos son asimilados y otros despreciados; propuestos por diferentes personalidades o credos heterogéneos.

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Por esta razón, se ha tenido bien recoger algunas creencias y conceptos que se tienen de esta preciosa doctrina y plasmarlas en este manual, que servirá a menudo para nuestros estudiantes y algunos de nuestros feligreses.

Si nos hacemos al carácter teológico, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento revelan muchas verdades acerca de la expiación de Cristo, la cual deberíamos estudiarla con esmero y entusiasmo.

Si la persona interesada en bibliología, logra establecer su punto de vista correcto de La expiación de Cristo, sería una clave para comprender mucho mejor la Biblia, y ayudar al mundo contemporáneo que nos rodea.

Vea también: Bibliología del Antiguo Testamento

Este tema de la expiación es tan sazonado que, se ha logrado llenar varios volúmenes de este artículo, de los cuales se presenta simplemente una perspectiva breve de las tantas teorías que han sido propuestas.

1.Algunos pensadores del pasado, llegaron a exponer en sus homilías el aspecto de La expiación de Cristo, como un rescate pagado a Satanás para comprar la liberación del hombre de su esclavitud.

Ésta está basada en la creencia de que la condición espiritual del hombre está cautiva y que el significado de la muerte de Cristo era para obtener la victoria de Dios sobre Satanás.

Esta teoría tuvo poco apoyo bíblico y ha tenido pocos partidarios a través de la historia de la iglesia.

han aportado que es absurdo pensar la idea de que los pecadores debieran pagar algo a Satanás, además, no hay apoyo bíblico en ninguno de sus textos para tal consideración; pero a través de toda la escritura vemos que Dios es aquel que exige un castigo por el pecado cometido.

2. Teoría Dramática: Este punto de vista considera La expiación de Cristo logrando la victoria en un conflicto divino entre el bien y el mal y ganando la libertad del hombre de su esclavitud a Satanás.

El significado de la muerte de Cristo era garantizar la victoria de Dios sobre Satanás y proveer una manera para redimir al mundo de la esclavitud del mal.

Esta teoría tuvo mucho triunfo, hasta que aparecieron las interpretaciones de nuevos pensadores.

3. Teoría Mística: Este punto de vista considera la expiación de Cristo como un triunfo sobre su propia naturaleza pecaminosa a través del poder del Espíritu Santo.

Los que sostienen este punto de vista creen que el conocimiento de esto influirá místicamente al hombre y despertará su “conciencia de dios”.

Ellos creen también que la condición espiritual del hombre no es el resultado del pecado sino simplemente la carencia de esta “conciencia de dios”.

Los que no están de acuerdo con esta teoría, catalogan ésta como una herética de todas ellas, porque para creer esto, uno tiene que creer que Cristo tuvo una naturaleza pecaminosa.

Mientras la escritura, es clara que,«Jesús era el Dios manifestado en carne, perfecto, sin pecado en todos los aspectos de su naturaleza». Hebreos 4:15.

4.  Teoría del ejemplo: Este punto de vista ve la expiación de Cristo proveyendo simplemente un ejemplo de fe y obediencia para inspirar al hombre a ser obediente a Dios.

Los que aceptan este punto de vista creen que el hombre está vivo espiritualmente y que la vida de Cristo y La expiación eran simplemente un ejemplo de la verdadera fe y obediencia y deben servir como una inspiración al hombre para llevar una vida similar de fe y obediencia.

Los que no creen en esta teoría comentan que, más bien es un antónimo, porque cuando se llaga a Cristo por medio de su sacrificio expiatorio, es cuando el hombre vuelve a tener vida espiritualmente.

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5. La teoría de la influencia moral: Este punto de vista considera la expiación de Cristo como una demostración del amor de Dios, la cual hace que el corazón del hombre se suavice y se arrepienta.

Los que aceptan esta teoría añaden que el hombre está espiritualmente enfermo y en necesidad de ayuda, por la cual es inducido a aceptar el perdón de Dios. Ellos creen y afirman que el propósito y el significado de la expiación de Cristo eran para demostrar el amor de Dios para con el hombre.

