La redención
En el mundo religioso sabemos que la muerte del Señor Jesucristo fue en el lugar del Gólgota, cuyo hecho ha sido el más transcendental que ha visualizado la historia. Hoy hablaremos sobre «La redención y su importancia».
Justamente, para la indemnización del ser humano, con la intención de que la justicia perfecta de Dios lo adquiriera para salvación.
En el cosmos de la literatura secular, encontramos escritos enciclopédicos, en los cuales, glosan que; Dios pudo haber mandado al infierno a todos los hombres que hubieran pecado; pero, por su misericordia y su mucho amor con que nos amó, no hizo tal cosa.
Sino que, fue movido a compasión y quiso manifestarse en hombre como los demás hombres para redimirnos.
¿Qué es la redención?
La redención obtenida por Cristo es algo que es existente y a la vez, es una pauta que se está efectuando en cada persona individual que ha recibido a Jesucristo en su vida.
Por ende, garantiza una salvación grande, transformadora, real, que conlleva al individuo a tener una experiencia en el presente como un regalo de Dios, sin sufrir ningunas flagelaciones en su cuerpo ya que el redentor se ha placido en rescatarnos pagando él, el precio por ello.
Vea también: El resultado de los quebrantos de Jesús
Hay que tener en cuenta que la redención opera frente a la raíz de la vida caída, o sea, todas nuestras condiciones pecaminosas como vendidas bajo el régimen de la circunstancia operante en el individuo que más adelante conoceremos.
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Hay que reflexionar
Si aún, hubiera bastado de sus ojos derramar muchas lágrimas y expresar muchas palabras de sus labios, sin embargo, quiso sufrir tormentos tan espantosos y muerte tan cruel, para que comprendamos y veamos el valor que tienen nuestras almas, e igualmente tengamos pendiente el castigo que merece el pecado.
Este hecho es muy significativo que nos sirve para darnos prueba de su amor y para que abnegadamente le sirvamos de corazón sincero.
Si bien también tengamos que pasar por trabajos y penalidades como lo dijera San Pablo: llevo en mi cuerpo lo que faltaba del sufrimiento de Cristo, es por ello, que todas las enseñanzas del evangelio tienen su lugar de acopio, inexcusablemente en la muerte, sepultura y resurrección de Cristo.
Vea también: Las doctrinas proceden de la muerte sepultura y resurrección de Jesús
La eclesiología
La eclesiología del Nuevo Testamento está amparada por una serie de doctrinas, que unidas entre sí, dan como resultado la salvación programada por Dios desde tiempos antiguos; las cuales parten de la muerte, sepultura y resurrección de Jesús.
Algunas de ellas se compaginan para perfeccionar una obra en el cristiano que ha hecho suyo la “redención”.
En el tiempo trascendental de la historia de palestina en los tiempos de Cristo, existían tres leyes dominantes:
- La griega
- La romana
- La de Israel
Cuando el Señor Jesús murió en la cruz del calvario, su muerte fue divulgada en tres idiomas: el griego, el latín y el hebreo. San Juan 19:20.
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En todas estas administraciones gubernamentales, se proliferaron en sus leguas: el suceso de la muerte, de la sepultura y resurrección de Cristo y de cuyos sucesos parten las doctrinas pertenecientes a la eclesiología que sirven como plataforma para la salvación a todos los pueblos y culturas.
“Si la muerte de Jesucristo” fue un acontecimiento mundial para esta época; su “resurrección y sus enseñanzas o doctrinas” también lo serán. San Marcos 16:15.
En teología se conoce como Cristología: la manifestación de Dios en Cristo, teniendo en cuenta sus acciones, sus enseñanzas o doctrinas, las cuales se ajustan al medio y se adquieren por medio de estudio en los textos sagrados.
La doctrina cristiana, hace del hombre un ser que ama la verdad divina, ya que la disciplina de las sagradas escrituras no se toma sus principios de ninguna otra ciencia humana, sino de la ciencia que procede de lo divino.
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La cual, regula todo nuestro entender y se complementa en la fe de cuyo encuentro se origina un conflicto, llamado: “fe y razón” que muchos pensadores, como: San Jerónimo, San Agustín de Hipona, se destacaron en su tiempo para confirmar y hacer valer la “fe como la razón”.