Los que no aceptan esta teoría dicen: Aunque es cierto que la expiación de Cristo es el ejemplo supremo del amor de Dios, sin embargo, esta teoría contiene cosas absurdas, porque niega la verdadera condición espiritual del hombre y niega que Dios realmente exija un pago por la infracción cometida.

Esta perspectiva de la expiación de Cristo, deja a la humanidad libre de otro sacrificio por el pecado.

6. Teoría Comercial: Esta teoría ve la expiación de Cristo como algo que trae infinito honor a Dios. Esto resultó en Dios dando a Cristo una recompensa, la cual él mismo no necesitó, y que Cristo pasó esta recompensa al hombre.

Los que sostienen esta posición creen que la condición espiritual del hombre es la de deshonrar a Dios y por lo tanto la muerte de Cristo, la cual trajo infinito honor a Dios, puede ser aplicada a los pecadores para salvación.

Los que no creen esta teoría dicen que esta teoría, como muchas de las otras, niega el verdadero estado espiritual de pecadores no regenerados y su necesidad de una naturaleza completamente nueva, disponible sólo en Cristo. 2 Corintios 5:17.

7. La teoría gubernamental: Este punto de vista considera la expiación de Cristo como una demostración de la gran estima de Dios para su ley y su actitud hacia el pecado.

Es a través de la muerte de Cristo que Dios tiene una razón para perdonar los pecados de aquellos que se arrepienten y que aceptan la muerte de Cristo como sustituto.

Los que mantienen esta posición creen que el significado de la muerte de Cristo era para ser un sustituto para la pena del pecado.

Porque Cristo pagó la pena del pecado, es posible que Dios perdone legalmente a aquellos que aceptan a Cristo como su sustituto.

Los que no creen en esta teoría, comentan que este punto de vista falla, por no enseñar que Cristo pagó toda la pena de los pecados.

Además, comentan que en su sufrimiento simplemente mostró a la humanidad que las leyes de Dios fueron quebrantadas y que algunas penas fueron pagadas y por ello, es posible que Dios perdone.

8. La teoría de la sustitución penal: Este punto de vista considera la expiación de Cristo un sacrificio vicario, como sustituto, que indemnizó las demandas de la justicia de Dios sobre el pecado.

Al hacerlo, Cristo pagó la pena del pecado del hombre trayendo perdón, imputando justicia, y reconciliando al hombre con Dios.

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Los que toman esta posición creen que todo aspecto del hombre, su mente, voluntad y emociones han sido corrompidos por el pecado y que el hombre es totalmente depravado y espiritualmente muerto.

Este punto de vista sostiene que a través del arrepentimiento, el hombre puede aceptar la sustitución de Cristo como pago del pecado.

Esta teoría de la expiación se alinea con más precisión a la escritura en su concepto del pecado, la naturaleza del hombre y los resultados de la muerte de Cristo en la cruz.

Todos estos conceptos navegan de mente en mente, y por ello, se hace necesario que tengamos una verdadera aclaración de las doctrinas del evangelio del Señor Jesucristo.

A continuación se presentará algunos principios doctrinarios por el obispo Misionero Eliseo Duarte, en sus homilías expuestas en el libro “palabras memorables”.

El hace mucho énfasis del levantamiento de Jesús en la cruz, porque allí, el hizo la redención.

Redención, apostilla el conferencista: es liberar a una persona mediante el pago de un precio, él pagó el precio de su propia vida, para redimirnos de toda iniquidad y preparar un pueblo propio, suyo, celoso de buenas obras.En la cruz se hizo la reconciliación. El hombre y Dios estaban enemistados y separados por un grande abismo: entre el Dios santo y el hombre pecador.

Pero como nos dice el Salmo 85. «se encontraron la misericordia, la verdad, la justicia y la paz se besaron, fue en el lugar del calvario donde se encontraron, porque allí, Dios estaba en Cristo como un cordero reconciliando al mortal, para recibirlo, perdonarlo y darle la paz».

También en la cruz fuimos propiciados, dice Romanos 3:9, “Dios puso a Cristo como propiciación por medio de la fe en su sangre”.

Propiciar es acercar; estábamos lejos, pero Dios se acercó a nosotros, como dice la escatología: “Emanuel, Dios con nosotros”; en tal ocasión se hizo la santificación.

Si seguimos en este mismo tema, la carta a los Hebreos 10 dice:

“En esa voluntad somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecho una vez para siempre, porque Cristo con un solo sacrificio quitó el pecado y se sentó a la diestra de la majestad en las alturas”; y nosotros fuimos sanados en su cuerpo, “ciertamente llevó el nuestras enfermedades, sufrió nuestros dolores, fue herido, fue abatido, fue molido, el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por sus llagas fuimos nosotros curados”, allí fuimos sanados y también, se puede decir, que fuimos liberados y expiados.

En la cruz donde Cristo fue levantado, se hizo todas éstas cosas que constituyen la obra de salvación que, satisface la justicia y la santidad divina y al mismo tiempo llenó la necesidad o el vacío del pecador por su resurrección.

Porque ¿de qué serviría todo ese magno hecho, si el que lo hizo se hubiese quedado en el sepulcro? ¿Quién nos garantizaría entonces la “justificación”, la “reconciliación”, la “santificación”, la “propiciación”, la “sanidad”?.

Pues la escritura dice: “no confíes en el príncipe ni en hijo de hombre porque saliendo su espíritu parecen sus pensamientos” Salmo 146:3-4. y en otras palabras todo se pierde. Por ello, San Pablo gloso: si Cristo no resucito vana es nuestra fe y estamos aún, en delitos y pecados.

La lógica nos exhorta que confiar en un difunto es una torpeza, sin embargo, en este tiempo hay muchos que están acudiendo a los difuntos para que ellos les resuelvan sus problemas; y no a Jesucristo que se levantó de los muertos.

La validez, es la eficacia del hecho de que esa redención fue hecha en la cumbre del calvario, hoy en el siglo 21, es eficaz, es poderosa por liberar a los pecadores, para santificarlos, justificarlos, redimirlos; es porque el que hizo o el que pagó aquel precio, resucitó de los muertos y vive por siempre.

Después de esta preciosa disertación, se continúa ampliando más este interesante tema de La expiación.

La virtud de la expiación teológica 

  • Efesios 2:11-22
  • Colosenses 1:20-22
  • Salmos 32:1-2

La expiación es una doctrina que su fin es Abrigar o tapar “la infracción y al individuo que la ejecutó”, según lo que expresa el. Salmos 32:1-2.

Es de notar que en Proverbios 28:13. Expone; «El que encubre sus pecados no prosperará», este pasaje se inclina a declarar el pecado cubierto por el hombre, ciertamente, como fue el hombre quien lo cubre, pues, naturalmente, Dios no lo acepta, tampoco lo perdona, ni le da promesa.

Por lo contrario de la posdata que hiciera el salmista. El salmo 32:1-2 que verdaderamente, sí, tiene promesa porque es Dios mismo, abrigando el pecado del hombre.

Si Dios llegaré a mirar al pecado en el ser humano, como dice la escatología expresada por Jeremías 17:1, no pensaría dos veces, sino le aplicaría lo que expresa el profeta Ezequiel 18:4.

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Esta doctrina de La expiación por Cristo, está indicando el cubrimiento del pecado cometido por el hombre para que Dios no lo mire y así, la infracción pierde la potencia de seguir provocando la ira divina.

Según lo expresaron: David en el Salmos 78:38 y Moisés en el pentateuco. Levítico 5:18-19.

En la biblioteca Judía, llamada: “El Pentateuco” en la sección de la ley sacerdotal, expone que, cuando la sangre del cordero, era aplicada en el altar de sacrificio por los sacerdotes; los hijos de Israel vivían satisfechos porque Dios permanecería firme con la promesa.

Hecha a sus padres para sus generaciones; que por la sangre de La expiación, sería guardado cada israelita del mal. Éxodo 12:13. “Y veré la sangre y pasaré de vosotros.»

Cierto prelado exponía, fundamentándose en el salmo 42:7. Cuando el hombre trata de esconder su pecado, él no sabe el mal que se hace así mismo.

Entonces es apremiante la necesidad de la expiación por Cristo para cubrir sus pecados, para que Dios no lo vea, y así, el pecado disipa el poder de provocar la ira divina.