Se ha querido resaltar esta preciosa doctrina, que atañe en esta dispensación de gracia, sobre el plan de la salvación, la cual, se encuentra plasmada en el Nuevo Testamento, quien su valor se la da: La muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo.
Por esta razón, se hace ineludible que abordemos hablando sobre algunos aspectos importantes de este substancial tema de la “redención”.
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Textos sagrados para navegar en la bibliología Cristológica.
- 1 Pedro 2:24
- 1 Pedro 1:18-19
- Isaías 52:3
- Hebreos 2:14
- Filipenses 2:6-9
- Tito 2:14
- Jeremías 15:21
- Levítico 25:47-49
- Gálatas 3:13
- Apocalipsis 5:9
- San Mateo 20:28
Cuando se habla de la redención, se quiere indicar un rescate, una liberación, una independencia, una salvación, sin violencia o engaño.
El sacrificio de Jesús fue una sustitución, una prenda dada por nosotros. Jesús es el redentor y su obra propiciatoria se llama redención.
En la redención existen palabras griegas que describen lo que es esta doctrina
Se glosa entre los intérpretes de la Biblia que, en el lenguaje griego existen unas raíces que amplían, precisamente, la descripción de lo que es la redención, desde tres puntos de vista.
- Agorazo: Este término quiere decir, comprar pero en el mercado.
Nosotros estábamos en el mercado de los esclavos porque fuimos vendidos al pecado. Romanos 7:14 “porque sabemos que la ley es espiritual, mas yo soy carnal vendido al pecado”. ¿Quién nos vendió? Adán nos vendió y, no cobró por nosotros un solo peso.
La escatología glosa este negocio con las siguientes expresiones; Isaías 52:3 “porque así dice Jehová: de balde fuisteis vendidos, por tanto sin dinero seréis rescatados”
- Exagorazo: Comprar en un centro de mercadeo, con la exigencia de pagarlo y sacarlo de tal zona para dejarlo en libertad.
Bajo este punto de vista el apóstol san Pablo le escribe a los Gálatas 4:4 “pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su hijo nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de “hijos”.
Ahora no somos esclavos, en este momento ya somos “hijos”. Colosenses 1:13. El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas y trasladado al reino de su amado hijo.
- Lutróo: El comprador debe pagar el precio completo del cautivo, luego, desatarlo, desencadenarlo, liberándolo, es decir, el redentor da al esclavo la condición oportuna de ser verdaderamente libre.
Esta es la aclaratoria del evangelista San Juan 8:36 “Así que, si el hijo os libertaré, seréis verdaderamente libre».
La redención en el mundo Mosaico
Este vocablo de la “redención” se usaba para expresar las recuperaciones de las posesiones, nombres y personas que habían sido vendidas a causa de un compromiso adquirido.
Redimir es obtener nuevamente una prenda pagando el precio “debido” o exonerar, absolver a una persona culpable de algo que está obligado a pagar.
En la sapiencia hebrea eran comunes las prácticas de la “redención” ya que era practicada en tres casos diferentes:
- Uno de los cinco libros del pentateuco, en Levítico 25:25. Habla de la recuperación de “posiciones”… “cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su “posesión”, entonces su pariente más próximo vendrá y rescatará lo que su hermano hubiere vendido”.
- Para la rehabilitación del “nombre” de un israelita que muriera sin tener descendencia. En el libro dominado la segunda Ley, o sea, Deuteronomio 25:5 “Cuando los hermanos habitaren juntos, y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijos, la mujer del muerto no se casará fuera con hombre extraño: su cuñado se llegará a ella, y la tomará por su mujer y hará con ella parentesco.”
- En Levítico 25:47-49; si el forastero y el extranjero que habita contigo se enriqueciere, y tu hermano que está junto a él empobreciere y se vendiere al forastero o extranjero que está contigo o a alguno de la familia del extraño; después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado; uno de sus hermanos o pariente cercano lo rescatará.