Cuando el rey David escribe el Salmo 32:3,4. Él tenía la experiencia del fracaso, y además tuvo que pagar las consecuencias que le vinieron por tratar de él mismo cubrir o esconder su pecado.

La disciplina de La expiación está edificada en el evangelio y establecida con la muerte de Cristo en el calvario. San Lucas 23:40. Si hubiera sido posible hallar otra forma para salvar al hombre, Cristo no habría fallecido en la muerte expiatoria del calvario.

San Mateo 26:39. Al estudiar la expiación se puede ver lo que Dios hizo al proveer la salvación para el hombre caído. “Ya que sin derramamiento de sangre no se hace remisión” Hebreos 9:27.

Los escribanos de los cuatro primeros libros del Nuevo Testamento declaran ampliamente el significado de La expiación, es decir: La muerte, la sepultura y la resurrección de Cristo.

A manera de una obra concluida para la liberación del hombre que se acoge a ella, ya que el libro de los actos de los apóstoles revela la forma que el hombre tiene que hacer para albergar lo que Dios ha dotado para él.

Por ello, se ha considerado que la expiación ha existido en Dios desde el Arjé, es decir, desde el principio del principio; cuando Dios pensó en formar la creación.

Los prelados de la antigüedad opinaban que la “expiación” era la maqueta donde se afirmaba el espacio de la creación del ser humano, por las exposiciones de los siguientes textos:

1. 1 Pedro 1:19-20. «Sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros.»

2. Apocalipsis 13; 8 «… cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.»

3. Génesis 3:21 «Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.»

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En este pasaje leído de Génesis, Dios miro la miseria del hombre como ser caído; observó, que había la necesidad de la llamada expiación.

Que sería doctrina fundamental para todos los tiempos, por motivo que de ella parte la caridad y la santidad de Dios y la indignidad del hombre.

Lo que se entiende con este acto, es que la reacción de la santidad de Dios es contra la vileza del hombre caído, la cual es conocida como su “furor o ira”, y se logra impedir o eludir por intermedio de la expiación realizada.

El teólogo Ralph V. Surca en su folleto alfa, que el pecado es como un terrorismo o una violencia a las ordenanzas o a la constitución divina, por escribirlo así, bajo la cual viven Dios y el hombre; podemos ilustrarla con la comparación de la infidelidad de la rotura al pacto que bajo juramento hicieron: “el hombre y su esposa” frente a un altar.

El pecado es esencialmente un ataque contra la honra y la santidad de Dios. Es la rebelión contra Dios; porque al pecar con premeditación, el hombre escoge hacer su propia voluntad en vez de escoger la de Dios, y su propia ley.

Pero si Dios permitiera tal ataque contra su honra, concluiríamos en decir, que dejaría de ser Dios.

Su honra exige la catástrofe del que le resiste; su justicia exige recompensa de castigo para la ley violada, y su santidad reacciona contra el pecado. Esta reacción es explicada como su ira.

Dios sin la expiación hacia el hombre, convertiría al hombre y a la creación en un holocausto sin compasión.

Con todas estas notamos que, Dios tiene tanta paciencia que espera que el mortal se esmere por hacer suya la exoneración que viene a abrigarlo por su gracia, atreves de la expiación.

Si observamos el salmo 7:11-13; Notamos que la ira de Dios está como dice el viejo refrán: “aflojar bandera” Pero por la consideración a su obra realizada en el ser humano, no lo desbarata precipitosamente.

Sin embargo, Dios le suplica al mortal para que se convierta de su mal camino y admita la labor realizada en la cruz del calvario llamada la “expiación”.

Todos los lectores de las sagradas escrituras, nos damos cuenta como si Dios hubiese aplazado el juicio para otro tiempo lejano, como si Dios dijera: si esta generación no me acepta de pronto la otra sí.

Como dijo cierto predicador: “dando más tiempo al tiempo, suministrando en su misericordia transportar a la persona a la compunción para que se arrepienta».

Sin embargo, la gente cautiva por el pecado, no concibe los retrasos expuestos por el Señor, y cuando se habla del juicio venidero se burlan y hacen fiesta, no sabiendo que les espera la silla donde el reo culpable se debe sentar.

San Pedro en su segunda carta, 2 Pedro 3:9 «El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento».