El que redime tenía que reunir estos requisitos que la ley de la remisión exigía
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Debería ser un pariente cercano
Levítico 25:48 “Después que se hubiere vendido podrá ser rescatado, por uno de sus hermanos o un pariente cercano».
La teología sistemática en su rama de la angelología nos comunica que existen ángeles malos y buenos; la Pneumatología nos dice que Dios es Espíritu, ¿Qué quiere decir esto?
Que ni los ángeles buenos ni malos e incluso Dios en su esencia de Espíritu, no podían redimir ni hacer nada por el hombre caído, porque el hombre pertenecía a otra creación (A la creación terrestre).
Y según la ley de la redención, tenía que ser familia o pariente para que lo pueda librar. Levítico 25:47-49.
El único que puede salvar al hombre es Dios, y lo hizo por medio de Las doctrinas proceden de la muerte sepultura y resurrección de Jesús.
Ningún ser humano por muy bueno que haya sido, no lograba salvar a otro, ya que un perdido no puede salvar a otros perdidos.
Todos en la historia fracasaron; Adán nos vendió; su primogénito Caín mató a su hermano; Lamed practicó la bigamia, (tuvo dos mujeres): Enoc desapareció; los hijos de Dios, es decir, los antediluvianos se casaron con las inconversas y provocaron la ira de Dios, haciéndoles traer el diluvio hasta exterminarlos a todos, con excepción de Noé y sus hijos.
Vea también: El diluvio como juicio de Dios
Luego, Noé después del diluvio se embriagó y por ello trajo la maldición; Abraham el padre de la fe pecó por falta de fe; Isaac supuestamente por no perder su mujer mintió; Jacob engañó a su padre haciéndose pasar por el primogénito.
Si hablamos de los hijos de Jacob les mintieron a su padre haciéndoles creer que José lo había asesinado una fiera; José puso al diablo a adivinar en una copa; Moisés el hombre manso pecó por falta de mansedumbre.
Josué desobedeció a Dios haciendo pacto con los cananeos; Jefté por desconocer la ley de Dios sacrificó a una hija. Sansón el hombre de las fuerzas se casó con una inconversa y fracasó.
En el tiempo de la monarquía hebraica, los tres primeros reyes fracasaron: Saúl el primer rey de Israel, perdió el reino por haber desobedecido a Dios en la guerra contra Amalec.
David el Dulce cantor de Israel, mató a uno de sus subalternos para hurtarle a la mujer; ¿De quién más hablamos? Salomón el gran sabio pecó por falta de sabiduría; y así en la historia no se halló uno que pudiera hacer algo por sus contemporáneos, hasta que Dios nos visitó en Cristo y así, solucionaría nuestros problemas.
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Deberían tener la capacidad,la disponibilidad de comprar otra vez
Si analizamos el enlace voluntario de la redención, ejecutaremos, que no sólo era el hecho de ser pariente, sino tener el precio y estar dispuesto a pagarlo y a su vez, debería tener la disposición para redimir.
En los libros históricos de la biblioteca sagrada, descubrimos a un hombre cercano a alguien que podía redimir; el “nombre de su pariente fallecido”, éste, tenía la facilidad para poder redimir, pero no estaba dispuesto a hacerlo.
Rut. 4:6 “…Y respondió el pariente: no puedo redimir para mí, no sea que dañe mi heredad: redime tú, usando de mi derecho porque yo no redimiré”.
La escatología del Antiguo Testamento indicaba por medio del profeta Isaías 52:3,6 y 49:24-25, que Dios se inventaría un plan que llevaría a cabo la “redención del hombre”.
En 1 Timoteo 3:16 dice que Dios fue manifestado en carne, y esa manifestación en carne, se llamó “Jesucristo” “el cual reunió todos estos requisitos”:
- Primero. Siendo Dios, se manifestó en carne para hacerse pariente cercano del ser humano. Hebreos 2:14 “Por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, el también participó de lo mismo para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte esto es al diablo”.
- Segundo. Tenía que estar dispuesto a redimir. El Señor Jesús estuvo dispuesto a suministrar todo para redimirnos. 2 Corintios. 8:9 “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo que por amor a nosotros se hizo pobre, siendo rico para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”.
Hebreos 10:10 “En esa voluntad somos santificados, mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre”. San Juan 10:11 “Yo soy el buen pastor, y el buen pastor su vida da por las ovejas.
- Tercero. Estaba apto a pagar el precio. El Señor Jesús siempre estuvo dispuesto a pagar el precio de este rescate.
En el pozo de Jacob, se lo hizo saber a sus discípulos: San Juan 4:32-34, al igual que en el huerto del Getsemaní. San Mateo 26:36-42. San Pedro en su primera carta habla la efectuación del rescate 1 Pedro 1:18-19.
En Isaías 49:24-25 y 52:3 dice: «Sin precio fuisteis vendidos; por tanto, sin dinero seréis rescatados».
1 Pedro 1:18 “Sabiendo que fuiste rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo como de un cordero sin mancha y sin contaminación».
En 1 Corintios 6:20 «Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.»
Jesucristo nos compró, estando nosotros en el centro del mercadeo de la esclavitud, y nos sacó, nos trasladó de ese mercado.
Colosenses 1:13 “el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado hijo”.
Vea también: Recuperación del hombre caído
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La redención en el léxico teológico
Es apremiante, que tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento se considera la “redención” con los principios acertados de la liberación, que a su vez, se obtiene a través del pago de un precio cabal y se explica de la siguiente manera:
- Es “obtener” nuevamente una prenda por medio de una compra, pagando otra vez el precio debido. (Sin rebaja) Isaías 52:3; Oseas 3:2.
- Es “librar” de la esclavitud a un esclavo, pagando el precio completo. (Nada al crédito) 1 Pedro 1:18-19.
- Es comprar en un centro de mercadeo, para “sacar lo comprado de tal zona”. Para dejarlo en libertad. Romanos 6:18; 1 Pedro 1:18-19, habla de la realización de este negocio y el precio pagado.
Uno de los libros que habla de la cristología, en su oratoria nos dice: “Así que, si el hijo os libertaré, seréis verdaderamente libres”. San Juan 8:36.
Jesucristo nos ha redimido, nos ha librado y liberado de la potestad de las tinieblas Colosenses 1:13; Romanos 8:2; 6:17-18.
Los mercados han sido siempre lugares públicos. Cuando Cristo nos compró, fue en un lugar público: en el lugar de la “calavera”.
San Mateo 27:33; San Juan 19:17,18; Colosenses 2:13-15. En este lugar público se unían los romanos los griegos y los hebreos haciéndose testigos oculares de la magnífica compra. San Juan 19:20.
EL hombre no fue comprado por dinero. Isaías 49:24-25. Isaías 52:3. La parábola de San Mateo 13:44-45 vislumbra el negocio a realizarse.
La teología petrita aclara que el precio que él pagó fue su propia sangre. 1 Pedro 1:23.
La escatología del Antiguo Testamento, glosa que, él derramó su vida. Isaías 53:12; La segunda ley escrita por Moisés explica que, la vida está en la sangre. Deuteronomio 12:23. De allí que él derramó su sangre, o sea, dio su vida hasta la muerte. Isaías 53:12.
Vea también: Qué es la expiación y sus características
En el libro de las revelaciones de Jesucristo dado a san Juan, dice: que el canto celestial, se debe a este sacrificio expiatorio del calvario.
Apocalipsis 5:9 “y cantaban un nuevo cántico diciendo: digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje lengua y nación»; de allí se conjetura que sólo los redimidos serán los voceros de este canto.
Esta rendención es costosa
No debemos considerarla como algo muy leve.
En el evangelio de San Mateo 16:26 dice “¿Qué aprovechará al hombre si se ganaré todo el mundo y perdiere su alma?”. Ningún tesoro el hombre puede dar para ser rescatado.
Así lo consideró el salmista. Salmos 49:7 “Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, ni dar a Dios su rescate, porque la redención de su vida es de gran precio y no se hará jamás».
En el primer siglo, según la teología Paulina. Algunos creyentes desatendieron el precio de su redención. Para ellos, el apóstol San Pablo les recordó el precio que Cristo había pagado.