Esa espera de Dios en su paciencia es que el hombre reaccione para salvarlo.

San Pablo escribiéndoles a los Corintios. 1 Corintios 5:21; y la profecía de Isaías 52:6 está demostrando que Dios nunca se ha hecho diferente al pecado del hombre, más bien con el sacrificio del Señor en la cruz reveló lo terrible que es el pecado y demuestra la pena aterradora que merecía.

Empero que el hombre por cuyo sacrificio es exonerado.

Cierto predicador internacional, expuso: Que la crucifixión de Jesús en el madero, quitó la mascarilla del juicio terrible del pecado preparado para el pecador, porque el juicio manifiesta la pena espantosa que le sigue ya que es la ausencia total de la misericordia de Dios, que se identifica como la muerte segunda.

La actividad de la expiación es a favor de hombre pecador 

Salmos 32:1-2. Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño.

En este pasaje exploramos las siguientes riquezas de la misericordia de Dios:

  1. «Perdón de Transgresiones”: Todas estas escrituras satisfacen esta verdad. San Juan 1:29; 5:24; Efesios 1:7; Apocalipsis 1:5; Hebreos 9:22-28; Salmos 32:1-2.

2. “Liberación del pecado» No sólo liberación de la culpa del pecado sino también del poder del pecado. Anunciado por el apóstol San Pablo a los Romanos 6:14.

3. Nos hace libre de la culpa. Predicha por el profeta Ezequiel 18:4; y san Pablo a los Romanos 6:23.

4. Libre del poder del pecado. Comentado por San Pablo a los Romanos 6:14; 7:14-20; y a los Colosenses 1:13.

5. “Rescatado de la muerte”: porque la muerte es el resultado del pecado. Hebreos 2:9 «Para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.» San Juan 11:26 «Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente.»

6. “El don de la vida eterna». Por ello, el Señor dijo «No se pierda, mas tenga vida eterna.» dijo en San Juan 3:15,16

7. “Vida victoriosa en cristo” Cristo venció a Satanás por nosotros. De aquí que los creyentes tenemos el triunfo sobre el demonio mientras tengamos al triunfante en el corazón.

Si observamos estos textos que siguen notaremos la importancia de tener a Cristo.

  • 1 San Juan 4:4
  • San Lucas 10:17-20
  • Colosenses 2:15
  • Hebreos 2:14-15
  • Apocalipsis 12:11

Después de todas estas exactitudes beneficiadoras no obstante el salmo 32:1-2 encierran otras verdades que se realizarían en la persona de Jesucristo, como los resultados de la expiación.

  • El pecado borrado, observado por los profetas Jeremías 18:23; e Isaías 43:25.
  • La culpa quitada. Vista por Isaías 6:7.
  • Pecado cubierto experiencia del salmista, Salmos 32:1.
  • Los pecados echados en lo profundo del mar declarado por el profeta menor, Miqueas 7:19.
  • Los pecados echados tras las espaldas del Señor, comentado por el profeta evangélico, Isaías 38:17.
  • La maldad perdonada. Testimonio del Espíritu Santo por boca del profeta, del salmista y del apóstol. Isaías. 53:6. Salmos 78:38; 1. Pedro 2:24.
  • El acta acusadora fue quitada. Ejecutada por el Señor y vista por San Pablo Colosenses 2:14.
  • Los que nos acusaban fueron destruidos en la cruz. Colosenses 2:15. Jesús triunfo sobre ellos.

La expiación hecha por el Señor Jesucristo reconcilio los cielos y la tierra.

Colosenses 1:20, Dice que, por medio de él (Jesucristo) reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

  • En Job 15:15 Dice: «He aquí, en sus santos no confía, ni aún los cielos son limpios delante de sus ojos».
  • Romanos 55:12, «Por tanto, como el pecado entro en el mundo por un Hombre»…
  • Romanos 8:19-22 «Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios».
    • Porque la creación fue sujetada a vanidad…
    • Porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción…
    • Porque sabemos que toda la creación gime a una…

Isaías 24:5,6 Dice que la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra.

Cuando leemos todos estos textos es posible que pensáramos lo mismo, ¿qué pasó en los cielos que expresa Job, que ni aún los cielos son limpios delante de sus ojos? No sería que la estratosfera fue afectada por la caída de Satanás, así, como la tierra entera fue afectada por la caída de un solo hombre, Adán.

San Pablo a la carta a los romanos: glosa que así, como el mundo entero fue afectado por la caída de un solo hombre, igualmente la muerte de Cristo tiene un efecto en el universo entero Romanos 8:19-23.

Me pregunto ¿por qué el sacrificio de Jesús alcanzó hasta los cielos?

La repuesta no se tarda en venir. Porque Jesucristo es el centro de un universo que gira alrededor de Él, y por lo tanto ahora ha sido reconciliado por Su muerte.

Qué maravilloso es saber que Jesucristo reconcilió consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. Colosenses 1:20.

En los cielos y la tierra había una tremenda enemistad que, cuando Jesús subía al cielo se dieron unas series de ordenanzas y preguntas respectivas. Salmos 24:7-10 Se nota que, no había permiso para subir de la tierra al cielo.

Cuando Jesucristo subía se le dio órdenes a los porteros celestiales: Levantad oh puertas vuestras cabezas y entrará el rey de gloria.

Se pregunta: ¿quién es este rey de Gloria? La repuesta fue inaplazable, Jehová es el rey de la gloria; es decir, se les anunció a los porteros del cielo que Jehová es el mismo Señor Jesús, el cual es el rey de la gloria y por ello se sentó en la silla del universo; y a Él, están sujeto todos los que existen en todos los cosmos.

Dictámenes imaginarios de la muerte de Cristo

En el mundo existen muchos comentarios imaginarios de la muerte de Jesús.

Para muchas personas la muerte de Cristo fue simplemente la muerte de un mártir. Para algunas personas la muerte de Jesús fue la demostración al mundo pecaminoso del gran amor de Dios.

Otras personas, Cristo fue sólo un «modelo». Aún otras personas opinan que Dios, siendo santo, creyó necesario demostrar al mundo su odio por el pecado y por eso su ira cayó sobre el Cristo del Calvario.

La ideología moderna estima que la muerte de Jesús no era necesaria, porque así como los hombres pecan, también oran e imploran a los antepasados que intercedan a favor de ellos.

Para el cristianismo la muerte de Cristo es la plataforma donde se afirman todas las doctrinas pertenecientes al evangelio y sin ella no existe cristianismo.

Observe la experiencia del apóstol San Pablo: El evangelista San Esteban murió como un mártir y Saulo de Tarso lo vio morir, pero San Pablo no predicó jamás, la expiación del pecado por la muerte de Esteban. Hechos 13:38.

Pensemos en esto, Moisés fue el dador de la ley, y El profeta Elías la pregonaba, ambos se interesaban en la muerte de Cristo.

San Lucas 9:30-36. Los profetas del Antiguo Testamento, también, diligentemente indagaron acerca de esta salvación; Anunciada por ellos mismos. 1 Pedro 1:11. En el cielo se celebra la muerte de Cristo en forma de cántico. Apocalipsis 5:8-12.

Todas estas personas se interesaban en la muerte de Jesús porque es un programa de Dios desde antes de la fundación del mundo para salvación, de allí se parte que, lo sucedido en el calvario, es el punto de partida para nuestra salvación. Eso quiere decir, que el que no pase por el calvario no será salvo.

El calvario existió en el plan de Dios. “desde el principio”.

Es importante notar la diferencia en el significado de las dos frases mencionadas en los textos.

  •  “Antes de la fundación del mundo”. 1 Pedro 1:20.
  •  “Desde el principio del mundo”. Apocalipsis 13; 8.

Las palabras «fundación del mundo» se refieren a dos factores:

Primero, cuando Dios, pensó en crear la creación y su desenvolvimiento como ser “omnisciente”, pensó también que se necesitaría un sacrificio inmolado.

Segundo, Del mismo modo se describe a la condición caótica que resultó por la caída del hombre, en el desarrollo de la historia. También se refieren al sistema mundial dominado por el espíritu de iniquidad y rebelión.

Antes de la caída del hombre en el Edén, Dios había ordenado en el Arjé, desenvolver el plan de salvación por la desnudez y la muerte de un cordero.