1 Corintios 6:19-20 “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cuál tenéis de Dios y que no sois vuestros?, porque habéis sido comprados por precio; Glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu los cuales son de Dios».
De allí, no podemos hacer lo que queramos con el cuerpo. El cuerpo ya no nos pertenece, el cuerpo es del Señor porque él lo compró, lo redimió y es evidente, que el cuerpo externo debe reflejar lo que hay interiormente.
En el nuevo testamento había dos grupos de seres esperando la redención.
- Los seres angelicales que pecaron.
- Los seres humanos.
La angelología nos cuenta que una tercera parte de los ángeles por haberse rebelado contra Dios Pecaron, y la otra parte siguieron a Dios, en su labor permanente.
Vea también: ¿Qué son los ángeles y cómo funcionan?
La antropología nos cuenta que Dios hizo al hombre libre, santo y perfecto, luego entró en esclavitud, en pecado y en transgresión.
La Bibliología en la carta a los Hebreos 2:16. Exterioriza: que Dios no socorrió a los ángeles que pecaron, sino a la descendencia de Abraham.
Motivos pertinentes por los cuales Dios no socorrió a los ángeles:
- Porque los ángeles no fueron engañados como lo fue Eva. Ellos estuvieron en la presencia de Dios disfrutando de la vida.
- Los ángeles pecaron voluntariamente.
- Porque los ángeles no tuvieron promesa como la tuvo Eva.
- Los ángeles no nacieron, fueron creados y Abraham con su descendencia sí nacieron. Y la ley expuesta por el Señor Jesús, decía: el que no naciere de nuevo no podía ver ni entrar.
Atisbo aclarativo: Si Dios se hubiese manifestado en ángel para redimir al hombre no lo habría podido hacer:
Primero: Porque los ángeles no son familia del hombre, pertenecen a otra creación.
Segundo: Porque los ángeles no habrían podido derramar sangre porque no la tienen; y la ley dice que, sin derramamiento de “sangre no se hace remisión de pecados”.
Hemos aprendido, que Dios para venir a redimir al hombre se manifestó en carne y se hizo familia del ser humano, y por ende, esos privilegios no lo tuvieron los ángeles, ni ninguna otra creatura creada.
Vea también: Dios manifestado en carne
Por ello, a los humanos se nos demanda una absoluta responsabilidad de cuidar lo que Dios nos ha proporcionado; nos ha suministrado una liberación, un rescate, una libertad, una salvación.
En Hebreos 2:3. Nos expone: “¿Cómo escaparemos si tuviéremos en poco una salvación tan grande? Si perdemos lo que Dios nos dio, ¿Cómo lo vamos a recuperar?
Recordemos: El caso de “Esaú”, no la pudo recuperar, ni con “lágrimas”. “Judas” tampoco la reconquistó aunque “devolvió el dinero”.
Hagamos como “Nabot” que dio su vida antes que perder la heredad de sus padres.
1 Reyes 21:1-4 “Y Nabot respondió a Acab; guárdame”…
Los redimidos nos debemos al señor por dos cosas.
A. El nos Creó, nos formó y nos hizo. En “Adán”. Isaías 43:7.
B. Nos redimió en “Cristo Jesús” Porque éramos esclavos:
- Del “mundo” San Juan 16:33; de allí que a los redimidos se nos dice: no améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo, 1 San Juan 2:15.
- De la ley y, del “pecado” Romanos 6:18; Por eso dice San Pablo en Romanos 6:14. El Pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. Por ende, vivamos como libre y no como esclavos.
- Del “diablo” Colosenses 1:13; Santiago 4:7 nos exhorta resistid al diablo y de vosotros huirá.
- De la “carne” Gálatas 5:1, 24 Por eso dice San Pablo. Gálatas. 5:16. No satisfagáis los deseos de la carne.
- Del “ego personal” Gálatas 2:20. San Pablo lo reconoció. Gálatas 2:20; 1 Pedro 1:18: Gálatas.
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York Anthony Shalom
Licenciado en Sagrada Teología
Magister en Divinidades Teológicas
Jorgesalomserpa@hotmail.com
Por: York Antony Shalom