Sin embargo, ningún beneficio podría ser derivado de esto hasta que existiera una necesidad de salvación. Es decir, la recuperación total del hombre caído.

Desde este punto reflexivo, podemos afirmar que Jesús llegó a ser el cordero inmolado, y todos desde la antigüedad por la fe, podían observar el calvario.

Llegándose el tiempo señalado, se llevó a cabo el sacrificio del calvario, se hizo una necesidad tan apremiarte tanto como los pasados, antes de Cristo, en el tiempo de Cristo y después de Cristo; se hacía necesario que todos miráramos al calvario como solución realizada.

Desde Adán en adelante todos miraban al calvario

Estos personajes miraban el calvario, como una bandera que estaba hacia delante; Como una promesa dada por Dios, con el lema: “Dios nos restaurará».

  • Adan, le dijo a sus hijos y a los porvenir, Génesis 3:15. “De mi descendencia saldrá uno, que le “herirá” la cabeza a Satanás”.
  • Abraham, le dijo a sus descendientes, Génesis 22:8. Jehová “se” proveerá de Cordero.
  • Moisés, le dijo al pueblo de Israel Deuteronomio 18:18,19. “Jehová les levantará” de en medio de Ustedes un profeta, más a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablará en mi Nombre, yo le pediré cuenta”.
  • Isaías, Le recuerda al pueblo Isaías 35:4. He aquí que vuestro Dios “viene” Isaías 52:10; Jehová desnudó su santo brazo antes todas las naciones, y todos los confines de la tierra “verán” la salvación del Dios nuestro.

Los profetas, que profetizaron de la gracia por venir, indagaban en que “Tiempo vendría»y que “Persona la traería» 1. Pedro 1:10-12.

San Juan el Bautista, San Mateo 11:2-3. Cuando oyó lo que hacía Jesús mando a preguntar: ¿Eres tú “aquel” que habría de venir o esperaremos a otro?

Después de la muerte de Jesús, hasta su segunda venida, todos miramos al calvario.

Todos desde el calvario hasta la venida del Señor miraremos el hecho del sacrificio expiatorio “como un hecho que pasó”. “Como una obra realizada”, con nuestro lema “Cristo pagó por mí”.

Este fue el lema de los primeros cristianos:

  • San Pablo a los Gálatas. Gálatas 1:4; El cual se “dio” a sí mismo por nuestros pecados.
  • San Pedro a los expatriados 1 Pedro 3:18; Porque también Cristo “padeció” una sola vez por los pecados.
  • San Pedro a los expatriados 1 Pedro 4:1; «Puesto que Cristo ha “padecido” por nosotros en la carne”.
  • San Juan en su Epístola general 1 Juan 3:5; y “sabéis que él “apareció” para quitar nuestros pecados”

San Juan en la isla de Patmos. Apocalipsis 1:5; “Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos “amó”, y nos “lavó” de nuestros pecados con su sangre”

San Pablo escribiéndoles a los hermanos en Roma. Romanos 5:6; Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo “murió” por los impíos.

San Pablo escribiéndole a tito. Tito 2:11-14. Porque la gracia de Dios se ha “manifestado” para salvación a todos los hombres… Quien se “dio” a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad.

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Amigo lector, para concluir este manual quisiera expresar que la expiación hecha por el Señor Jesús, es el afluente escarlata que fluye sangre en todas las dispensaciones. Como expresó un predicador: si se cortara la Biblia en cualquier parte, brotaría sangre.

A manera de esquematización, observará que, el evangelio de San Mateo 20:28 nos cuenta que, Cristo vino al mundo para dar su vida en rescate para muchos. Todas estas expresiones en cierran que la manifestación de Dios en carne fue para el propósito de la expiación.

Jesús siendo Dios, tomó en sí, la naturaleza humana “de carne y sangre” para que pudiera morir; por ello, la fe de la expiación admite al individuo aceptar el plan de Dios en el calvario, y, así hacerse poseedor de los bienes venideros.

Romanos 4:25 «El cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.»

Copyright y engrosado por el pastor
York Anthony Shalom
Licenciado en Sagrada Teología
Magister en Divinidades Teológicas
Jorgesalomserpa@hotmail.com

Por: York Antony Shalom

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